- Un país de gente industriosa
CUBAINDUSTRIA 2018, ESPACIO PARA INTERCAMBIAR, HACER ALIANZAS, E INICIAR O CONCRETAR NEGOCIOS
Es la oportunidad ideal para intercambios científicos y técnicos; para apreciar productos, equipos, maquinarias, nuevas tecnologías, piezas y componentes producidos en Cuba y en el resto del mundo; para formalizar acuerdos comerciales, alianzas estratégicas, convenios de desarrollo, asociaciones y contratos para nuevas alternativas de suministro...
Así conciben y construyen sus organizadores la Convención y Exposición Internacional de la Industria Cubana, evento bianual que celebra su tercera edición en el Palacio de Convenciones de La Habana y en el recinto ferial, Pabexpo.
Del 18 al 22 de junio, científicos, académicos y técnicos de la especialidad se encuentran. Unos ya han estado por aquí en varias ocasiones; otros lo hacen por primera vez.
Desde 2014, cuando se celebró la primera edición de Cubaindustria, el interés por las oportunidades y el potencial que ofrece el sector —estratégico para el desarrollo nacional— está en la mira de entendidos y profanos. Un foro de inversiones, 11 congresos, paneles, mesas, conferencias magistrales, citan ahora a unos 2 000 hombres y mujeres, alrededor de 400 procedentes de una veintena de naciones.
Cuba constituye un país de gente industriosa. Lo es desde el siglo XIX, cuando el desarrollo azucarero y la infraestructura alrededor, la convirtieron en el primer exportador mundial del dulce, hegemonía que mantuvo por unos cien años.
Vastas son las industrias aquí, desde las tradicionales a las de alta tecnología, como la médica y la biotecnológica. Suman cientos de miles los profesionales de ambos sexo (ingenieros, licenciados, técnicos y obreros) preparados en nuestras universidades y politécnicas.
En este evento, sin embargo, son cuatro las ramas a reinar: la electrónica, la informática, la automatización y las telecomunicaciones; la industria ligera; la química; y la sideromecánica y el reciclaje, todas rectoradas por el Ministerio de Industrias (MINDUS), auspiciador del encuentro.
La política sectorial para esta área económica, contenida en los principales documentos políticos, legislativos y de gobierno, le asigna promover «proyectos para modernizar y crear nuevas capacidades con el objetivo de cubrir la demanda nacional, sustituir importaciones y generar exportaciones».
El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 propone, por ejemplo, fortalecer «la industria nacional, en todas sus escalas, orientada al mercado interno, sobre la base de la competitividad, sostenibilidad y la promoción de su participación en los mercados internacionales».
ENTRE AMIGOS
Descapitalización y obsolescencia tecnológica son dos de los fardos que afectan a la industria cubana, que entre los años 70 y 80 del pasado siglo alcanzó un ritmo inversionista nunca antes visto en el país y en la región latinoamericana y caribeña, según la escala de la economía local.
La implosión del campo socialista europeo y la antigua Unión Soviética (URSS), y el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por el gobierno de Estados Unidos a Cuba desde 1960 fueron y son el principal obstáculo en el repunte de estas manufacturas.
El bloqueo a la Isla de la Libertad durante casi 60 años ha provocado pérdidas por miles de millones de dólares en el sector. La agresiva política de la Casa Blanca —arreciada con la nueva Administración— causó a la industria cubana el pasado año afectaciones financieras por unos 60 millones de dólares.
La Isla, empero, sigue echando mano a sus «hierros» viejos y nuevos. La proyección industrial actual y futura es a la sazón uno de los objetivos de Cubaindustria 2018.
En este propósito tres retos son «verdades de Perogrullo»: continuar recapitalizando y modernizando la gran industria, en especial las estratégicas; seguir impulsando y mejorando el ambiente de los emprendedores, o sea, las formas no estatales de gestión, cuyo rol cada día es más visible y prometedor; e incrementar la participación de socios de «allende los mares».
Según los tres documentos económicos y sociales que trazan el desarrollo del Archipiélago a corto, mediano y largo plazo, aprobados a nivel político, legislativo y gubernamental, y antes discutidos y consensuados con la población (los Lineamientos del Partido, la Conceptualización del modelo y el Plan nacional hasta 2030), la inversión extranjera directa se concibe «como parte esencial de la estrategia de desarrollo».
Es «vía de acceso a capitales, tecnologías, mercados y experiencia gerencial», las que tributan «a la solución de importantes desequilibrios estructurales y a encadenamientos productivos».
La Cartera de oportunidades de inversión extrajera 2017-2018 presentó 33 propuestas para el sector Industria, 17 de ellas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM). Pero esta solo es una guía. También se escuchan proposiciones.
Tiempo de seguir aprendiendo, de continuar desarrollando el pensamiento estratégico, de hacer negocios, eso es Cubaindustria 2018.