EL 2017 HA SIDO DESIGNADO COMO “AÑO INTERNACIONAL DEL TURISMO SOSTENIBLE PARA EL DESARROLLO”, CON EL COMPROMISO DE CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE Y LA CULTURA LOCAL DE LOS PAÍSES, AL TIEMPO QUE SE CONTRIBUYE CON LA SALUD DE LA POBLACIÓN

El turismo está considerado una de las industrias más grandes del mundo, así como una fuente de ingresos muy importante para los países en vías de desarrollo. Pero hay que tener en cuenta que esta actividad también puede poner en peligro los recursos naturales de un país y, por consiguiente, la salud de la población.
Dentro de los principales impactos ambientales negativos generados por el desarrollo de infraestructura turística en el mundo se describen: la modificación y destrucción del hábitat de flora y fauna terrestre y acuática; cambios de uso de suelo forestal; generación de residuos sólidos peligrosos; contaminación de los suelos y del agua por emisiones líquidas (descargas de aguas residuales, aceites, lubricantes e hidrocarburos); introducción de especies exóticas; emisión de ruidos y vibraciones por el empleo de maquinaria pesada; alteración de dunas costeras; cambios en el paisaje para favorecer actividades de ocio como el golf o el esquí; entre otras.
Estos procesos son más incisivos en algunos países, donde las normativas medioambientales suelen ser más laxas para favorecer la industria turística y los recursos naturales son presa fácil de la especulación.
Por ello se trabaja en este sentido a nivel mundial con el fin de encontrar un equilibrio entre la explotación turística, el factor humano y nuestro entorno. Para alcanzar todo esto es necesario tener en cuenta los derechos que nos definen como personas por una parte, y por la otra, las obligaciones que tenemos como habitantes de la Tierra. Así, diferentes organizaciones como la ONU y, dentro de esta, la Unesco, tienen en cuenta los factores del ecoturismo, incluyéndolos entre sus políticas de sostenibilidad.
El Turismo Sostenible incorpora una nueva ética del turismo y del turista, la sensibilidad hacia la naturaleza, la cultura y las formas de vida de las poblaciones receptoras, convirtiéndose así en una herramienta estratégica no solo en el desarrollo económico de un país, sino también en los beneficios para la salud de la población.

Recomendaciones para lograr un turismo sostenible

• Al planificar su viaje, elija aquellos proveedores que le ofrezcan garantías de calidad y de respeto a los derechos humanos y al medio ambiente.
• Utilice los recursos naturales, como el agua y la energía, con moderación. Recuerde que son bienes escasos.
• Trate de minimizar la generación de residuos. Son una fuente de contaminación.
• Cuando tenga que deshacerse de un residuo, hágalo de la manera más limpia que le facilite su lugar de destino.
• En un espacio natural procure que la única huella que deje atrás sea la de su calzado.
• Si visita ecosistemas sensibles, como arrecifes de coral o selvas tropicales, infórmese sobre cómo hacerlo para causar el menor impacto posible.
• Al comprar regalos y suvenires, busque productos que sean expresión de la cultura local. Favorecerá la economía de los pueblos que le acogen y la diversidad cultural.
• No adquiera flora y fauna protegida por el Convenio de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), ni productos derivados de dichas especies. Es un delito y contribuye a su extinción.
• En su destino disfrute conociendo la cultura, costumbres, gastronomía y tradiciones de las poblaciones locales. Respételas y acérquese a ellas, tienen mucho que contarle.
• Trate de contribuir con su presencia al desarrollo de un turismo responsable y sostenible, construyendo con su viaje un planeta más saludable y solidario.