El Rodeo Montubio, una de las pocas tradiciones costeñas que aún se conservan.
La Mama Negra siempre es personificada por un hombre con el rostro tiznado, y constituye la figura central de esta festividad.
Entre los agasajos de carácter religioso también destaca el de Corpus Christi.

LA ENORME RIQUEZA CULTURAL DE ECUADOR SE REVELA EN SUS MUCHAS TRADICIONES Y COSTUMBRES ANCESTRALES, QUE ALCANZAN SU MÁXIMA EXPRESIÓN EN FIESTAS QUE CELEBRAN LA VIDA  

Justo donde la tierra se hace más caliente y el sol palpita con fuerza, se ubica Ecuador. Quienes han tenido la oportunidad de visitar esa nación centroamericana coinciden al afirmar que es allí donde impera la alegría. Y es que posee una enorme riqueza cultural, que se revela en coloridos festivales que se realizan durante todo el año. Costumbres ancestrales, tradiciones, creencias y mucho folclor alcanzan su máxima expresión en fiestas que celebran la vida, las cuales sobresalen por la maravilla de la fusión de las raíces españolas e indígenas.
Entre los feriados y festejos folclóricos más significativos de la tierra ecuatoriana se encuentran, por solo mencionar algunos, el carnaval, la Fiesta del Sol, los festivales de la cosecha del maíz y el de las Frutas y las Flores; la Mama Negra, así como el Día de la raza y el de los Muertos: todos representan un viaje donde la sorpresa, la historia y la belleza están garantizadas.
Considerado como uno de los sucesos más populares de Ecuador, junto con la Semana Santa, el Carnaval se realiza por todo lo alto con juegos de agua, espuma, harina, maicena o talco. En él los participantes se disfrazan con elaborados trajes o se adornan la cara con pinturas de tipo vegetal. Cada localidad exhibe rasgos distintivos. Por ejemplo, en Ambato las calles se llenan con comparsas y desfiles de carros alegóricos decorados con arreglos florales y deliciosos frutos de la zona.
En Guaranda se acostumbra a consumir pájaro azul. No se alarme, no se trata de un ave, sino de un aguardiente típico, que se prepara a base de caña de azúcar y exhibe el color que le da nombre. Entre los más afamados también está el de Chimborazo, el cual se distingue por sus ritos purificadores, cantos, danzas y canciones representativos de la mascarada andina.
REENCUENTRO CON LOS AFECTOS
Si de fechas importantes se trata, el Día de los Muertos encabeza la nómina. Cada 2 de noviembre las familias se van de paseo a un sitio singular: el cementerio. Allí se visitan las tumbas de los seres queridos. Lejos de ser una conmemoración luctuosa, como pudiera pensarse, es más bien una suerte de reencuentro con aquellos que no están. La jornada sirve para honrar la existencia de los que dejaron el mundo terrenal y celebrar la renovación de un nuevo ciclo.
Los ecuatorianos llevan flores, comida, en especial las famosas guaguas de pan –reciben ese nombre debido a su forma, que imita a un muñeco o bebé sonriente– y toman colada morada, una bebida espesa de zarzamora, preparada con harina de maíz negro o morado.
Como una alabanza a la madre naturaleza y en especial al Astro Rey se lleva adelante asimismo el Inti Raymi o la Fiesta del Dios Sol, en la cual se agradece por una buena y abundante cosecha. Dentro del calendario andino se ubica en junio y se vive en cada provincia de forma distinta. Actualmente se conjuga con otras tradiciones mestizas en una sola celebración que se efectúa durante varias jornadas e incluye actividades deportivas, artísticas, competencias y exhibiciones. El día principal de esta conmemoración –la más importante del imperio Inca, ya que el sol era su máxima deidad– es el 24 de junio, fecha en que, para la cosmovisión andina, el sol se sitúa más cerca de la tierra.
En esta actividad participan aproximadamente 50 comunidades y se inicia con un baño ritual en la cascada de Peguche. Luego, con la presencia de dirigentes indígenas, tienen lugar en la plaza Otavalo rituales y el recibimiento de las diferentes localidades de los alrededores de la ciudad.
Con el objetivo de rendir tributo a los chagras, al esfuerzo del trabajador campesino y a la forma de sustento en el campo, se hace el Paseo Procesional del Chagra, donde son protagonistas los hombres del campo vestidos con ponchos listados de lana, zamarras, botas de cuero y sombreros. La palabra chagra proviene de «chacra», que significa un terreno de extensión limitada para el cultivo de los alimentos que necesita la población.
También para reafirmar la identidad cultural de los ecuatorianos se organiza el Rodeo Montubio, una de las pocas tradiciones costeñas que aún se conservan.
Cuando ocurre, hombres y mujeres con la piel curtida por el sol visten sus mejores trajes y se entregan al desenfreno y la algarabía. Caballos, sombreros, pistolas y espuelas son invitados imprescindibles a esta cita que tiene lugar antes y durante el 12 de octubre, Día del Descubrimiento de América y de la Raza, como un motivo para demostrar el orgullo de lo que son.
El 12 de febrero, por ser la fecha de su descubrimiento por el capitán español Francisco de Orellana, se instituyó como el Día de la Amazonía ecuatoriana, un acontecimiento que se recuerda en toda la región con bailes y chicha, una bebida alcohólica tradicional. A esa conmemoración se suman muy activamente las provincias de Sucumbías, Francisco de Orellana, Ñapo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. 

CULTURA EN TODO SU ESPLENDOR
Belleza y tradición se congregan en la fiesta de la Mama Negra, en Latacunga; un fenómeno cultural absolutamente mestizo que, según los investigadores, viene desde época de la colonia. La Mama Negra es de raíz indígena, africana e hispana, y en esta trilogía radica la riqueza cultural de su contenido, expresado en la variedad de sus personajes, atuendos, danzas, máscaras, comparsas, ritmos, canciones, comidas, bebidas y espectáculos que le dan forma a esta fiesta protagonizada por el pueblo.
Antiguos cronistas cuentan que se originó en 1742 cuando los habitantes de la región, asustados por las terribles erupciones del Cotopaxi, buscaron protección en la Virgen de las Mercedes o de la Santísima Tragedia, a la que proclamaron Patrona y Abogada o «Virgen del Volcán». Justamente la Mama Negra constituye la figura central de esta festividad. Siempre es personificada por un hombre con el rostro tiznado, quien, ataviado con ropajes típicos, recorre a caballo las calles de la ciudad.
Entre los agasajos de carácter religioso también destaca el de Corpus Christi, muy significativo en América Latina. Pero en Cuenca, cuyo centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tiene un toque particular. Mezcla de las tradiciones católicas e indígenas, abundan fuegos artificiales, bailes y disfraces durante una semana en que se degustan, además, frutas confitadas, chocolates y alfajores. Se tiene conocimiento de que esta fiesta se instauró desde el primer año de fundación de la urbe en 1557, a partir de entonces igual se le empezó a llamar Fiesta de la Ciudad.
Asimismo la Semana Santa genera grandes motivaciones, con su amplia gama de ceremonias a lo largo y ancho del país. Como sucede con el Día de los Muertos, está muy vinculada a la gastronomía. El plato más importante es una sopa espesa que los ecuatorianos llaman fanesca. Según dicta la tradición, debe tomarse el Jueves Santo como si fuera la Última Cena. No obstante, la popularidad de esta deliciosa elaboración ha hecho que se disfrute cualquier otro de los siete días. Se prepara con bacalao seco y una selección de diferentes granos y verduras autóctonos de la Sierra ecuatoriana.
En Quito la Semana Santa se vive de modo muy especial. Por ejemplo, en Riobamba lo más visitado por turistas y locales es la Procesión del Señor del Buen Suceso, que sale desde la Iglesia de La Concepción y termina en la Plaza de la Concepción con una misa.
El Pase del Niño Viajero refleja en tanto un sincretismo total. Cada 24 de diciembre se congregan más de 50 000 personas para rendir culto a una imagen del niño Jesús creada en madera en el año 1823. Esa figura, llevada a varios santuarios de Tierra Santa, fue colocada en el lugar donde nació Jesús en Belén y más tarde bendecida por el Papa Juan XXIII en Roma. A su regreso, la gente emocionada por el viaje del «Niñito», decidió demostrarle sus respetos.
Tradiciones como esta captan el interés de un turismo masivo y devienen una manera efectiva para dar a conocer al mundo la riqueza cultural de Ecuador.