Esposas de embajadores. Ellas también tienen su espacio
ZINEB KERMA, ESPOSA DEL EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA Y POPULAR DE ARGELIA EN CUBA, OSTENTA LA PRESIDENCIA DEL GRUPO DE ESPOSAS DE JEFES DE MISIÓN Y SEÑORAS EMBAJADORAS EN LA ISLA.
No es una profesión o un oficio reconocido, mas se trabaja muchísimo. No es tampoco un puesto diplomático, aunque intercambian a diario con presidentes, reyes, ministros y cardenales. No toman las grandes decisiones mundiales, pero… Las mujeres de los embajadores tienen la gran virtud de ocupar el único espacio que ninguna ley internacional les puede arrebatar: el del amor. La señora Zineb Kerma, esposa del embajador de la República Democrática y Popular de Argelia en Cuba, es una de esas mujeres excepcionales. Llegó a la Habana hace tres años y medio, y durante los dos últimos ostenta aquí la presidencia del grupo de esposas de jefes de misión y señoras embajadoras. Vestida con el traje típico argelino, nos recibe sonriente en la amplia sala de su residencia. Propone conversar en español, una de las cuatro lenguas que domina: «Es que me gusta aprender el lenguaje de los países a donde vamos. El indonesio es una lengua más fácil de lo que parece, y el español lo aprendí muy rápido, porque el francés es una buena base, y porque quería comunicarme directamente con los cubanos, que son personas muy curiosas y muy inteligentes. «Hemos ido hasta Baracoa en el coche, el embajador manejando. Es un país muy bello, las montañas, el mar… Y hay mucha seguridad, no hay manera de perderse, porque la gente es muy buena y todo el mundo te ayuda. Yo digo que Cuba completa debería ser patrimonio universal. Además, las relaciones con Argelia son muy amplias, somos países amigos; así que hay mucho trabajo para el embajador». Pero ella no se queda atrás, la labor al frente de las esposas y embajadoras le ocupa una buena parte de su tiempo. La señora Kerma explica que están divididas en pequeños grupos representativos de las distintas áreas geográficas, y cada uno tiene su propia jefa y sus actividades específicas. «Recientemente, las asiáticas hicieron un pequeño bazar con comidas típicas; las árabes celebramos el día del amor y la paz con una actividad en conjunto con la Unión Árabe, donde hubo danzas argelina, palestina, siria, libanesa, y mucha comida nuestra. Y las africanas ya organizan una conferencia y una actividad dedicada al 8 de marzo». Pero uno de los momentos más importantes, para el cual se preparan con esmero, es el gran bazar que realizan una vez al año, tradicionalmente en el Hotel Nacional de Cuba, en el cual se venden artesanías, comidas y bebidas, y se presentan espectáculos culturales de cada país y región. Una verdadera feria que reúne a miles de personas. El apoyo a las escuelas especiales, de niños sin amparo filial, o cuyos padres están en prisión, o tienen problemas de alcoholismo, es una labor que también preocupa y ocupa a estas mujeres. «Nos impresiona mucho el trabajo que hacen esas escuelas, y el dinamismo de sus directoras --porque casi todas son mujeres--. Allí los niños son muy bien atendidos, con profesores y psicólogos de mucha calidad; viven como en familia. Nosotras ayudamos en cubrir algunas necesidades, como juguetes y golosinas para los pequeños». El deber de acompañar a su esposo tiene también su sacrificio. La separación de sus dos hijos, varón y hembra, ya casados, es una de ellas, pero la señora Kerma habla con orgullo de la importancia de representar a su país en el exterior. Recuerda que en Argelia fue siempre muy activa. Es ingeniera en economía y estadísticas, y trabajó como jefa de proyectos en el ministerio de finanzas, además de sus tareas en el partido y como sindicalista. «Ahora -afirma-- la residencia es como mi oficina: hay que dirigir, que organizar, y yo hago todo con mucho placer».