CASA DE LA TROVA. Eliades Ochoa-Trovador.

Santiago de Cuba es una ciudad con un reconocido patrimonio material y espiritual, logrado a lo largo de cinco siglos de existencia. Tal acontecimiento de su historia que tendrá lugar el  de julio del , Día de Santiago Apóstol. Celebraremos el aniversario  de la otrora villa, y es por eso que ella y sus hijos convocan mediante de un llamado universal a todos los que de una forma u otra conocen, sienten o saben sobre esta tierra bañada por el Mar Caribe y rodeada de las montañas de la Sierra Maestra. Vengan al encuentro de una ciudad repleta de mitos y leyendas, que siempre ha sido protagonista de incontables páginas de la historia de Cuba; un lugar propicio para buscar hasta hallar el sabor fidedigno de la cubanía y palpar de cerca el quehacer cotidiano de un pueblo que tiene por identidad su rebeldía, hospitalidad y heroísmo.
Santiago es una ciudad protagónica en la forja y consolidación de la historia y la cultura cubana, es además una ciudad paisaje que se expresa por su relación de intercambio con el medio natural circundante donde se aportan variados matices de forma y color, y se regalan imágenes insospechadas para el disfrute del transeúnte
o del visitante ocasional. Santiago es una ciudad musical, síntesis perfecta de la conexión de diferentes culturas que llegaron en oleadas migratorias para configurar el ajiaco santiaguero: el bolero cubano, la trova, el son y otras tantas manifestaciones de la música y la danza tuvieron origen y amplio desarrollo en el medio urbano y en su entorno rural. La obra del presbítero Esteban Salas en la Catedral de Santiago marcó el inicio a un interminable repertorio donde destacaron Lauro Fuentes, Rafael Salcedo,
Pepe Sánchez, Sindo Garay, Ñico Saquito y Compay Segundo, los que en sucesivas generaciones han puesto en alto la tradición de cantar y bailar penas y glorias.
El son y el ron son productos locales que se han manifestado como un dúo armónico en rima insuperable; y ambos fueron amplificando calidad y presencia hasta rebasar los límites de la Isla. Ambos evidencian un sello de calidad y de identidad que se completa al sumar otros dos productos locales: el café y el tabaco. Con ellos se cierra el ciclo vital del disfrute humano que fundamentado en un consumo inteligente llena a muchos de dicha y deseos de vivir. Santiago es café y el café es a su vez cultura y tradición santiaguera. De las montañas cercanas brota el grano productor del néctar negro humeante, que se entrelaza con aquel que se eleva del tabaco de buena rama luego
de encendido.
Santiago cultiva y tuerce tabaco. Lo hizo siempre. La provincia se integra al grupo de “Vuelta Arriba” y mantiene su herencia tabacalera en la destreza y habilidades de sus
trabajadores. Un Habano es un producto que sale de la naturaleza sabia y de manos diestras, para luego entregar un producto reconocido y admirado por todo el mundo.
A los hombres y mujeres amantes del Habano les esperamos en Santiago de Cuba, lo haremos con un trovador en cada plaza, con sones repletos de poesía y la buena música nos permitirá brindar con un trago de excelente ron, aperitivo imprescindible para una buena comida que se sellará al final con un buchito de café –negro y fuerte–
que nos llevará a la selección de un elocuente Habano que despertará la sana envidia de aquellos que saben que el buen vivir está en sumar detalles al placer de vivir.