Re-Creaciones
Pasión y amistad sublimadas en torno a algo que consideran un arte mayor –el Habano–, reúnen en esta suerte de confabulación creativa a Nelson Domínguez, pintor; Miguel Puldón, fotógrafo; y José Castelar (Cueto), récord Guiness por el tabaco más largo del mundo.
«Todo es arte alrededor del Habano», repiten ellos a lo largo de nuestra conversación, «un arte que comienza en el campo, con el cultivo y cosecha de la hoja, y que luego se multiplica en infinidad de expresiones y momentos», de lo que es muestra esta propia exposición que podrá disfrutarse como parte de las actividades del XIV Festival del Habano. José Castelar, sencillamente Cueto, nos cuenta que aprendió desde muy joven el oficio de torcedor para su sustento, lo que luego se convirtió en mucho más y hasta le hizo famoso, al titularse con un récord Guiness como artífice del tabaco más largo del mundo –81,8 m mide el último ejemplar con que ratificó su título, vigente desde 2001. Puldón, por su parte, es un fotógrafo que siente al Habano como parte de su vida, algo infaltable en su quehacer creativo en los últimos años, al punto de poder asegurar que 80 % de las exposiciones que ha realizado se deben o tienen al tabaco cubano como protagonista. El tercer implicado en este proyecto es el Premio Nacional de Artes Plásticas, Nelson Domínguez, que metafóricamente llama al humo del tabaco como un magnífico dibujante «por las disímiles imágenes que sugiere en su caprichoso curso». Dice, además, que se trata de una especie de «compañero habitual» en sus mañanas, «algo que dignifica a Cuba y que ha sido objeto de atención de muchos artistas cubanos de varias generaciones hasta la actualidad». Con Re-Creaciones, los tres amigos y amantes del Habano rinden tributo a una tradición más que centenaria, a un producto único que es, también, presencia e inspiración permanente de sus vidas. Nelson interviene las instantáneas de Puldón; mientras los tabacos torcidos por Cueto se integran en una atractiva instalación: dos presillas esculpidas por el artista sirven de soporte a una imponente culebra de tres metros. Cambian tanto las fotos, advierte Puldón satisfecho, que los originales fotográficos se exhiben junto a las piezas intervenidas. Hay un breve silencio. Nelson mira su Habano humeante y recuerda al famoso veguero ya fallecido Alejandro Robaina, «un viejo y buen amigo con quien en su momento formábamos una especie de conciliábulo amistoso que dejó en nosotros esta necesidad de unirnos para hacer trabajos en común en torno al tabaco»