El Canal de Panamá, obra emblemática de este país centroamericano llega a su primer siglo de vida. Al igual que la nación, que arribó en 2003 a sus 100 años, muchas empresas pueden preciarse hoy de ser centenarias. Una de ellas es Café Durán, una marca emblemática que identifica a los panameños.

Fundada en 1907 por Don Estaban Durán Amat, la empresa abrió sus oficinas originales en la población de Gorgona, distrito de Chame; y luego con la inauguración del Canal en 1914, las instalaciones de Café Durán se mudaron a la ciudad capital, hasta donde se traía el café, se tostaba, molía y empacaba para la venta.  

Otra empresa centenaria que, aunque no sigue en manos panameñas, continúa dando productos identificativos de esta nuestra nación, es la Cervecería Nacional, S.A., hoy filial de SabMiller.  Sus inicios tienen la misma fecha en que Panamá se convirtió en República, y fue bajo el liderazgo de José Gabriel Duque, Idelfonso Preciado, Alberto de Obarrio, Jesse H. Hyal y el prócer Manuel Espinosa Batista, que en la fecha señalada se aliaron para instalar una cervecería, que se formalizó en el año de 1909 como  «Panama Brewing and Refrigerating Company».  

Manteniendo la diversificación de mercado, Cervecería Nacional adquiere la franquicia Pepsi Cola para Panamá, en 1995, e incursiona en otras bebidas, que ponen bajo el sombrero de Refrescos Nacionales, S.A. (productos lácteos, refrescos y agua embotellada). 

En el año 2001 la poderosa empresa colombiana Grupo Bavaria adquiere Cervecería Nacional y en 2005, al fusionarse este grupo con SABMiller, la empresa —fundada al mismo tiempo que la nación— pasa a ser de este poderoso grupo sudafricano, que es el segundo en el mundo en su categoría.   

Azucarera Nacional, S.A. sigue este misma línea del centenario. Sus instalaciones medulares están en Aguadulce, provincia de Coclé, en el Ingenio Santa Rosa. Los fundadores de esta empresa vinieron de Curazao a fines del siglo XIX y uno de ellos, David Delvalle, se convenció de las bondades de la industria azucarera por sus parientes cubanos y así se inicia tanto la siembra de caña, como su procesamiento. 

Varela Hermanos, con sede en Pesé, provincia de Herrera, también procesa derivados de la caña de azúcar, pero a diferencia de Azucarera Nacional, produce bebidas alcohólicas desde la Hacienda San Isidro, fundada en 1908.  Se ha distinguido siempre por su constancia en el liderazgo de sus productos, además del famoso Seco Herrerano, que hoy produce rones y otros licores.

En la medida que el país avanzaba como nación independiente y que se iban requiriendo servicios y bienes, se iban satisfaciendo esas necesidades con el establecimiento de empresas que han perdurado los cien años de haberse establecido.  

Una de ellas, y que está en la memoria de todos, es la tienda por departamentos Félix B. Maduro. Bajo el liderazgo de una mujer, Esther Piza de Maduro, se estableció Maduro e hijos, en 1877, que vendía sombreros, chales y perfumes traídos de Europa que estaban de moda.  Un hijo de doña Esther, Félix Brandon, le compra a sus padres el negocio, en 1928, y establece una tienda más grande en la Avenida Central, cambiándole el nombre a como se le conoce hoy día.

Félix B. Maduro ha ido evolucionando a través de los tiempos con ideas innovadoras y ofertas distinguidas, como los clubes de mercancía, las rifas y desfiles de moda, además de sus noches de compra, en alianza con tarjetas de crédito.  Hoy la mayoría de sus tiendas están en centros comerciales pero siguen distinguiéndose por su buen gusto y calidad.

Otra empresa que resalta por su nombre y es sinónimo de excelencia y buena atención, es el Hotel Panamonte, ubicado en Boquete, provincia de Chiriquí y fundado en 1911. Su fundador, Joseph Wright, se distinguía por ofrecer a sus huéspedes con un cóctel de guayaba de bienvenida.  Allí recalaron Teddy Roosevelt y Charles Lindbergh, y terminó de hacer sus escritos el explorador Richard Byrd.

Los suecos Hans y Vera Elliot compraron el hotel en 1946, y lo expandieron a 10 habitaciones.  Enamorados de Boquete, le fueron imprimiendo su sello personal, adquiriendo otras propiedades en el área y establecieron una dinastía de buen gusto y cierta extravagancia, al decorar el hotel con flores naturales y cuadros de pintores latinoamericanos.  

Hoy día lo dirige la hija de los esposos Elliot, Inga Collins, y sigue manteniendo la excelencia, la excentricidad en los platos, junto a un trato personalizado, atrayendo a la nueva pléyade de exploradores que llega a Boquete, como son los observadores de aves o los que se dedican a la ornitología, tan abundante en las tierras de ese poblado chiricano. 

Dos empresas centenarias también resaltan en la historia: Internacional de Seguros y la importadora y distribuidora Barraza y Compañía. La Cía. Internacional de Seguros, S.A. fue establecida, en 1910, por Manuel Espinosa Batista, y el también prócer Tomás Arias, y es la primera en su ramo, tanto en Panamá como en Centroamérica.  

Esta empresa se conformó con la visión de crear una aseguradora que fuera orgullo y prestigio, y lo han logrado a base de trabajo agresivo y de calidad, en el mercado tan competitivo del servicio de seguros y reaseguros.  

Es importante destacar que Panamá, por ser un país donde los servicios son los bienes que más se producen, ha sido muy atractivo para el establecimiento no solo de aseguradoras, sino de bancos de nombre internacional y todo tipo de empresas de esta índole.  

En el mercado de productos de tocador y limpieza, en 1904, el colombiano Rodolfo Barraza abre la fábrica Eureka, una pionera en la industria jabonera, que sus herederos llevan adelante bajo el nombre de Barraza y Cía., la que ha ido diversificando para ofrecer productos medicinales y de consumo «over the counter», como bebidas energéticas y otras más.

Estas empresas guardan fascinantes anécdotas que a lo largo de estos cien años de existencia satisfacen las necesidades, cada una en su rama, de los consumidores que los favorecen con su preferencia.