Un Brasil que parece Europa
El clima con una media anual de 18 grados centígrados, inviernos fríos con esporádicas nevadas cuyos copos a veces cubren los paisajes normalmente verdes de la Sierra Gaucha y la fuerte herencia de sus antiguos colonos españoles, portugueses, alemanes, italianos, irlandeses y hasta polacos y rusos, han terminado por europeizar al estado más austral de este país inmenso y sorprendente, peculiar a la vez porque registra la mayor franja continua de costa atlántica del planeta.
Pueblos y culturas diversas con ciudades históricas y antiguas misiones jesuíticas son parte del paisaje de este estado que ahora mismo constituye el cuarto más rico de todo Brasil. Trigales y viñedos cubren vastas extensiones en las inmediaciones de la zona más al norte y en los alrededores del río de las Campanas, dos de los renglones de la pujante agricultura de Río Grande de Sur que fomentaron sus primeros colonos alemanes e italianos en el siglo XIX y que con el tiempo se hicieron tradicionales, como también el maíz y la soja, si bien esta última de más reciente introducción. La capital estadual, Porto Alegre, es una gran ciudad situada a la orilla del río Guaíba y constituye el principal punto de conexión con el resto de Brasil y del mundo, gracias a sus eficientes sistemas de transporte marítimo, fluvial, ferroviario, terrestre y aéreo, para el que dispone de uno de los más modernos aeropuertos de Suramérica. Una urbanización perfecta en cuadrículas, con jardines y abundantes plazas acoge numerosos hoteles, excelentes restaurantes, modernos centros comerciales y una vibrante vida nocturna en la que conviven encantadores ritmos riograndenses como el chamamé, la milonga, la chacarera y el tango; pues con todo y que por allí Europa es presencia constante, los gauchos y las influencias porteñas, resultan ingredientes decisivos. Son alegres y gustan de vestir sus pantalones bombachos en sus fiestas tradicionales, mientras siguen llamando «prendas» a las muchachas como a la vieja usanza y prefiriendo el churrasco para los días especiales, un plato típico de su cocina que se ha difundido en todo Brasil. Además de sus ambientes relajados y de disfrutar de una ciudad muy hospitalaria, cosmopolita y humana, visitar el casco antiguo, pasear por la animada Calle de la Playa –en el centro– y entrar a su hermosa catedral, en los alrededores existen algunos atractivos que vale la pena no perderse, como las ruinas jesuíticas de San Miguel, declaradas Patrimonio de la Humanidad; el pueblo de Santo Angelo y los famosos viñedos de Garibaldi y Bento Gonçalves. Para un día de playa –si la temperatura del agua lo permite– o navegar sobre un velero, son muy recomendables playas como Torres, Tramandaí, Canoa y Atlántica. La Sierra Gaucha Los íconos turísticos de la Sierra Gaucha son indudablemente la bonita ciudad de Canela, un encantador destino en medio de la naturaleza dominada por las araucarias y, asimismo, Gramado, tan alemana como sus fundadores y actuales descendientes. Por el verde césped del lugar que le sirvió de asiento adquirió ese nombre y ahora por sus flores de hortensias, que son como su símbolo, muchos le llaman la ciudad de las hortensias. Una arquitectura con elementos normandos o bávaros predomina en la apacible ciudad, tan bien diseñada y cuidada, que parece siempre una postal. Agradables hoteles y una gastronomía de primera están a disposición en restaurantes casi siempre diminutos, pero muy elegantes y finos. Para admirar hay muchas cosas como el bonito Pórtico de Vía Taquara, inaugurado en 1991 como tributo a los alemanes fundadores o el parque llamado Mini Mundo, un conjunto de castillos, catedrales, muelles y casas en miniatura preferido por las familias y así, también, el Parque Knorr, donde están la Fábrica de los Juguetes y el Chalet de los Osos, entre otras instalaciones para divertir a niños y mayores. Un lugar muy especial es el Lago Negro, obra de un rico alemán vecino de Gramado, Leopoldo Rosenfeldt, quien quiso recuperar para su ciudad este sitio natural hermoso destruido por un incendio. Lo convirtió en un parque encantador, con paseos, aceras y muchas amenidades. Por estas y muchas razones, Gramado se ha consolidado como uno de los destinos favoritos de Río Grande de Sur, a la vez que ha emergido como sede de importantes eventos internacionales como el Festival de Cine y el Festival de Invierno. También es tradicional en el mes de noviembre una gran cita de operadores y prestatarios turísticos en el Serra Park, que aparece en la programación de ferias turísticas internacionales como Festival de Turismo de Gramado.
Río Grande de Sur es el cuarto estado más rico de Brasil y a la vez su territorio más austral, cuyo valor turístico más notable es la propiedad de constituir un destino diverso desde el punto de vista de opciones, que incluso contemplan deportes de nieve.