Y así es el restaurante, con decoración moderna a base de objetos de artistas mexicanos, juega con pocos colores consiguiendo un resultado muy cálido y un ambiente que relaja y te deja apreciar la comida sin distracción.

Hit de la noche de la “gente guapa” local y visitante, el menu es “alta cocina mexicana” como a su creador Luis Fitch le gusta denominarla, aunque posee influencias mediterraneas, continentales, caribeñas y orientales, fiel reflejo de sus viajes y vivencias y que comparte gustoso con sus clientes.

Después de leer cuidadosamente la carta, salpicada de ingredientes tan mexicanos como chile guajillo, chayote, chipotle o cuitlacoche, me decido por una sopa de xitomate con crouton de queso de cabra y un segundo mucho más caribeño: pescado con escamas de papa y leche de coco. La variedad para elegir es muy extensa y está pensada para amantes de la carne tradiccional, de los pescados y mariscos y también para los vegetarianos.

Entre plato y plato me deleito con la luz. Elemento esencial, las velas, las pequeñas luces y los tenues resplandores de las lámparas de latón con símbolos autóctonos, consiguen que el lugar se perciba sereno y muy agradable.

Y llega el esperado momento del postre, todo suena tan delicioso y especial; jericayas, crepas de cajeta…pero elijo el postre de la casa, Nevado de Toluca, helado de vainilla mezclado con café con cajeta y galleta, un final impecable.

Xitomates es sin duda el lugar para degustar una deliciosa comida mexicana gourmet, sintiéndote especial en un ambiente vallartense y cosmopolita.