- La cuna del caballero de los vinos.
LAS RIBERAS DEL RÍO DUERO (EL MISMO QUE SALE DE ESPAÑA Y DESEMBOCA EN EL ATLÁNTICO) SON EL PUNTO PERFECTO PARA ENTENDER CÓMO FUNCIONAN DOS CIUDADES AJENAS Y COMPLEMENTARIAS A LA VEZ
A un lado está Oporto, decadente, desvencijada, tan alegre y llena de saudade. Al otro, Vilanova de Gaia, con sus rabelos (antiguas barcas que transportan el vino desde los viñedos hasta las bodegas) aún anclados al presente y al pasado. El oporto es uno de los vinos más famosos del mundo, elegante, regio, un “caballero”, dicen algunos, dentro y fuera de la copa. Pero su historia viene marcada por un experimento que nació justo antes de zarpar de Portugal a Inglaterra: los vinos se fortificaban con aguardiente vínico de 77 grados para que no se estropearan en la travesía oceánica.
No en vano, hoy muchas bodegas que hacen vida en Vilanova de Gaia recuerdan ese sello inglés con los apellidos de los primeros alquimistas: Cálem, Niepoort, Graham’s, Sandeman o Taylor’s, por nombrar unas pocas.
Algunas rozan las aguas del Douro, otras miran a la ciudad desde arriba, pero todas guardan un tesoro en sus inmensas barricas y sus familias conservan la sonrisa viva de saberse privilegiadas.
La magia del vino de Oporto comienza entre principios de septiembre y finales de octubre cuando tiene lugar la vendimia, un ritual inolvidable que en muchos casos se hace a mano o en mulas por pendientes intrincadas y caminos casi imposibles.
En las “quintas” se recogen los racimos, que se desgranan y aplastan de manera mecánica, aunque hay quienes todavía se sumergen hasta las rodillas para pisar el mosto violáceo al son de alegres melodías.
El resultante se verterá en tinas de acero inoxidable donde comenzará la fermentación que, al alcanzar el nivel de azúcar deseado, se interrumpirá con el aguardiente vínico. En los rabelos se cargará el vino hasta las bodegas, donde comenzará la vida en barrica.
Dice Verena Niepoort, socia gerente de Bodegas Niepoort, que lo que completa el proceso es el “arte de saber envejecer el vino para conseguir un producto único”.
En cualquiera de las bodegas se vive entre el abismo del ayer y el hoy con una naturalidad asombrosa. Botellas del siglo XIX, de principios del XX, ya polvorientas y hasta enmohecidas, están a unos pocos pasos de unas primeras barricas que pueden llegar a contener hasta 57.600 L de mosto fermentado, como ocurre en Cálem para lograr los ruby.
Otras más pequeñas, donde reposan los tawny se apilan en la oscuridad en decenas, centenares, sin dejar apenas espacio entre una redondez y otra de la madera.
Oporto produce blancos y rosados jóvenes, que no pasan por madera, suelen ser muy afrutados y florales y van muy bien con frutos secos, ensaladas y pescados. Los ruby son de color rubí intenso y los tawny son más amarronados, con toques de frutos secos, y se elaboran mezclando diferentes añadas con diversos grados de maduración (en Taylor’s el blend puede llegar a contener vinos centenarios) y van muy bien con platos de carne.
Pero la joya de la corona es el colheita, que debe ser lo suficientemente especial como para que el Consejo Regulador designe a la añada como idónea para prepararlo.
En platos de carnes asadas o al horno con salsas intensas de pimienta u otras especias, tartas y sobremesa el late bottle vintage (LBV) o el vintage, que proceden de una sola cosecha de calidad excepcional, que pasan por madera y siguen madurando en botella.
Los turistas, que se reparten en centenares por todas las bodegas, no se creen del todo lo que ven y buscan inmortalizar el momento en una captura. Pero ese instante poco podrá decir de los aromas, la historia, el sabor de lo que ocurre en Vilanova de Gaia. Quizás los que solo puedan contar lo vivido son esos rabelos aún flotantes sobre el Douro, pero aún no han encontrado cómo hacerlo.
The Birthplace of the “Knight of Wines”
We have Oporto on one side, declining, dilapidated, so joyful and full of sadness. On the other hand, Vilanova de Gaia, with its rabelos (ancient boats that used to transport wine from vineyards to wine cellars) still anchored between present days and the past.
Oporto is one of the most famous wines of the world, elegant, regal, a “knight”, some people say, in and out of the glass. But its history is marked by an experiment that was born right before sailing from Portugal to England: the wines used to be fortified with 77 degree wine eau-de-vie in order to stop them from deteriorating during the voyage.