Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno español, durante su visita a Cuba./ Spanish president Pedro Sanchez during his Cuba visit.

Con el Doctor Eusebio Leal han descubierto los secretos y maravillas de la Habana Vieja los visitantes más ilustres que a ella han arribado: desde los expresidentes españoles Adolfo Suárez y Felipe González, al Rey emérito Juan Carlos I o el exmandatario norteamericano Barack Obama. A todos los acompañó el Historiador de la Ciudad, igual que hizo con el Jefe de Estado Pedro Sánchez, cuya visita consideró un gesto de amistad, pues «con él viene todo el pueblo español. Dije un día que se puede prescindir de los políticos, pero de España no: España es consustancial a la naturaleza de nuestro pueblo, somos de la misma estirpe, un pueblo que puede perdonarlo todo menos que le pisen la capa. Nos han tratado de pisar la capa y aquí estamos».
Leal, inmerso ahora en numerosas obras de restauración de cara al quinto centenario, ve esta conmemoración como punto de partida. «Nuestra tarea es preservar, pero conservar, no para momificar el pasado. La misión que tenemos hoy es precisamente darle vida, que la ciudad sea para los que la viven, por eso la Oficina ha creado escuelas, ha trabajado en la creación de centros de salud, en la creación de viviendas en edificios históricos, que es la única manera de que La Habana y su Centro Histórico no se conviertan en un pueblo viejo o en un centro turístico, sino en un pueblo acogedor, abierto y vivible».
Afirma Eusebio que gracias a la cooperación española funciona desde hace años la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, que ya ha graduado 5 000 alumnos: mano de obra altamente cualificada que ha llevado adelante la ingente tarea de la rehabilitación de La Habana, premiada por la UNESCO.
«En 1898 España perdió a Cuba, pues en vez de otorgarle la soberanía al pueblo cubano, como debió ser, se la cedió a Estados Unidos. Eso nunca debió ocurrir. Se decía: más se perdió en Cuba. Todavía muchos se lamentan por haberla perdido y esa es la causa por la que también la quieren suya… España no debe perder a Cuba por segunda vez».
Durante su histórica visita, el presidente Sánchez trajo consigo la silla de campaña de Antonio Maceo, caído en combate el 7 de diciembre de 1896. Tallada en una palma real con una estrella solitaria grabada en su respaldo, Valeriano Weyler se la había llevado a  la península. Tras 21 años, ha sido cedida por dos años, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Palma de Mallorca:
«¿Cómo no ver en este acto un hermoso gesto, no ya de reconciliación, pues esa está hecha hace mucho tiempo, sino un acto sincero de amistad? Lo que España trae es una parte de ella, y lo que nosotros recibimos es una parte nuestra, somos un solo corazón y un alma sola, en las buenas y en las malas».