- Muchos fundan pero pocos preservan
Ningún proyecto de desarrollo que prescinda de la cultura puede prosperar. Por tanto en el caso de Cuba, y particularmente de La Habana y de su Centro Histórico y de la red de ciudades patrimoniales, lo que nos impresiona es el caudal acumulado de patrimonio de memoria, y también de piedras y tradiciones que son, creo yo, uno de los elementos más importantes para la opción de Cuba en el campo del turismo; quiere decir ese movimiento humano que en todas direcciones no escoge solamente paraísos circunstanciales, arenas preciosas, lugares de naturaleza que ver y preservar, sino también un dialogo directo con su gente y con su creación, y en este caso con una ciudad bella, como lo es La Habana».*
Nombrado Historiador de la Ciudad de la Habana en 1969, Eusebio Leal tiene a su cargo una de las mayores hazañas realizadas en pos del rescate de su parte antigua al evitar que quedara convertida en lo que él mismo definiría como un «valle de interesantes ruinas». La restauración que inició en 1967 por un palacio y continuó con las fortalezas coloniales españolas, plazas, templos y algunas casas, ha redimido la capital cubana de décadas de olvido y abandono. Siguiendo su máxima de «La Habana Vieja para sus habitantes», la ciudad desarrolla hoy un turismo responsable como una fuente de obtención de recursos necesarios para la conservación del patrimonio y para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Desde los años 80 del pasado siglo, Fidel Castro vislumbró que «La Habana Vieja podría convertirse en un nuevo Varadero», en el sentido de que llegaría a ser un destino de interés y un posible apoyo económico de importancia para el país. Esto fue posible gracias a la concepción de un proyecto turístico defensor de la identidad, que ha evitado que el patrimonio conservado se transforme en «una corona en medio de un piélago de necesidades». Para esto se ha contado con el apoyo de la comunidad, donde se hallan los actores fundamentales de este proyecto. Cada piedra conservada, cada edificio restaurado, se pone a disposición de esta.
Una frase recurrente en el discurso del Doctor Leal ha sido «setenta veces siete», setenta veces siete, enseñar, rescatar, conservar, restaurar y si fuese necesario volverlo a hacer hasta que se cree la conciencia del valor existente en La Habana Vieja. El Centro Histórico ha renacido como el corazón de la ciudad, un oasis latente de cultura, patrimonio, sabiduría y, sobre todo, de belleza que es tan importante para la vida como el pan, parafraseando al Historiador. El turismo en esta zona no es la clásica avalancha depredadora, «La Habana es un estado de ánimo» que enamora y muestra la voluntad y perseverancia convertidas en pasión nacional.
En el cierre de su intervención en la V South American Hotel and Tourism Investment Conference celebrada en La Habana en 2017, Eusebio Leal envió un mensaje final a los asistentes del cual nos hacemos eco:
«Aquí no hay nada imposible. Por tanto, La Habana que es una de las ciudades más bellas del mundo tiene todo. Está cubierta por un leve velo que cuando se rasga es capaz de aparecer ella en toda su belleza, con todo su señorío, con toda su atracción y con todo su encanto. Bienvenidos, entonces, a La Habana cuando faltan solamente dos años para que cumpla su 500 aniversario».
Realizado con el apoyo de la Oficina del Historiador de la Ciudad y con el empleo de fragmentos de textos publicados en el sitio www.eusebioleal.cu
*Fragmento tomado de la intervención del Historiador de La Habana en la V South American Hotel and Tourism Investment Conference, celebrada en el Hotel Meliá Cohiba en mayo de 2017.