Si algo hace diferente a esta ciudad son sus cerros, debido a las pendientes. La mayoría de los barrios aledaños al puerto (denominados cerros) son inaccesibles por los medios de transporte convencionales, siendo los ascensores funiculares los que cumplen la tarea de conectar la parte alta de la ciudad con el puerto.

LOS SUEÑOS SON "SUEÑOS" Y CASI SIEMPRE NO PASAN DE SER ESO, "ÚNICAMENTE SUEÑOS", PERO A VECES -EXTRAORDINARIAMENTE- SE HACEN REALIDAD...

Desde que en el año 1999 descubrí en una exposición en el IVAM el trabajo del fotógrafo chileno Sergio Larrain (1) quise viajar a Valparaíso. Pero pasaba el tiempo, más de tres lustros, y seguía siendo únicamente un sueño. De forma sistemática, cada año, en la asignatura Análisis fotográfico, que impartía en el Centro Universitario de Artes TAI (2), dedicaba una clase completa a estudiar su obra. Les leía con calma y sosiego la carta que el mismo Sergio Larrain escribió a su sobrino cuando este le pidió consejo, queriendo seguir sus pasos y convertirse, algún día, en fotógrafo. Sergio Larrain tardó en escribirle (3), pero al final lo hizo y mereció la pena, su carta se ha convertido en el mejor alegato de lo que un fotógrafo debe hacer al retratar una ciudad, y fue Valparaíso el ejemplo a seguir... El conocimiento y amor que profesaba Sergio Larrain por Valparaíso quedó reflejado para la historia, de forma gráfica, en Valparaíso (4), el mejor libro que se ha editado sobre esta ciudad.
Pero volviendo a "los sueños", visitar Valparaíso -al final- se cumplió el pasado mes de noviembre, con motivo de la sexta edición del FIFV (Festival Internacional de Fotografía Valparaíso). Es cierto que una semana no es mucho tiempo para conocer y vivir una ciudad tan vital, activa y colorida, pero presiento que no será la única vez que pise sus calles, sufra sus cuestas, saboree su gastronomía y disfrute de su belleza... juro que no esperaré otros dieciocho años para volver.
Para hablar de la ciudad quisiera comenzar con una de las frases del propio Sergio Larrain: "Valparaíso siempre es una maravilla, es perderse en la magia, perderse unos días dándose vueltas por los cerros y calles y durmiendo en el saco de dormir en algún lado en la noche, y muy metido en la realidad, como nadando bajo el agua, que nada te distrae, nada convencional. Te dejas llevar por las alpargatas lentito, como si estuvieras curado por el gusto de mirar, canturreando, y lo que vaya apareciendo lo vas fotografiando" (5).
Valparaíso es una ciudad con una vigorosa actividad industrial y cultural fuera de lo común dado que, al ser el puerto principal del país, ha sido receptora de todo lo que procede de Europa y de otras partes del mundo.
Si algo hace diferente a esta ciudad portuaria son sus cerros, debido a las pendientes. La mayoría de los barrios aledaños al puerto (denominados cerros en Chile) son inaccesibles por los medios de transporte convencionales, siendo los ascensores funiculares los que cumplen la tarea de conectar la parte alta de la ciudad con el puerto. El primero, que funcionaba a vapor, se construyó en el cerro Concepción en 1883 y el de Cordillera en 1887. En la actualidad solo funcionan quince, que se han convertido en un atractivo turístico, además de cumplir con su función de transporte. Aunque la idea original era construir un ascensor por cerro –Valparaíso está compuesta por 43 cerros–ese plan no se realizó en su totalidad debido a la aparición de los autobuses y el tendido de caminos que hicieron más fácil el acceso. Sin embargo, se terminaron más de 30, de los cuales permanecen 15, la mayoría aún en funcionamiento y el resto fuera de servicio o en reparación.
La ciudad invita a perderse y sumergirse por los cerros, donde nunca te sientes solo, ya que una cantidad incontable de perros vagabundean libres y sin amo por toda la ciudad. No son peligrosos, pero no hay que perderlos de vista. Lamentablemente esta situación está fuera de control desde hace mucho tiempo.
Valparaíso es una ciudad maravillosa, cargada de simbolismo, significado y matices, que confluyen con el estilo de vida propio y único del porteño, quien ha hecho de su bahía, cerros e inmuebles, lugares llenos de historias y leyendas que transmitir. Junto al tradicional Cerro Cárcel, hoy centro cultural y de ocio, se encuentra el cerro El Panteón, lugar que aglutina a los tres cementerios más antiguos de la ciudad: los cementerios 1 y 2 y el cementerio de los disidentes. Terreno llano, de callejuelas empedradas y extraordinaria arquitectura, es el descanso de figuras políticas, benefactores y fundadores de la ciudad, así como de hombres y mujeres que emigraron desde otras latitudes para radicarse justamente en Valparaíso, un mar triste de mausoleos, sepulturas y ángeles de mármol.
En definitiva, Valparaíso es la ciudad que nunca te dejará indiferente, nada se parece a este lugar y, como ocurre siempre en los lugares prodigiosos, al dejarlo ya estás deseando volver.

 

1. Sergio Larraín Echeñique, fotógrafo. (Santiago, Chile, 1931 -Ovalle, Chile, 2012). En 1958 expuso sus fotografías en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, junto a las pinturas de Sheila A.W. Hicks, artista norteamericana becada en Chile por la Comisión Fullbright. En 1959 fue becado por el British Council para viajar a Londres por cuatro meses, donde realizó su afamada serie sobre dicha ciudad. Ese mismo año, Sergio Larraín conoció a Henri Cartier-Bresson, fotógrafo francés, quien le propuso incorporarse a la agencia Magnum, que provee de material fotográfico a las grandes revistas europeas y norteamericanas. Larraín se instaló en París, donde colaboró con algunas de las revistas especializadas más prestigiosas.
A comienzos de los años 60 regresó a Chile, con el propósito de ahondar en las temáticas que más le interesaban, sin las exigencias comerciales de la prensa internacional: la gente y el entorno de Valparaíso, que ya había fotografiado en numerosas ocasiones. Trabajó con el poeta Pablo Neruda, en la realización de un libro para la Editorial Lumen de Barcelona y, luego para realizar fotografías sobre Valparaíso, que fueron publicadas primero en la revista DU. Atlantis, en 1966, acompañadas por un texto de Pablo Neruda.

2. Fundada a finales de los setenta, el Centro Universitario de Artes, TAI, se ha consolidado como la primera escuela de arte independiente de enseñanza de Grado Universitario de España, acreditada por una sólida estructura académica y una intensa actividad de producción artística.

3. El fotógrafo Sergio Larraín le escribe en 1982 una primera carta con comentarios fotográficos a su sobrino Sebastián Donoso, después de que éste le manifestara su deseo de dedicarse también a la fotografía. La lectura de esa primera carta fue hecha por el propio Sebastián durante la charla "Sergio Larraín, Gran fotógrafo Chileno de la Agencia Magnum", organizada por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica de Chile, el viernes 3 de abril de 2009.

4. Aunque la mayoría de las fotografías de la ciudad las realizó en la década de los 60, no fue hasta 1991 que la Editorial Hazan publicó el libro Valparaíso en ocasión de la exposición de Les Rencontres de la Photographie de Arles. Además de la ciudad, en esa época también fotografió la casa del poeta Pablo Neruda en Isla Negra, Chile, trabajo publicado en su libro Una casa en la arena (1966).

5. Extracto de la carta que Sergio Larrain escribió a su sobrino Sebastián Donoso.