DIFÍCILMENTE EXISTA EN EL MUNDO UN FENÓMENO CULTURAL PARA NIÑOS, HECHO POR NIÑOS, MÁS SORPRENDENTE QUE LA COMPAÑÍA CUBANA DE TEATRO INFANTIL LA COLMENITACONFORMAN ESTA MARAVILLA.

Se abre el telón. Acto uno, escena primera: listos para volar. Las doce de un mediodía cualquiera. Los niños van llegando a la casona del Vedado habanero. Muchos vienen todavía con sus uniformes y las mochilas escolares colgadas a las espaldas. Otros, los más pequeñitos, vienen de la mano de sus padres. Besos y saludos, saludos y besos. Poco a poco el zumbido de las abejitas va animando el panal. Lo que durante la mañana era apenas una tranquila y amplia oficina, es ahora un mar de voces y sonrisas infantiles. Unos almuerzan, otros simplemente revolotean por el patio o juegan en el jardín. Varias mamás conversan. Los trabajadores, ayudados por algunos padres, están recogiendo todo lo que debe llevarse esta tarde hacia al teatro. «¡Mamaaaaá, pipiiii!…» Desde algún lugar lejano, el ómnibus escolar, largo y blanco, inicia su recorrido. Chicos y mayores son recogidos en varios puntos. Todos convergen en la casona. En unos minutos más, La Colmenita estará lista para salir a volar. Acto dos (o primero), escena dos: imposible de contar en cuatro párrafos. El 14 de febrero de 1990 catorce jóvenes se reúnen con la idea de formar un grupo de teatro. Carlos Alberto Cremata (Tin), estudiante del Instituto Superior de Arte de La Habana, convierte a sus amigos y amigas en actores amateurs. De La Colmena nace La Colmenita. El 2 de Abril de 1994, el grupo de niñas y niños hace su primera gran función ante más de cinco mil personas en el teatro Karl Marx. A Meñique, le siguen más de una treintena de obras y cientos de espectáculos de todo tipo. Se suman la danza y la música hecha en vivo por las pequeñas abejas. El grupo moviliza niños y padres por todo el país. Otras Colmenitas se reproducen a lo largo y ancho de la Isla, y fuera de ella. Pequeños con profundos problemas psicomotores se integran al colectivo. El 6 de Octubre del 2001 un millón de personas los aplaude en la Plaza de la Revolución habanera. Durante estos 18 años no hubo en la Isla evento importante, artístico o político, donde no actuase La Colmenita o alguno de sus integrantes. La televisión y el cine los miman. La película ¡Viva Cuba!, hija mayor de los colmeneros mayores, Juanca Cremata e Iraida Malberti, y sus pequeños actores, Malú Tarrau y Jorgito Miló ganan múltiples premios internacionales. La más reciente puesta en escena del grupo: La Cenicienta según los Beatles, es uno de los sucesos culturales de mayor trascendencia en Cuba en el último año. Aplausos también en España, Bélgica, Dinamarca, Francia, Inglaterra, Alemania, Ecuador, México, República Dominicana, Venezuela, Estados Unidos, Japón… Encuentros y escenarios compartidos con grandes personalidades de las artes y la política mundial. Cientos de favorables reseñas en periódicos y revistas. La UNICEF los suma a sus acciones internacionales… Fidel Castro sonríe ante las cámaras, con el rostro y la barba pintorreteados de mil colores, luego de dejarse besar por los niños maquillados del Tin Cremata… Acto tres, última escena: la apoteosis. Hay un lugar único en La Habana Vieja, en el mismo centro histórico de la capital cubana, que todavía no aparece en las guías de turismo ni en los recorridos de ciudad. Es el teatro de la Orden III, perteneciente al Complejo Cultural del Convento de San Francisco de Asís. Dicho así parece muy importante, pero lo es mucho más. Entremos despacito, las luces están apagadas… ¡silencio!, los niños están en escena… La Cenicienta según los Beatles…hay un ratón hablando: «Es el momento del happy end, del gran redoble de las trompetas, de las comparsas, de las chancletas, del despelote y el parabién… La historia tuvo un feliz final, los convidamos a celebrar. Azul y Ceni fueron felices y nos dejaron dos mil perdices, y un Twist and Shout para bailar». Se encienden todas las luces. Sí, es el final feliz. Los Beatles cantan y bailan en la pantalla, en la escena los acompañan los ratones Ringo, Paul, George y John. Es la apoteosis. Las abejitas de los créditos suben y bajan sus carteles. Los padres también cantan y aplauden… y, muy discretamente… se secan las lágrimas… El telón se cierra… y vuelve a abrirse otra vez.

Ser declarados en el 2007 Embajadores de Buena Voluntad de la UNICEF, avala los 18 años de trabajo de este proyecto cultural

“ Amor y dedicación, perseverancia y espíritu de superación, son algunos de los secretos que conforman esta maravilla “