Alicia AlonsoLa danza hecha luz.
Mujer que a su paso por la vida se ha apoderado de los aplausos de todos los públicos donde quiera que ha bailado y acreedora de un indiscutible reconocimiento mundial por su grandeza de bailarina, su habilidad para sentar cátedra, su entereza para rescatar los clásicos del repertorio tradicional, haber creado una compañía y ser la fundadora e inspiradora de la escuela cubana de ballet.
La Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet Nacional de Cuba, es una de las personalidades más relevantes en la historia de la danza y constituye la figura cimera del ballet clásico en el ámbito iberoamericano. Nació en La Habana, donde inició sus estudios en 1931, en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical; y más tarde se trasladó a los Estados Unidos y continuó su formación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet. Su actividad profesional comenzó en 1938, en Broadway, al debutar en las comedias musicales Great Lady y Stars in your eyes. Un año más tarde ingresó al American Ballet Caravan, antecedente del actual New York City Ballet. Se incorporó al Ballet Theatre of New York en 1940, año de su fundación, y a partir de este momento comenzó una brillante etapa de su carrera como intérprete suprema de las grandes obras del repertorio romántico y clásico. Trabajó entonces junto a Mijail Fokine, George Balanchine, Leonide Massine, Bronislava Nijinska, Antony Tudor, Jerome Robbins y Agnes de Mille, entre otras significativas personalidades de la coreografía del siglo XX. Fue ella la intérprete principal en el estreno mundial de importantes obras como Undertow, Fall River Legend y Theme and Variations; y en calidad de figura del American Ballet Theatre, actuó en numerosos países de Europa y América con el rango de prima ballerina. En 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba, compartiendo su talento con el American Ballet Theatre, los Ballets Rusos de Montecarlo y su propio conjunto, que mantuvo con muy escaso o ningún respaldo oficial hasta 1959, año en el que el gobierno revolucionario de Cuba le ofreció todo el apoyo. Versiones coreográficas suyas de los grandes clásicos (Giselle, Grand Pas de Quatre, La bella durmiente del bosque, La fille mal gardée, Don Quijote) son célebres internacionalmente y se han bailado por otras importantes compañías de ballet como las de la Ópera de París, la Ópera de Viena, el San Carlo de Nápoles, la Ópera de Praga, la Scala de Milán y el Real Ballet Danés, entre otros. Como eminente figura cultural del mundo, Alicia Alonso ha sido investida con el grado de Doctora Honoris Causa de la Universidad de La Habana, el Instituto Superior de Arte de Cuba, la Universidad Politécnica de Valencia, de España; y la Universidad de Guadalajara, en México. En 1982, el estado mexicano le confirió la Orden El Águila Azteca y en 1993 se le otorgó la Encomienda de la Orden Isabel la Católica, que adjudica el Rey de España. Ese mismo año surgió una Cátedra de Danza con su nombre en la Universidad Complutense, de Madrid y más tarde creó la Fundación de la Danza que lleva su nombre y el Instituto Superior de la Danza Alicia Alonso adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos. En 1996, el Ateneo Científico, Artístico y Literario de Madrid le rindió homenaje público, y también fue designada Miembro de Honor de la Asociación de Directores de Escena de España (ADE). En 1998 fue distinguida con la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid; y la República Francesa le impuso la Orden de las Artes y las Letras, en el Grado de Comendador; al tiempo que el Consejo de Estado de la República de Cuba la condecoró con el título de Heroína Nacional del Trabajo y la Orden José Martí, en 2002, máxima condecoración que otorga esta instancia gubernamental. En 2000 recibió el Premio Benois de la Danza, por sus aportes artísticos de toda una vida, y dos años después fue nombrada Embajadora de la República de Cuba, por el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país e investida en París como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO. En el año 2003, el presidente de Francia le confirió el grado de oficial de la Legión de Honor y en 2005, recibió en Cannes el Premio Irene Lidova por toda su carrera artística. Recientemente recibió, de manos de los Reyes de España, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, otorgada por el gobierno español. Excelencias se suma a los homenajes que este año de manera muy especial se dedican a quien ha sido inspiración y guía para la formación de varias generaciones de bailarines cubanos, con un estilo propio que ha conquistado un lugar destacado en el ballet internacional.