Frank Rainieri, presidente del Grupo Puntacana, con Thimo Pimentel y el arquitecto Cristian Martínez, director del Museo del Hombre Dominicano.
Encontrado uno de los cilindros.

Desde septiembre de 2012, el arte furtivo aparece en los anales del arte nacional dominicano. Veintiún cilindros furtivos son colocados en diversos lugares emblemáticos de la ciudad de Santo Domingo, en una acción orientada a celebrar los 500 años del inicio de la construcción de la Catedral Santa María la Menor, primada de las Américas.
Nunca antes se había realizado en el arte nacional una acción semejante que, por sus éxitos, luego de presentar la exposición de las piezas y fotos en el Centro de la Imagen, causara tanto impacto y provocara que continuaran las acciones furtivas sin interrupción.
A la fecha y luego de seis años de acciones similares, más de quinientas cincuenta piezas en cerámica de autor han sido colocadas por todo el territorio nacional e inclusive en lugares remotos fuera de la isla, como Machu Picchu, la Pirámide del Sol en México, la Gran Muralla China, Nueva York, Buenos Aires, Lima, San Juan, Orlando y Miami en la Florida, Columbus, Ohio, Aspen, Colorado y hasta en Jaimanitas, La Habana: cuando esto se escribe existe una pieza sumergida y aún no encontrada en la residencia-taller del creador de Fusterlandia.
El arte furtivo ha sido motivo de estudios más profundos. En el Boletín # 47 del Museo del Hombre Dominicano aparece un artículo de la acuciosa antropóloga Pauline Kustald que resume en sus conclusiones sus impresiones sobre esta manifestación de arte de nuestro tiempo:
«El fenómeno del arte furtivo es en realidad algo nuevo en República Dominicana. Es difícil definirlo, ya sea desde el punto de vista artístico o del antropológico. A pesar de esto, el estudio de cómo interactúan las personas ante nuevas expresiones cerámicas dentro de este “juego” es de gran utilidad para los arqueólogos y antropólogos que estudiamos la introducción de nuevos objetos dentro de grupos sociales de clase media/alta. Al mismo tiempo, nos da una idea del papel que pudo haber jugado el artesano con dotes artísticas en el pasado. Indudablemente que es de gran interés continuar observando el juego/performance del arte furtivo».
En sí, el arte furtivo persigue estimular la observación, para con ello ver más y mejor, disfrutar lo que nos rodea, conocer y disfrutar el arte y la cultura, aprender en el camino historia, geografía, música, costumbres y promover un mejor conocimiento de los tesoros de esta isla mágica de Quisqueya.
El arte furtivo es bien de salud, pues atenúa y hasta diluye las tensiones, aplacando o eliminando también las fobias y siempre aprendiendo de los mitos y leyendas para conocer mejor nuestra identidad.
Cuando se pierde el miedo y se
disfruta el entorno, se sale a buscar una pieza sin importar la hora o las condiciones del tiempo, sin pensar en ver o tocar una iguana cercana, una culebra , una araña cacata… o simplemente no importar que en la oscuridad de la noche se te aparezca la ciguapa con sus pies torcidos, un cemí, o que debas visitar un cementerio para encontrar un corazón herido que va a engrosar tu colección que crece.
El arte furtivo hace galas de la solidaridad y la amistad y promueve la integración cuando anima a familias enteras a disfrutar de sus acciones, siempre con su marco ético de fairplay o juego limpio, una condición esencial que se trabaja en cada acción.
Esa integración familiar ha sido también uno de los puntos luminosos de este novedoso movimiento artístico, porque en épocas de alta tecnología no es fácil encontrar cómo unir a la familia en algo que a todos interese.
El disfrute y enseñanza del arte de manera inusual y fuera de las galerías ha hecho aún más popular este modelo, que ha renovado sobre todo en los más jóvenes el deseo de aprender a vivir de una manera diferente, entregándose a la naturaleza con tesoros que muchos no conocen o no saben ver ni apreciar, cultivando en el camino el interés por el coleccionismo de las obras de arte y la valoración de nuestros artistas visuales, sus maestros fallecidos, los poetas y sus músicos.
Ahora el arte furtivo organiza sus Trayectos Culturales, al introducir un nuevo elemento que persigue conocer más toda la isla. Recorren distancias no muy largas, pero llenas de elementos históricos, paisajes no conocidos; se disfruta de la gastronomía de cada zona, se visitan puntos de interés, se enseña a grandes y chicos la variedad de ofertas no conocidas, interactuando con la gente, para entender que en el yucayeque pasas, casi sin advertirlo, de un clima frío de montaña a sus cálidas playas en cuestión de minutos.
El primero de estos trayectos culturales furtivos fue denominado Sur Corto. Incluyó una ruta de poco menos de doscientos kilómetros en dos etapas, con parada para disfrutar de un buen almuerzo al final de la primera ruta, que se interna en las frías montañas del noroeste y pasa por la presa de Jigüey, hasta llegar a San José de Ocoa.
La segunda parte finaliza en el club de playa de Puntarena de Los Corbanitos, zona árida semidesértica. La bella instalación marca el inicio de un desarrollo turístico ambicioso, parecido al popular Puntacana en el este.
El evento fue distinguido por la asistencia del ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman; el presidente del Grupo Puntacana, Frank Rainieri; el director del Teatro Nacional, Erasmo Niní Cáffaro; y el director del Museo del Hombre
Dominicano, arquitecto Cristian Martínez, quienes estuvieron en el acto final, entregaron los premios y escucharon las anécdotas de los participantes en la jornada.
Ahora la Fundación Igneri, Arte y Arqueología organiza el Trayecto Cultural Furtivo Este Largo, a celebrarse el domingo 9 de diciembre sobre una ruta histórica que pasará por la bien cuidada Casa Fortín, actual Museo de Juan Ponce de León, y por la Cueva de Berna, Boca de Yuma, la Basílica y Museo de la Altagracia en Higüey, Verón, y Punta Cana, hasta llegar a Cabo Engaño, al extremo este de la isla.
Y como una muestra de amistad hacia Arte por Excelencias, ya anunciamos que, para las acciones del Trayecto Este Largo el próximo diciembre, serán colocadas dos piezas especiales: un guanín que bautizamos como Excelencias, y el Corazón Isel, dos piezas que de seguro serán atractivo especial para los coleccionistas.
El arte furtivo, con estos Trayectos Culturales, amplía su radio de acción y procura que tanto los viejos «adicthimos», como los nuevos interesados en esta novedosa manera de expresar arte y cultura, tengan ahora una motivación adicional que los obliga al estudio y manejo de las últimas tecnologías de la comunicación para mantener las rutas y de alguna manera descifrar las pistas con sus celulares inteligentes, sus geoposicionadores, sus drones…, en Facebook, Twitter, Instagram o utilizando Google para obtener informaciones que les permitan conocer mejor el Yucayeque, su geografía, su historia, sus paisajes diversos, sus modismos lingüísticos y la interacción directa con la gente de lugares poco conocidos.