- FIGURADOS, EL REFINAMIENTO DE HABANOS.
EL TABACO TORCIDO SE ENCAMINA A LA GLORIA Y ES EL FIGURADO, EL QUE DICTA EL MODO DE CONSUMO EN EL SIGLO XIX
El Habano es, sin duda, uno de los hilos conductores de la identidad. Un deseado producto de la industria del lujo, pero sobre todo un componente cultural, rodeado de una rica historia, estrechamente vinculada al surgimiento de la nación cubana.
La interacción del universo del Habano devela un mundo rico y complejo. El consumo dicta pauta en el modo en el que el Habano se inserta en el comercio, tanto en la interacción directa con el cliente, como con un mostrador de por medio, expresión de los cientos de puntos de ventas dispersos por el mundo.
Desde el surgimiento de la industria del tabaco torcido a finales del siglo XVII, el producto comenzó a imponerse. Para que esto ocurriera incidieron dos sucesos: primero la Toma de La Habana por los ingleses (1762), que conllevó a la alta valoración por parte de los británicos del carácter y calidad del tabaco torcido cubano; y segundo, el levantamiento del Estanco del Tabaco (1818) por la Corona Española. Ambos hechos impulsarían la naciente industria tabacalera nacional.
Las maneras de consumirlo se introdujeron en otras áreas geográficas, Norteamérica incluida. Comienza el despegue de lo que después se conoció como la manufactura del mejor tabaco del mundo. La proliferación de los chinchales con disímiles marcas de Habanos y el surgimiento de las grandes marcas, fueron proyectadas en la segunda mitad del siglo XIX.
Las primeras formas de manufacturar el tabaco torcido se conocieron en España en el siglo XVIII. Un siglo después se impuso la manufacturación del Habano “Figurado”, llamado así al tabaco puntiagudo en sus extremos, atendiendo a que puede ser figurado o parejo en su estructura. El tabaco torcido se encamina a la gloria y es el Figurado, el que dicta el modo de consumo en aquella época. Este producto sui géneris puede ser doble o monofigurado. Comencemos por el doble, el primero que impuso su “raza”.
La Pirámide, el más reconocido de los Figurados
Los Figurados toman un segundo aire, en el siglo XX, con la consolidación de las Pirámides con dimensiones (cepo 50 x 156 mm) y su hermano menor la Campana (cepo 52 y 140 mm). Para la Pirámide, cinco vitolas se hacen representar en el portafolio de Habanos con una rica y diversa paleta aromático-gustativa.
La Pirámide es un formato impresionante, de aproximadamente una hora de tiempo de fumada. Muchos la consideran una vitola que ofrece ventajas en su apreciación y combustión. Destinada a los conocedores, la Pirámide es exigente, intensa y largamente disfrutable.
Las vitolas de Habanos con Pirámide, la encabeza la multipremiada Montecristo No. 2, seguida muy de cerca por la Upmann No. 2, ambas con sus Reservas que generalmente son presentadas en la cenas de gala de los festivales del Habano. Conmemorativas de estas vitolas, completan la alineación los Únicos de Robaina, el Diplomático No. 2 y la Serie P No. 2 de Partagas. Como una peculiaridad del formato está la vitola Petit No. 2 de Montecristo, un Petit figurado en galera, de cepo 52 x 120 mm de longitud.
Otros formatos de este tipo son el Muralla de San Cristóbal, una mega Pirámide de cepo 54 x 180 mm y la Pirámide Extra de Cohiba, la última frontera de las pirámides con un cepo 54 x 156 mm, lanzada al mercado en el 2012.
A propósito de Cohiba, ha sido la marca de Habanos que más ha representado este Figurado, aparecida en la Reserva del Milenio y como Edición Limitada en el 2001.
Finalmente, en la Edición limitada del 2012 sale la Short Pirámide de Hoyo de Monterrey, un Habano embriagador.
El Doble Figurado
La vitola tiene en el lenguaje tabacalero dos posibilidades de catalogación según el formato de torcido final: el Figurado y el Parejo. Con el desarrollo de las afamadas fábricas de tabaco, el Figurado es el último grito en la moda, así ganaron fama también los grandes Doble Figurados.
Impone su clase, conformada por las Diadema, Dulcineas y Salomones. La Diadema es el Habano de su categoría con mayor dimensión cepo 55 (21.83 mm) x 233 mm; mientras el Salomón presenta un cepo 57 (22.62mm) x 184 mm y los Exclusivos (cepo 46 x 132 mm) alcanzaron su mejor momento a finales del siglo XIX y los comienzos del XX. Estos formatos llegaron a poseer Punch, Hoyo de Monterrey, La Escepción, Sancho Panza, Cuaba y Partagás, estas dos últimas son las únicas que actualmente poseen el Salomón.
En las primeras décadas del siglo XX, el Doble Figurado comenzó a perder protagonismo, dando paso a la prevalencia de los Habanos Parejo. Sin embargo, comienza a ser introducido otro estilo de Figurado: la Pirámide, conocidos popularmente como Torpedos. Se inicia otra era de los auténticos Figurados.
Para degustar un doble figurado, se debe tener en cuenta su sabor peculiar en el inicio, definido por la capa y el capote. La verdadera esencia se revela cuando se llega a la parte más ancha del Habano
Como reflejo de esa esplendida época, Habanos s.a. lanza al mercado su marca Cuaba en 1996, que recrea el espíritu de finales del siglo XIX. Es presentada originalmente en cinco vitolas: Distinguidos, Exclusivos, Divinos, Generosos y Tradicionales, concebidas para el fumador amante de lo antiguo.
Cuaba incluye en el 2002, la Diadema y el Salomón, con el objetivo de reforzar la marca con la clase y la distinción de estas vitolas. En el 2008 aparece la Pirámide, en la Edición Limitada de ese año.
Fuera de Cuaba, solo Partagás mantiene su afamado Salomón y una de sus singularidades –además de la Culebra– es el muy personal Doble Figurado Presidente, un “Taco” en galera de dimensiones cepo 47 (18.65 mm) x 158 mm de longitud.
Para degustar un Doble Figurado, se debe tener en cuenta su sabor peculiar en el inicio, definido por la capa y el capote. La verdadera esencia se revela cuando se llega a la parte más ancha del Habano.
Las Belicosas Campanas, el hermano menor de la Pirámide
Comenzamos con el linaje de menor formato de los Figurados, la Campana. Son cuatro las que el Vitolario posee, de cepo 52 x 140 mm en dimensiones. Se hacen del nombre comercial común, tres de ellas: Belicosos para Romeo y Julieta, Sancho Panza y Belicoso Fino para Bolívar, tienen la punta como una campana de San Cristóbal de La Habana. Cierra una singularidad del formato el Regata, un Fórum, en galera de Montecristo Open, con dimensiones 46 x 135 mm de longitud.
Finalmente, el Petit Belicoso, de Bolívar, sale como Edición Limitada en el 2008, singular pequeño gigante, cerrando la saga de los Figurados.
Vitolas extraordinarias, rodeadas de una atmósfera centenaria, que también distinguen la auténtica y notable elegancia de estos Habanos.
La vitola tiene en el lenguaje tabacalero dos posibilidades de catalogación según el formato de torcido final: el Figurado y el Parejo. Con el desarrollo de las afamadas fábricas de tabaco, el Figurado es el último grito en la moda, así ganaron fama también los grandes Doble Figurados