- Escalada en Viñales.
POCO ANTES DE QUE CULMINE EL AÑO 2015, EL TURISMO DE NATURALEZA EN CUBA SE CONVERTIRÁ EN UNO DE LOS PRINCIPALES ATRACTIVOS TURÍSTICOS PARA CONOCER LA ISLA
Si existe un sitio en el que convergen múltiples virtudes naturales, ese es Viñales, en la occidental provincia de Pinar del Río. Aquí se complementan, como en lienzo, la policromía de las vegas de tabaco, el bohío campesino y lo exclusivo de su flora; un paisaje fantástico para quienes prefieren aventurarse en la impresionante práctica de la escalada.
A menos de 1 km de distancia del poblado se encuentra la ruta de escalada más difícil de Cuba, aún no coronada en su totalidad.
Se trata del área situada al este del mogote El Valle, en un lugar conocido popularmente entre los pobladores como Cueva La Vaca. El mogote forma parte del Parque Nacional Viñales y contempla en su plan de manejo para el uso público, la modalidad de escalada.
Los expertos califican la zona como la más extensa e importante de todas las propuestas para desarrollar esta actividad deportiva en el Parque Nacional, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad –en la categoría de Paisaje Cultural– y Monumento Nacional.
Un total de ciento cincuenta vías de escalada para alcanzar las nubes viñaleras conforman este producto. A 90 m de altura, el punto más alto en el recorrido, el Valle se presenta completamente desnudo, entre el silencio y la complejidad de sus mogotes, únicos de su tipo en la Isla y solo comparables con los localizados en China y la Península de Malaca.
Un grupo de especializados guías, certificados por reconocidas organizaciones internacionales, avalan la seguridad de esta aventura y asumen la mejor preparación física y técnica de los futuros escaladores.
La Costanera, al filo de las nubes
Un poco más al norte, en los límites del Parque Nacional Viñales, encontramos La Costanera de Linares, reconocida por especialistas internacionales como un área excelente para practicar la escalada en roca; motivo por el cual se considera uno de los diez sitios más célebres del mundo para el desarrollo de este deporte.
La zona está situada en la ladera norte de la Sierra Ancón- San Vicente e integrada también a la modalidad de escalada, como parte de su plan de manejo. Al sitio es posible acceder desde la carretera a Puerto Esperanza, un pequeño pueblo de pescadores, bendecido por los mogotes que lo resguardan y el mar que lo abraza.
La pared desde la cual se puede practicar la escalada en La Costanera cuenta con treinta y cinco rutas para abordarla en su extensión y alcanzar su cima. Es recomendable igualmente emprender el recorrido por aquellas áreas en zonas de extraplomo y que se hallen libres de vegetación abundante.
Es la calidad de la roca caliza lo que hace posible mayor seguridad a los anclajes de las vías, los cuales han sido situados recientemente y cuya duración, aseguran los escaladores más experimentados, puede alcanzar los veinte años.
Esta sierra tiene magníficas condiciones para escalarla. Precisamente la calidad del sustrato formado por la roca caliza, permite una mayor seguridad a los anclajes de los escaladores, quienes pueden llegar hasta los ciento veinte metros de altura, como término máximo en esta zona.
La comercialización será a través de las Agencias de Viajes, las cuales contarán con la información necesaria para ofrecer a los interesados.
Para disfrutar una experiencia segura
- La escalada solo se realizará en las zonas propuestas. El acceso al área será controlado y se accederá a ella de forma guiada.
- El cliente firmará un acta de responsabilidad donde se exonera a la institución guía y al Parque Nacional Viñales de posibles daños durante la escalada.
- Cada guía trabajará con un grupo de hasta cuatro clientes a la vez, en dependencia de la complejidad de la ruta y el nivel de conocimiento que posean.
- Las jornadas de ascenso serán de medio día o de un día completo, sin sobrepasar la capacidad de carga.
- Los anclajes de las vías son seguros y están bien conservados, y su vida útil se calcula en unos 20 años.
- La institución guía contratará con el centro científico-investigativo pertinente un monitoreo integral anual del área, entendido como el comportamiento de sus variables litogénicas, hidroclimáticas, biogénicas o bióticas, socioeconómicas e histórico-culturales.