Lector de tabaquería
Lector de tabaquería

Al toque de la chaveta se hace el silencio entre los torcedores. Es entonces cuando comienza su labor el lector de tabaquería, Patrimonio Cultural de la Nación

n el 2015 se cumplirán 150 años del nacimiento de la Lectura de Tabaquería, fenómeno social característico del sector tabacalero cubano. El 21 de diciembre de 1865, desde la fábrica “El Fígaro” en la Ciudad de La Habana, mientras las manos hábiles de los torcedores lograban los Habanos como únicos en el mundo, se escuchaba la voz de uno de ellos. Este era seleccionado por los propios tabaqueros –atendiendo a  su voz, dicción, capacidad de dramatización y su preparación cultural– para llevar al resto esas lecturas convertidas en tradición.
Si bien en los primeros tiempos varios tabaqueros, siempre hombres, ejercían esta función, en otras fábricas lo hacía solo uno.
Al mencionar la marca Partagás, miles de amantes del Habano se sienten regocijados, pues ha representado una expresión de la fortaleza del Habano. Qué  significativo resulta   recordar que quien la fundó, Jaime Partagás, brindó el podio para que el lector Saturnino Martínez, líder obrero de la época y editor del periódico La Aurora se convirtiese en el más alto exponente de la  divulgación y la defensa de la lectura.
Esta práctica se extendió por toda la ciudad en los primeros meses del año 1866 y paulatinamente por todo el país, por supuesto, con todas las negativas y conflictos que tendrían los artesanos del tabaco para que sus propietarios permitiesen esta vía de entretenimiento, que derivó en una verdadera academia del saber y del patriotismo en nuestro país.

OBRAS ESCOGIDAS
No  existe un registro documental antiguo que recoja toda  la prensa, obras, autores, artículos y otros temas que fueron leídos en estos años. Sí es comprobable, a través de variados artículos y testimonios, principalmente leídos en Partagás,  la diversidad de textos que fueron escuchados por los tabaqueros. Se leían diarios, que por demás tenían las características  de incluir mucha literatura; folletines de la época; tomos sobre la Revolución Francesa; la Historia de España; la clásica novela de Víctor Hugo, Los Miserables, de la cual se dice fue la más leída en aquellos tiempos; obras de Shakespeare, Cervantes y Saavedra, Benito Pérez Galdós y otros.
Las etapas por las que atravesaba Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, deben  haber incidido en que las lecturas tuvieran un matiz enfocado a problemas sociales y políticos, por lo que a la poesía y a otras formas literarias, se unió la propaganda socialista y fundamentalmente anarquista de la época.
La preparación de los tabaqueros cubanos se manifestó en su máxima expresión, en el período de organización de la Guerra de 1895, organizada y conducida por José Martí. El Héroe Nacional tuvo apoyo moral y financiero de la emigración tabacalera para emprender la guerra. Tampa y Cayo Hueso fueron escenarios de la formación de los Clubes Revolucionarios y de la entrega de fondos financieros para la causa. Algunos de los más encendidos discursos martianos fueron pronunciados desde las tribunas de los lectores de tabaquería.

EL TRIUNFO DE LOS LECTORES
¿Por qué triunfa la lectura en el sector tabacalero y no se puso en práctica en otros sectores? Primeramente incide el nivel de organización y distribución que tiene una fábrica y la comunicación permanente entre los tabaqueros que están unidos vapor al lado de vapor.

El torcido del tabaco, es un oficio identificado por la propia población como superior, pues logra una  verdadera obra de arte que es el Habano, con reconocimiento social y dimensión universal. Otro aspecto es el nivel de  organización gremial  que alcanza este sector, que no por casualidad es iniciador de la lucha  obrera.
 Tendríamos que trasladar nuestra imaginación siglo y medio atrás, para poder comprender que los tabaqueros siendo la mayoría analfabetos, fueron capaces de quitarse  parte de su salario para pagar el sueldo del lector.

 

UN SIGLO NUEVO
El siglo XX, con la introducción de la radio y el micrófono en las tabaquerías, facilitó que otras informaciones llegaran de forma viva a nuestros tabaqueros: un juego de béisbol, deporte nacional, la música, la novela radial, fueron formas de enriquecer las lecturas y una posibilidad para que se escucharan en todos los departamentos de las fábricas.
Algunos aspectos que aún siglo y medio después se mantienen intactos en  la estructura metodológica de las lecturas:
  •    Tres turnos de lecturas.
  •    Existencia de la Comisión de lectura.
  •    El toque de la campana para iniciar la misma.
  •    La propuesta de los tabaqueros de títulos, leyéndose la sinopsis y eligiendo la            obra más aclamada por mayoría.
  •    El toque de la chaveta para aprobar o desaprobar una lectura.
  •    El uso de la radio desde su aparición.
Existen otros elementos que aunque no están concebidos por un Decreto ley, forman parte de la tradición.
Vale destacar que desde sus orígenes, es la única plaza del sector tabacalero que es aprobada primero por los trabajadores y posteriormente por la administración.
Todos estos aspectos han hecho posible la declaración de las Lecturas de Tabaquería, Escogidas y Despalillos, como Patrimonio Cultural de la Nación por el Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba en el 2012.
Esta tradición cuenta con otros valores que la dimensionan y permiten, en un futuro no  lejano, proponerla a la UNESCO como Patrimonio Vivo de la Humanidad. Ellos son:
  • La Lectura de Tabaquería constituye un eficaz agente de la educación, la ciencia y       la cultura, que son  los tres pilares fundamentales sobre los que se asienta la misión     de la UNESCO.
  • El lector de Tabaquería es un vehículo de conocimiento en todos los órdenes, dada       la variedad de géneros literarios que son leídos
  • Desde 1865, la Lectura se transmite de los tabaqueros a la familia, a los visitantes       cubanos y extranjeros que asisten a las fábricas, a la comunidad, pues el audio           permitió que llegue la voz del lector a kilómetros de cada empresa.
Celebremos entonces, en este Festival del Habano, el 150 Aniversario de las Lecturas y agasajemos a los más de 200 lectores que existen en todo el país.

Algunos de los más encendidos discursos martianos fueron pronunciados desde las tribunas de los lectores de tabaquería. Hombres como el español Vicente Martínez Ibor y el cubano Eduardo Hidalgo Gato, propietarios respectivamente de estas fábricas, brindaron todo su apoyo a esta lucha