Alexander Antonio Nápoles Valdés.
Hierro consentido
Así ha titulado este joven escultor habanero su nueva exposición personal que se exhibirá en la galería del Museo de Orfebrería de La Habana Vieja, a partir de la segunda mitad de septiembre.
Aunque Alexander es un artista esencialmente autodidacta –«llegué a la escultura y al hierro de manera casual», dice–, tomó estudios básicos en la Escuela Taller de Escultura Agustín Cárdenas en 2005, después de años de tanteos personales, «idas y vueltas sobre la piedra o el metal, la madera, el vidrio y la cerámica», cuenta, con los que se relacionaba de modo empírico por el placer de hacerlo, por el imponderable de tener una forma de sustento, sin darse cuenta de que iba camino a encontrarse con su mayor pasión, que define como «el arte de transformar la materia» a partir de un concepto, idea o necesidad de expresión. «Terminé seducido por el hierro realmente», asegura, «al haber encontrado en él resistencia, fuerza, incluso esa capacidad del ser humano de reponerse tras pasar momentos malos, difíciles, de desgaste o cansancio, debido a determinado golpe o revés, o por el esfuerzo que impone la propia vida para salir adelante y vencer retos o metas, alcanzar sueños y anhelos.» En esa idea se ha inspirado Alexander para trabajar en una serie de esculturas de bailarinas y especialmente en una de mayor dimensión dedicada a Alicia Alonso, Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet Nacional de Cuba –mujer a la que admira pues a su paso por la vida se ha apoderado de los aplausos de todos los públicos donde quiera que ha bailado, y que es acreedora de un indiscutible reconocimiento mundial por su grandeza de artista, su habilidad y consagración para sentar cátedra, su entereza para rescatar los clásicos del repertorio tradicional, haber creado una compañía y ser la fundadora e inspiradora de la Escuela cubana de ballet hasta nuestros días. Alexander ha participado en poco más de una decena de exposiciones y obtenido algunos premios. «Más que todo eso, sin embargo, me interesa aprovechar el tiempo, la posibilidad de experimentar y aplicar renovadoramente todo lo que he aprendido, ir poco a poco y aprender de los grandes maestros, que siempre son una motivación y un ejemplo.» Su muestra personal Hierro consentido, cuya apertura está prevista para esta segunda quincena de septiembre, además de una posibilidad de conocer mejor la obra del joven artista, es un paso más en esta dirección. «Me hace feliz independientemente de los esfuerzos que ha conllevado y, también, por el hecho de que en el Museo de la Orfebrería de La Habana Vieja he tenido muy buenas experiencias anteriores, entre ellas la exposición colectiva de 2008, Diálogo con el Metal, en la que una pieza mía fue reconocida dentro de las jornadas Rutas y Andares»de la Oficina del Historiador de la Ciudad.