- Lucas permite soñar
Había una vez una isla llamada Cuba, donde la música tenía olores y sensaciones, pero aún conservaba la timidez en el campo de las visiones. Un día, exactamente el 4 de julio de 1997, un ser llamado Lucas abogó por darle imagen a sus ritmos, poner colores y contar historias. La propuesta era interesante. El camino, angosto y denso. Lucas, como oveja negra, adoptó roles, ingenió sus personajes y sobrevivió a la época. Hoy ya tiene su mayoría de edad, alcanzó la excelencia.
El proyecto Lucas, creado por Orlando Cruzata, ayudó a reconocernos en nuestra música ilustrada, a no buscar lejos lo que tan cerca estaba. Quien comenzó siendo un intruso, ahora es el anfitrión en casa, y ha ubicado todo en su lugar. Más que un programa televisivo que proyecta videoclips cubanos y una gala de premiaciones, Lucas también es revista, emisión radial, libro y sitio web. El evento, que se inició con apenas una veintena de videoclips, este año cerró su convocatoria, el pasado 1ro. de octubre, con 345, los cuales pueden haber sido realizados por cubanos que viven en el exterior, aunque el cantante no sea de la Isla, o hechos para músicos cubanos, aunque el realizador sea extranjero.
El jurado que entrega los premios está formado por once profesionales de diferentes especialidades reconocidos por su labor. Cada uno expresa su voto de forma secreta, de manera que el resultado final es parte de la emoción compartida en cada gala. Aunque las categorías en sus inicios no eran más de una docena, cada año de ser necesario se incorporan nuevas especialidades, consecuentes con los tiempos del quehacer visual. La más reciente es Mejor Diseño de Vestuario. No obstante, existe el juez universal que pone y dispone y al cual todos se deben: el público, quien escoge el Video más Popular a través de diferentes medios, exquisita dicotomía que durante años ha acompañado y enriquecido el proyecto: vox populi y criterio especializado, a pesar de que solo en dos ocasiones coincidieron.
El gran legado para todos no deja dudas: la categoría de Mejor Video del Año, donde han estado clips como Sentimientos ajenos, realizado por Ernesto Fundora en 1998; El camisón de Pepa, clásico de nuestro Compay, del realizador Manolo Gil, hasta el más actual: Todavía, realizado por Joseph Ross al cantautor Francisco Céspedes.
Este año las nominaciones se presentarán en el mes de noviembre, para poder disfrutar del ingenio premiado a finales de diciembre. ¿Quién elevará Lucas, quién se sumará a este
recorrido por la identidad cubana? Son las interrogantes que hacen de cada premio un homenaje a la música cubana. Lucas se premia a sí mismo con cada obra; en sus manos crecieron cineastas, editores, escenas de películas que antes de ver la luz de una sala hicieron catarsis en los clips, y hasta amantes de la cinematografía que apostaron su ingenio a un nuevo despertar, como el reconocido cineasta Fernando Pérez y su obra Palabras para Haydée Milanés, Mejor Video del Año 2015.
Sobrevendrán las generaciones, la tecnología ya se impone a lo Minority report, la producción de clips musicales crece como un suceso cotidiano, pero solo quedarán aquellos que de una manera peculiar y artística han versado su idiosincrasia, el latir al andar. Y aunque el videoclip en principio tiene un fin comercial, no olvidemos que se realiza en circunstancias determinadas, sujeto a costumbres y conflictos, con una perspectiva individual y colectiva de la realidad. Es también, por tanto, un emisario histórico. Del creador depende la transcendencia de su obra, él decide si será imitador o precursor, nuestro programa abre una puerta a los realizadores del mundo para que den a conocer sus producciones. Que cada cual lance su moneda. En Cuba, Lucas le permite soñar.