Cuando Reimy Chávez y Justo Ramírez Gisbert contrajeron matrimonio el 31 de marzo de 1962 se hicieron una promesa para toda la vida, y no solo de amor. Volver cada año y esa misma fecha al Hotel Presidente, sitio donde pasaron sus cuatro días de luna de miel, fue el pacto que sumaron a su compromiso como amantes. Nada sabían ellos del concepto «Fidelización del cliente », algo que toda instalación hotelera aspira a lograr con sus huéspedes, ni mucho menos imaginaron que un día la propia gerencia del Hotel reconociera su lealtad puesta a prueba durante 46 años. Para celebrar su primer aniversario regresaron a este sitio «para vivir el romance y hacer de ese día una fecha inolvidable», y así lo han hecho sin faltar en ninguna ocasión. Nada les hizo olvidar lo prometido, incluso cuando el Hotel ha estado en reparaciones y no han podido disfrutar de un momento especial, Reimy y Justo se han sentado sencillamente en la terraza a conversar, pero siempre fieles a su tradición, tal y como reza el slogan del Hotel Presidente, uno de los más emblemáticos de la capital cubana y que por estos días cumple ya sus 80 años. «Son un matrimonio de la tercera edad que goza de una gran alegría de vivir, y es un orgullo para el Hotel formar parte de las vidas de personas así. Ellos han elegido el Presidente como su lugar especial, como si fuera un talismán de la buena suerte». Así es como los ven los trabajadores de esta instalación, quienes se regocijan de celebrar junto a tan singular matrimonio su bonita historia de fidelidad al amor y a este Hotel.