Corazonero Dúo Buena Fe
El talento es un don, un regalo de la naturaleza, un duende mágico que avanza venciendo escollos por el derrotero trazado, y que se abre a todos los vientos hasta desplegarse en sus reales dimensiones; cuando dos de esos traviesos duendecillos coinciden, tiene lugar la gran sorpresa: el acto de creación, y con él, la aparición de una obra llamada a trascender por la propia naturaleza de su origen. Es el caso del dúo Buena Fe, integrado por los jóvenes Israel Rojas Fiel y Joel Martínez Rodríguez, dos creadores que iniciaron su carrera artística en el año 1999, en la oriental provincia de Guantánamo; la unión de estos dos talentos y una clara concepción de hacia dónde debían encaminar sus pasos, estuvieron en la base de ilusiones y sueños, sin siquiera imaginar que la popularidad y el éxito pudieran sorprenderles de manera tan rápida e inesperada: “simplemente de pronto, nos encontramos en el lugar y momento precisos de la aceptación pública”, manifiesta Israel.
Buena Fe nació como un dúo de trovadores; hoy puede afirmarse que es y sigue siendo un dúo, pero más propiamente, de creadores, como afirma Israel. “Seguimos siendo un creador de dos cabezas y cuatro manos” -dice-, lo cual evita el arbitrario encasillamiento dentro del género de la trova, aunque “ésta sea parte inseparable de nuestro quehacer; yo diría que de nuestra definición”, continúa.
Israel y Joel han ido enriqueciendo su particular forma de expresión, e incorporando a ella una excelente banda de músicos jóvenes que, con su variado, original y elevado nivel instrumental, ha contribuido al desarrollo y reafirmación del éxito alcanzado.
La creación de un nuevo estilo, de una nueva estética llamada a renovar cánones establecidos, a trascender e insertarse en el panorama de la música contemporánea cubana como expresión de sentimientos, ideas e inquietudes de una etapa o momento histórico, es objetivo intrínseco de Buena Fe, y para ello, declara Israel, “tratamos de fusionar, de nuclear todo en torno al verso: temas, ideas, sentimientos, instrumentación; el conjunto se subordina a ese empeño mayor de mezclarlo todo, incluso lo más actual y contemporáneo, con lo mejor y más reconocido de la música o canción tradicional. Ahora bien, esa fusión obedece a un propósito bien definido: el de la recreación, el del salto, para que de ello surja algo verdaderamente nuevo, original”.
Otro aspecto que es necesario enfatizar, es el relacionado con el hecho de que este grupo escapa a cualquier intento de encasillamiento; lo esencial es su unicidad: presencia de la trova, el rock, la música pop… sí, pero todo se integra en una fusión renovadora, donde la cubanía se inserta con gran fuerza expresiva. Temas, ideas, sentimientos, se entrelazan para proyectar el latido propio de una época, porque “ante todo, nos sentimos orgullosos de ser cubanos y de expresar en nuestras canciones el aquí y ahora de nuestro país; queremos que la música de Buena Fe trascienda por su mensaje, unas veces bien interpretado, en ocasiones no, pero siempre veraz y salido del corazón”.
Toda nueva empresa implica un reto y un riesgo a la vez, pero esta joven agrupación lo asume con dignidad. “Nos dicen que somos atrevidos, puedo decir que sí, pero nos cuidamos mucho de tirar piedras al sol, lo cual implica que nuestro atrevimiento nunca rebasa las fronteras del respeto y la consideración; simplemente queremos crear un particular estilo, una estética por encima de todo auténtica, como auténticos son los sentimientos e ideas que expresamos en nuestras composiciones, nuestra particular forma de enfrentar la realidad a través de nuestra música”, expresa Israel. Las canciones de Buena Fe tienen el fin de hacer pensar, de captar el pulso de una época y transmitirlo, y si este joven grupo ya ha alcanzado el éxito, en gran medida ha sido por la profundidad de motivos, la fuerza de las ideas y la esencialidad del mensaje.
El quehacer de Cuba en las diferentes vertientes de la vida interesa a estos jóvenes artistas; de ahí que ambos se empeñen en participar activamente en todo aquello que pueda contribuir al enriquecimiento social; así en conciertos, ofrecidos en reiteradas ocasiones en el Teatro Carlos Marx; en la campaña contra el SIDA, esta vez bajo el título de “Con amor de Buena Fe”; en el ámbito del deporte, por cuanto consideran que éste es parte consustancial de la idiosincrasia del cubano. A él dedican la canción “Soñar en azul”; también para la ya mencionada campaña contra el SIDA compusieron “Tras tus pies”.
Tres discos ha lanzado el dúo: “Déjame entrar”, “Arsenal” y “Corazonero”, el más reciente; cada uno expresión de un momento crucial en su devenir artístico; según ellos, el último es el más integral, el que mejor refleja el clímax de este ciclo estético aún no concluido, pero que marcha por un derrotero siempre ascendente.
Al preguntar a Israel acerca de proyectos inmediatos, su respuesta es breve, pero precisa: “próximamente nos proponemos realizar una gira por algunas provincias del país; pero el afán mayor de cada día es el de internacionalizar nuestra música para tratar de eternizar con ella un momento crucial en la historia de este país”.