El arte de la mixología. Matices ocultos
CUANDO CÓCTEL Y HUMO SE UNEN EN LA SOBREMESA, SIEMPRE SERÁ EL HABANO EL PUNTO DE PARTIDA PARA ENCONTRAR LA MEZCLA PERFECTA
Por todos es sabido que tabacos y pipas han acompañado durante años la historia de los bares más famosos del mundo. Tras las cortinas de humo denso han transitado personajes de toda índole, ávidos de combinar sus preciados puros con alguna bebida. Luego, alguien encontró la palabra “maridaje” para describir esa unión, a veces perfecta, de aire y líquido
Debo confesar que no añoro aquellos tiempos en los que comencé mi carrera como bartender, donde el humo volaba a sus anchas por los locales donde trabajaba. En países como España hoy existe una prohibición total de fumar en espacios cerrados como los bares o restaurantes, que ha mejorado en gran medida las condiciones de trabajo del personal y, a la vez, ha hecho más amable la estancia para los no fumadores.
Sin embargo, muchos son los que encuentran en el maridaje entre cóctel y tabaco un elemento de disfrute digno de una ocasión especial, o simplemente para un pequeño momento de placer.
Hablar de maridar es siempre hablar de multiplicar sensaciones. Con esta práctica conseguimos aumentar la percepción organoléptica y el disfrute de ambos elementos al disfrutarlos conjuntamente. En un maridaje entre un Habano y un cóctel no nos conformamos con combinar las notas de cata de ambos componentes, sino que además tratamos de hacer aflorar aquellos matices ocultos que aparecerán con dicha unión.
Lo habitual es comenzar por elegir el Habano y, a partir de este, crear la bebida utilizando habilidad e imaginación. Dependiendo de la vitola elegida, encontraremos notas y carácteres específicos que nos servirán para determinar los ingredientes del cóctel.
Las notas a café, chocolate, madera, hierba, flores, etc. nos guiarán sobre el perfil aromático y de sabor para encontrar un perfecto maridaje líquido, tal y como ocurre entre un vino y un plato. Lo fácil y recurrente es ser fieles a las notas del Habano e intentar plasmar notas parecidas en el cóctel. Lo arriesgado, a la vez que interesante, es jugar a encontrar oposiciones que se complementen.
Sin embargo, es en realidad el carácter del Habano, su fortaleza o suavidad el punto de partida: podemos hacer que ambos compitan en intensidad o que la mayor suavidad de uno de ellos permita brillar al otro elemento y le sirva de acompañante discreto. Pero en todo momento ha de ser una elección consciente o corremos el riesgo de que una exagerada desproporción entre el carácter de uno y otro nos juegue una mala pasada y el disfrute no sea pleno.
“Maridar es multiplicar sensaciones, y entre un cóctel y un Habano el placer es infinito cuando afloran los matices ocultos de esta unión”
Cóctel Urdemales
Ingredientes:
5cl de ron añejo.
1,5 cl de Pedro Ximénez.
0,5 cl de destilado de cacao.
Elaboración: Removido en vaso mezclador y servido en taza metálica.
Propuesta de maridaje: Habanos con notas a vainilla, chocolate y café como el Montecristo Nº2
Cóctel Aperitiu modernista
Ingredientes:
5 cl de Gin Modernessia.
3 cl de Cynar.
2 cl de Amargo Cardamaro.
2 gotas Bitter de cardamomo.
Elaboración: Removido en vaso mezclador.
Propuesta de maridaje: Vitola con un carácter suave y con notas florales y herbáceas, como el Romeo y Julieta Nº2.