Ampliar
José Carlos de Santiago

Una vez más los amantes de los mejores tabacos del mundo vuelven a reunirse en La Habana entre el 23 y 27 de febrero de 2015 para disfrutar de una pasión que, más allá de gustos o preferencias, se ha convertido en una verdadera inmersión en esa cultura centenaria enraizada en la propia savia de la nación cubana.
El Habano no es solo un producto. Es en sí mismo una tradición, un hecho cultural que atrae las más disímiles miradas, las cuales confluyen cada febrero en La Habana no solo para adentrase en este peculiar universo, sino también para disfrutar de las presentaciones de nuevos productos, los lanzamientos de Ediciones Limitadas, así como de conferencias, talleres, clases magistrales, maridajes, de un infaltable viaje a Vuelta Abajo, en Pinar del Río, y a las míticas fábricas donde se confeccionan los Habanos.
Montecristo y Romeo y Julieta son las dos marcas a las cuales está dedicado este año el XVII Festival del Habano. Ambas nacieron de las pasiones de los torcedores por las lecturas de tabaquería, declaradas como Patrimonio Nacional, en las cuales se inspiraron para plasmar con sus manos las emociones que les producía escuchar a grandes clásicos de la literatura universal mientras torcían las hojas de tabaco.
El evento también rendirá homenaje a La Habana, ciudad maravilla del mundo, acogerá un encuentro con los vinos italianos de la DOCG Chianti, otra edición del Concurso Internacional Habanosomelier, así como dedicará un espacio muy particular a los Habanos Añejados, entre otras sorpresas que esperan a los asistentes, esos que se han multiplicado de año en año, y que a esta edición vienen con mayores razones de todas partes, incluso de aquellas que han querido negar a los Habanos durante años.
Por eso, no hay duda, esta vez el Festival del Habano será especial por muchos motivos, porque son tiempos de Habanos.