Diamante de las Segovias

Como puertas abiertas para el conocimiento y la exploración, la Ruta del Café y la Ruta de Sandino, dos de los productos estrellas del turismo nicaragüense, incluyen con especial interés a esta ciudad situada en el corazón de Centroamérica.

Sin ningún inconveniente como torrenciales lluvias, algún deslave o puente averiado, consume algunas horas desplazarse de Managua a Estelí. Aunque habría que desviarse un poquito al este, Matagalpa es un sitio excelente para hacer un alto, si se trata de un viaje sin apuros. Lo recomendamos. Allí se encuentran algunas áreas protegidas de mucho interés como Cerro Apante, El Arenal y Cerro Musún, verdaderas joyas que ofrecen al visitante una sorprendente biodiversidad de flora y fauna, con riachuelos cristalinos, saltos de agua y senderos pintorescos que se adentran en los sitios naturales más bellos del norte de Nicaragua. Son fértiles las tierras de esta región gracias a las frecuentes precipitaciones, la alta humedad relativa y las frescas temperaturas. Por eso explota la naturaleza en verdor y exuberancia, gracias a unas condiciones también inmejorables para el cultivo del café, el rubro económico por excelencia en toda esta zona, un privilegio para los amantes de la naturaleza. La apuesta por su futuro, la pudo conocer esta revista de la voz del propio Ministro de Turismo de Nicaragua, Mario Salinas: «ofertamos como circuitos la Ruta de los Volcanes y de las Ciudades Coloniales a nivel centroamericano; y contamos, además, con la Ruta del Café y la Ruta de Sandino, para lo que se rehabilitaron alrededor de 45 sitios turísticos, entre ellos, uno llamado El Cañón del Somoto, sitio espectacular de bellezas naturales extraordinarias, en las inmediaciones de Estelí». Es una excursión que combina aventura con exploración, paisajismo y caminatas y es, sin dudas, el plato fuerte de los operadores turísticos locales. En cualquier hotel de Estelí y hasta en las calles, la anuncian como un viaje a un lugar único e irrepetible. Además del omnipresente café, de Estelí son famosas sus ferias equinas y muy dignas algunas marcas de tabaco Premium, rubro principal de la agricultura en la región, al menos desde el punto de vista de su aporte económico, que en abril pasado motivó un evento presentado internacionalmente como el Festival del Tabaco, cuya sede local fue el complejo recreativo Estelimar. José A. Muñoz Coromina, colaborador y amigo de Excelencias Turísticas del Caribe y Las Américas, fue especialmente invitado y tuvo el privilegio de disfrutar a propósito de la cita, unos excelentes días en tierra nicaragüense, entre campesinos, productores y empresarios ta­ba­ca­le­ros de la zona. A no ser que llegue por allí en los primeros días de abril, quizás al viajero común no se le de tan fácil disfrutar de una fiesta de esta naturaleza donde participan pueblo, fabricantes, torcedores, aseguradores, mucha gente en general; y que como ­evento paralelo curioso en la referida edición, tuvo la elección de la Miss Tobacco local, lo que fue todo un acontecimiento. En cualquier caso hay que decir que para el aperitivo elemental sobre el tema en cuestión, sí se podrán visitar las fábricas tabacaleras de la ciudad durante todo el año y sus estancos o tiendas, que funcionan como templos de alquimias, aromas y magia para los amantes de este producto. Estelí tiene cinco impresionantes reservas naturales en Tomabú, Tisey, Miraflor, Canta Gallo y La Patasta con facilidades de acceso y senderos abiertos a campo traviesa; mientras sus montañas son pródigas en manantiales, con cascadas cristalinas, seductores paisajes y rica fauna. El salto de agua La Estanzuela y las llamadas Mesas de Moropotente, una sucesión de altas montañas con cimas planas en las que se incluyen Copalchizal, Quiabuc, Majagual, La Trinidad y Oyanca, son otros de los atractivos naturales en este pequeño mundo del corazón de Centroamérica, también conocido como el Diamante de las Segovias.

«Llegamos a Estelí pasadas las ocho de la noche y no dio tiempo a ir al hotel, así que nos llevaron directamente a la elección de la Miss Tabacco. Había un sitio VIP preparado para nosotros donde teníamos comida y bebida. Cada fábrica de tabaco nombraba a la Miss que allí competiría por llevarse la distinción. Se iban presentando una a una y según la fábrica a la que perteneciera, la gente congregada masivamente en la plaza, sacaba sus pancartas y animaba o abucheaba a la candidata en cuestión.»