El carnaval es música, bebida, bailes, pura diversión sin descanso. Acostarse de madrugada y a la mañana siguiente disfrutar de los culecos, refrescante baño con agua de camiones cisternas que alivian a cientos de personas que cantan y bailan bajo un fuerte sol. 

La ciudad queda divida en dos bandos, Calle Abajo y Calle Arriba y cada una presenta sus reinas, carros y tunas. La competencia aviva el carnaval.

La reina del carnaval nace reina. Sus  familias determinan en qué año serán coronadas, lo cual implica una actitud hacia esta condición  por  parte de la niña, la familia, los amigos y hasta los futuros enamorados. Ser tableñas o hijas de tableños es condición principal, además de belleza, carisma y capacidad de generar apoyo. 

La primera actividad es el baile de presentación en Panamá, donde están la reina actual y la del año anterior. Los atuendos y los carros son todo un misterio hasta el momento del carnaval. Los carros son diferentes para cada día. 

El día de la coronación las reinas salientes hacen un recorrido en un carro alegórico para despedirse. Al regreso, coronan a las nuevas reinas. Ahí comienza el carnaval.

Al día siguiente, a media mañana, recorren los culecos. Bailan, cantan y gesticulan, animando a la gente. En estas fiestas las reinas deben captar el parque. Si te ganas el parque,  te ganas el carnaval. 

El topón “es el entierro de la sardina”, que se celebra la madrugada del miércoles de Ceniza en Las Tablas. La tradición evoca el entierro simbólico del pasado para su renovación, pero en Las Tablas después de días de fiesta, el carnaval culmina con un topón entre las dos calles rivales: Calle Arriba y Calle Abajo. 

En 2014 se repite la historia con otras muchachas y cada vez con mayor cantidad de foráneos gozando de estas fiestas. Para algunos un derroche y para otros una importante tradición.