Nombre evocador de otras épocas de historia, batallas y conquistas; de misterio, olores sensuales y colores llenos de vida. Ciudad moderna, con inmensa oferta cultural que aprovecha y se nutre de dos mundos –Asia y Europa– y de dos mares, el de Mármara y el Mar Negro.

Fue Bizancio, Constantinopla y, desde 1985, Patrimonio de la Humanidad, por todos los tesoros que ofrece al mundo. Entre los grandes símbolos de la ciudad, cuatro son de inevitable referencia: la mezquita de Solimán «El Magnífico», la de Santa Sofía, impresionante por su cúpula de dieciséis siglos, situada a la izquierda de la primera, además de la famosa Mezquita Azul –ubicada enfrente–. así llamada por el color que tienen los 20 000 azulejos de su interior; y el museo palacio de Topkapi –establecido en 1892– que atesora las colecciones de antigüedades clásicas, manuscritos, cerámicas, armaduras, tejidos, y otros artefactos, y se puede visitar el diván del sultán y las estancias del harén, entre otras joyas históricas. A estos destacados elementos se unen otros sitios tradicionales, muy interesantes, que mercen una visita, pues nos harán disfrutar del auténtico espíritu de Estambul. Entre ellos están las cisternas de la Basílica, el antiguo hipódromo, el obelisco egipcio y la retorcida columna de las serpientes, todos de la época bizantina. Y en el lado oriental, la Torre de la Doncella o el palacio Dolmabahçe. Especialmente recomendable es el Gran Bazar, donde es posible encontrar todos los productos imaginados, al ritmo trepidante de los vendedores que hablan disímiles idiomas y con el aroma de un te típico que sirve para romper el hielo. Se puede acudir, también, al Bazar de las Especias y acabar la jornada con un baño turco tradicional, como los de Cagaloglu y Çemberlitas. A estos aspectos tradicionales de la visita, Estambul exhibe una oferta artística y de amenidades que sorprende a todos, al mezclar culturas y corrientes con amplitud de opciones. En una orilla, por ejemplo, está Üsküdar –ciudad al noroeste de Turquía (conocida como Chrysopolis en los tiempos remotos)– que se distingue por sus cafés, restaurantes y discotecas con vistas al Bósforo. En la otra –la zona europea– se encuentra el barrio de Beyoglu, y en la orilla norte del cuerno de oro, la Torre Gálata, antiguo faro que en la actualidad aloja un restaurante con preciosas vistas, también, al Estrecho de Bósforo. En cuanto a disciplinas culturales y música el abanico es infinito, con escenarios únicos. Variada es, también, la programación de eventos musicales a lo largo del año. En los meses estivales el Teatro al Aire Libre (Açik Hava Tiyatrosu) se celebra el Festival de Jazz y son de interés, igualmente, el Festival Internacional de Música de Estambul, el Festival Internacional del Bósforo, y los conciertos Rumeli Hisari, ente otros. El teatro es especialmente activo con múltiples salas y estrenos habituales. Es encantador el Istiklal Caddesi, mientras que los grandes espectáculos comerciales –como los programados en el Festival Internacional de Teatro de Estambul, de mayo– se celebran en el Atatürk Kültür Merkezi, como las presentaciones de la Ópera y el Ballet Estatal de Turquía. Danza y ballet se pueden disfrutar, también, en el Auditorio Cemal Resit Rey, en Darülbedayi Caddesi, Conference Valley, Harbiye, si bien es frecuente que se organicen actuaciones en galerías y pequeñas salas. A los cinéfilos les comentamos que la mayoría de las películas extranjeras se proyectan con subtítulos en turco. Los cines de Beyoglu participan en el Festival Internacional de Cine, que suele celebrarse durante el mes de abril y, en ocasiones, proyectan películas extranjeras no muy conocidas. El Centro Cultural Francés, en Istiklal Caddesi, proyecta con frecuencia filmes franceses, a la vez que acoge, eventualmente, actuaciones de danza. Por último, en cuanto a arte y galerías, la Exposición Anual de Artistas Contemporáneos de Estambul muestra el trabajo de jóvenes artistas locales. El sector privado ha cooperado, también, en este despegue cultural organizando eventos artísticos especializados y abriendo espacios privados, muchas de ellos en las zonas de Istiklal Caddesi y la plaza Taksim. El Centro Cultural Aksanat –en Istiklal Caddesi, cerca de la plaza Taksim– proyecta jazz y música clásica en una gran pantalla de disco láser y alberga exposiciones de pintura, escultura y obras de teatro.