LA MAYORÍA DE LOS HABITANTES DE VILCABAMBA, UN PEQUEÑO POBLADO AL SUR DE ECUADOR, SOBREPASA LOS CIEN AÑOS DE EDAD Y AÚN LA CIENCIA NO DESCUBRE LA CAUSA

Una gran avenida bautizada como Eterna Juventud nos conduce a Vilcabamba, un sitio singular a 50 km al sur de Loja, la ciudad más austral de Ecuador. Su población no pasa de las 3 800 personas. Algunas son nativas. Otras han llegado desde las más disímiles regiones del mundo. Y la decisión no es fortuita. Sucede que este lugar situado a 1 500 m.s.n.m. y con un clima primaveral que promedia los 24 ºC, es conocido como «el país de los viejos más viejos», «El valle de la Longevidad» y «La Isla de Inmunidad para las enfermedades del corazón». La mayoría de sus habitantes supera los cien años de edad.
Ello no es lo único llamativo: aquí no hay ruidos, contaminación o daño al medioambiente. Por tal motivo, desde distintas partes del mundo llegan personas con diferentes afecciones, sobre todo cardíacas.
El clima benigno, su apacible atmósfera, la sana alimentación con frutos de la tierra, y en especial el agua de los ríos Chamba y Uchima, es lo que buscan quienes llegan hasta aquí con distintos padecimientos. Estudios científicos dan cuenta de que el agua de sus vertientes contiene magnesio y otros minerales, por lo que consumirla propiciaría la quema de grasa y previene el reumatismo.

EL SALTO A LA FAMA
Vilcabamba es hoy una atracción turística, pero su fama y misterio comenzaron en la década del 60 del pasado siglo, con el arribo de un hombre llamado Johnny Lovewisdom. Este singular personaje había vivido como ermitaño en el cráter de un volcán de Ecuador durante años, y promovió algunas prácticas naturistas.
En Vilcabamba, Lovewisdom decidió fundar la Universidad Naturista Internacional y, como era de esperarse, la institución atrajo a muchas personas, quienes luego promovieron por el mundo la idea de que este lugar era una especie de Shangri-la, aquel paraíso himalayo creado por el británico James Hilton en su novela Horizontes perdidos, de 1933.
Las consecuencias no se hicieron esperar. Reconocidos medios de prensa como National Geographic y The New York Times comenzaron a publicar informaciones sobre lo milagroso del lugar. En el periódico Baltimore Sun apareció, el 8 de agosto de 1954, el artículo El Misterio más asombroso de la Medicina, escrito por el Doctor Eugene H. Payne, mientras que en noviembre de ese mismo año la revista Reader's Digest lo replicaba pero bajo el título de Islas de Inmunidad. Fue aquí donde por primera vez se dio a conocer mundialmente el nombre de la población lojana de Vilcabamba.
Hasta allí viajaron científicos japoneses, europeos y estadounidenses para realizarles exámenes de sangre, huesos y respiración a sus pobladores. Sin embargo, no hallaron nada fuera de lo común. Para entonces aparecieron disimiles teorías de por qué la mayoría de los pobladores de Vilcabamba vivían más de un siglo.
Algunos opinan que se debe al clima. Otros dicen que la causa está en la buena alimentación, basada en vegetales y frutos orgánicos producidos en la zona con prácticas agrícolas tradicionales y en las cuales evitan el uso de químicos y conservantes. Pero la hipótesis más difundida es la relacionada con las propiedades químicas del agua, que cura diversas enfermedades.

TERRENO SAGRADO
El nombre de este poblado está compuesto por vilca que viene del término indígena «willka», el árbol Anadenanthera colubrina, con propiedades alucinógenas que los incas consideraban mágico y sagrado; y por —bamba, una modificación de «pampa», terreno descubierto o llanura. Es así que Vilcabamba significa llanura del huilko. Actualmente, este árbol está casi extinguido, solo existen algunas reservas en la zona. Hay quienes dicen que el mismo ayuda a facilitar la respiración por su capacidad de producir más oxígeno. Y que para que funcione el tratamiento, la persona debe sentarse bajo sus ramas, e inspirar.
De cualquier manera, los habitantes de Vilcabamba aseguran que no hay misterio alguno. La clave, para ellos, está en vivir de forma sana y tener un estilo de vida que permita llegar con calidad a los cien años de edad.

CONSEJOS DE LOS HABITANTES DE VILCABAMBA
» Escoger un buen clima donde haya aire puro
» Comer alimentos orgánicos
» Vivir despacio, tranquilamente y sin sobresaltos
» Tomar medicinas naturales
» Llevar una existencia activa