Centroamérica. Destino Emergente
Pequeña territorialmente, pero inmensa en atractivos para seducir a viajeros de todas las latitudes, el istmo centroamericano consolida su avance en la industria de los viajes, canalizando la diversidad de sus países dentro de la unidad estratégica del multidestino.
Centroamérica es hoy la marca turística de un singular multidestino con cada vez mayor aceptación en los mercados internacionales, que reconocen como principal valor de ese rincón geográfico la oportunidad de combinar cultura, naturaleza y aventura a partir de la diversidad de los siete países que la integran a lo largo y ancho de 521 mil kilómetros cuadrados. Atractivos únicos y diferentes que rara vez coinciden en un algún otro país o región, distinguen al istmo centroamericano en el mapa turístico mundial: exuberante naturaleza tropical, variadas flora y fauna, gente hospitalaria, clima agradable, mezcla de civilizaciones precolombinas y coloniales y modernidad. El retorno de la paz al área tras décadas de guerras civiles en varios de sus países, creó el contexto político para aprovechar el turismo como una importante fuente de divisas y empleo, ante la necesidad estratégica de dinamizar la economía regional por la desaceleración de la agricultura y la industria maquiladora. En la actualidad el sector aporta más de 7 600 millones de dólares al año. Como insoslayable ingrediente catalizador se sumó la voluntad integracionista de sus países, que individualmente pasaban inadvertidos frente a dos destinos establecidos y competitivos como México y el Caribe, entre los cuales se localiza geográficamente América Central. Multidestino… multiproductos Es así que a principios de este siglo nace el logo y eslogan «Centroamérica… tan pequeña… tan grande» como imagen del área ante el mundo y cuya flexibilidad no anula lo singular de cada uno de sus siete países miembros, heterogéneos en cuanto a recursos, infraestructuras y capital humano. «Centroamérica es como una mano donde cada dedo tiene una función y cada dedo es distinto, pero ninguno compite con el otro», dice el ministro guatemalteco de Turismo, Guillermo Novielli. Por el contrario, esa marca posibilita un mejor aprovechamiento de las potencialidades turísticas comunes mediante la complementación de las ventajas competitivas de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, además de facilitar las sinergias entre iniciativas privadas y públicas. Su objetivo es defender un concepto único de multidestino y promocionar un multiproducto que posibilita armonizar disímiles ideas de viaje en aras de que el istmo se convierta en un destino mundial y a la vez se asegura el posicionamiento individual de sus países, como socios estratégicos y competidores a la vez. Centroamérica… ¿para los centroamericanos? Se crean así múltiples escenarios turísticos a todo lo largo de la región, consumidos sobre todo por viajeros centroamericanos, que acaparan poco más del 41 % de la totalidad de los movimientos de visitantes en el área y al cual debe seguir incentivando, dado que la crisis económica mundial está fomentando el turismo intrarregional y doméstico, en detrimento de los viajes de larga distancia. En la actualidad, Centroamérica es un destino turístico mundial emergente que pasó de recibir 4,3 millones de visitantes en 2000 a más de 11 millones en 2008 –el pasado año la cifra fue de 10,6 millones de viajeros–, con tasas de crecimiento interanual superiores a las de destinos vecinos ya posicionados, a los que les disputa el principal mercado emisor extrarregional: Estados Unidos. Sin embargo, su consolidación se juega en buena medida en la superación de la dependencia de Norteamérica, pues ese mercado representa una cuota del 37 % de los viajeros foráneos que visitan el istmo. Lograr mayor acceso a otras fuentes de visitantes como Europa, Asia y Suramérica exige continuar diversificando los servicios turísticos, fortalecer los productos que ofrece la región, incrementar la conectividad aérea, mejorar las infraestructuras viales locales, explotar más los canales de promoción y venta on line, desarrollar un turismo sostenible, atender a los cambios en los hábitos de los viajeros, enfrentar la creciente competencia de América del Sur como destino global en el continente y, sobre todo, borrar la imagen de inseguridad. Asimismo, debe captar mayor presencia e inversiones de marcas de renombre internacional, lo que le permitiría desarrollar nichos de mayor poder adquisitivo como el turismo de congresos y convenciones, pues los más de ocho mil hoteles con que cuenta la región como planta de alojamiento son básicamente establecimientos pertenecientes a empresas pequeñas y medianas. De hecho, cada vez más Centroamérica se sitúa en el radar de las grandes hoteleras, como Holiday Inn, Riu, Barceló, NH, Accor, SuperClubs, Starwood e Intercontinental, entre otras, que han abierto instalaciones o anunciado próximas aperturas, incluso con emprendimientos de lujo, atraídas por las expectativas de la zona. Desafíos En ese afán resulta vital corregir las debilidades del modelo turístico centroamericano como la reproducción de errores cometidos en una etapa inicial por México y el Caribe con el desarrollo de complejos hoteleros Todo Incluido en zonas de playa sin grandes vínculos con la comunidad circundante y la llegada quizá demasiado temprana del turismo residencial, hecho que expertos califican como «salto o quema de etapas tradicionales en el desarrollo turístico». Estos handicaps estructurales se hicieron más visibles con el impacto de la crisis económica global, que provocó depreciaciones de hasta 40 % y caídas del 30 % en las ventas del turismo residencial en Centroamérica, cuyas vulnerabilidades afloraron además con la contracción de la demanda, la pandemia de la gripe A H1N1 y la crisis política en Honduras. Centroamérica redujo sus ingresos en un 20 % debido a un descenso de 19 % en el número de visitantes durante el pasado 2009, año considerado como el peor en mucho tiempo para la industria de viajes en la región, pues además de la disminución de los arribos de visitantes, quienes llegaron redujeron sus estadías y gastos per cápita. Aunque con tensiones, este 2010 se avizora como un año de recuperación para la región. El pronóstico de acuerdo con los comportamientos en los arribos es que el año podría cerrar con 11 millones de turistas, en lo que están consideradas con especial interés las propias emisiones centroamericanas. Así lo ha hecho conocer la propia Secretaría de Integración Turística Centroamericana, institución que hizo público un informe en el que se argumentaba que «Centroamérica es una de las pocas regiones que continúa con favorable desempeño turístico pese a la crisis internacional, y gran parte de sus resultados los debe a los viajeros de los países que la integran, que aportaron entre 2008 y 2009, hasta un 41,4 % del turismo local»