- Una prenda de vestir y un Habano múltiples coincidencias.
Giorgio Gucci, representante de la tercera generación de la firma Gucci, considera que «Cuba siempre ha sido una isla con encanto». Proveniente de una familia que durante más de 100 años ha mantenido una prestigiosa línea de confecciones y accesorios femeninos de lujo, Giorgio ha concebido especialmente para la mayor de las Antillas esa marca, que oferta en varias boutiques del país artículos de primera calidad con precios más asequibles, teniendo en cuenta las características de este mercado.
Además de administrar sus tiendas, Giorgio encuentra otras satisfacciones en Cuba. «Desde hace más de veinticinco años visito este fascinante país y poco a poco me he ido introduciendo en selectos ambientes en los que la exquisitez de fumar un tabaco conlleva todo un ritual. Además, he tenido el placer de poder compartir con grandes personalidades de la cultura cubana momentos» únicos donde hemos degustado el sabor de un clásico Habano, rindiendo culto así a esta elegante joya.
Más allá de que las confecciones Giorgio y los Habanos tengan en común un producto terminado de lujo, ¿no encuentra también similitudes en ambos procesos de concepción?
El riguroso proceso de elaboración tanto de un tabaco como de una prenda de vestir resulta complejo y es considerado todo un arte, ya que en ambos casos exige un delicado tratamiento artesanal, puesto que tal como se realizaba antiguamente, la parte básica se lleva a cabo de manera completamente manual.
Hablamos de dos productos que nacieron a partir de las influencias culturales y sociales de un período de tiempo específico. Y aún siendo completamente diversos, existen ciertas similitudes en sus procesos de concepción.
Por un lado, la fabricación del tabaco se inicia con la siembra, pasando por la curación, fermentación, añejamiento y selección del mismo, y concluyendo con el sellado del envase. Por otro lado, la elaboración de una prenda de vestir, o Le savoir-faire esconde también un grandioso trabajo. Todo comienza con la imaginación y la fantasía a la hora de trazar los bocetos, una de las partes más románticas de la moda, pasando a continuación por la elección de colores, el corte de las telas y finalmente la confección, donde nuestros creadores se dejan llevar por la magia de la artesanía.
Así como los torcedores son considerados un eslabón fundamental en la confección de un buen puro, en la moda esta figura viene representada por los patronistas, quienes trabajando en estrecha colaboración con el departamento de diseño, se encargan de conseguir la cobertura en perfecta armonía con la fisiología humana, llegando incluso a mejorarla.
Ha sido patrocinador de los Festivales del Habano, ¿qué le aportan a su vida profesional y privada?
Después de todos estos años en los que he sido orgulloso patrocinador de los Festivales del Habano no podría sentirme más satisfecho. Para mí es un verdadero placer, tanto personal como profesional, poder tener la oportunidad de diseñar y confeccionar los vestidos para un evento de semejante renombre y prestigio internacional.
De cara a mi vida profesional, considero que esta oportunidad ha contribuido a consolidar mi marca en el mercado cubano, convirtiéndola así en una de las más populares de la Isla, y teniendo una gran aceptación por parte de nuestra fiel clientela. Por lo que podría afirmar que gran parte de nuestro éxito se lo debemos a Habanos.
Sus confecciones denotan elegancia, distinción, pero también un toque de vivacidad, a través, muchas veces del multicolorido y los motivos estampados o floreados, ¿en qué se inspira, a qué público destina sus productos?
La gran pasión de mi vida siempre ha sido y será el diseño. La seriedad con la que llevo a cabo este proceso creativo ha sido sin duda la clave de mis proyectos en la moda. Hace muchos años empecé a visitar Cuba, atraído por su esencia. Tuve la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza y deleitarme con sus característicos paisajes. Nunca habría imaginado que ese sería el comienzo de un largo viaje profesional y personal.
La flora y la fauna tropical, y sus colores vivaces me ayudaron a comprender el carácter siempre festivo de la Isla, sirviéndome así de inspiración para esbozar infinidades de diseños. Desde entonces, confío plenamente en prestar atención al país, seguir todas sus tendencias y utilizarlo como principal fuente de estímulo en mis creaciones.
Mi público meta está enfocado a todas aquellas mujeres que se sientan atraídas e identificadas con nuestras colecciones. Aún así, he intentado siempre disponer de una línea un poco más clásica y elegante, orientada a enaltecer ocasiones especiales.