- AURORA BOSCH una joya del ballet cubano
Personalidades de las artes escénicas de Cuba
Uno de esos puntos determinantes del ballet cubano, que definió etapas hasta convertirse en lo que conocemos hoy como escuela cubana de ballet, lo constituye la definición de una generación llamada Cuatro Joyas del Ballet Cubano, nombradas así por el crítico inglés Arnold Haskell, la persona que llamó la atención sobre la manera de asumir el escenario un grupo de bailarines que, llegados desde Cuba a Varna, Bulgaria, se quedaron con muchas de las medallas de uno de los concursos de ballet más importantes del viejo continente.
Josefina Méndez, Loipa Araújo, Mirta Plá y Aurora Bosch fueron bailarinas que afianzaron el estilo cubano, dejando para la historia una estela de críticas favorables y una serie de imágenes difíciles de olvidar.
El 10 de diciembre de 2017, Aurora Bosch, una de esas fabulosas Cuatro Joyas, estará cumpliendo 75 años de vida, una vida plena en la que le dio a los espectadores cubanos momentos de mucho virtuosismo y personajes que marcaron pautas para la historia de la danza nacional.
En el recuerdo queda su Odile de El lago de los cisnes, su fabulosa reina de Willis del ballet Giselle, por la que recibió en 1966, en el Festival Internacional de Danza de París, el Premio Ana Pávlova y el Premio Especial de los Escritores y Críticos de Danza.
En 2003 recibió el Premio Nacional de Danza junto a sus compañeras de generación, la más alta distinción que se otorga a un artista escénico en Cuba.
Su carrera como bailarina alternó, en fecha muy temprana, con la pedagogía, convirtiéndose en una de las maestras fundadoras de la Escuela Nacional de Ballet y de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes, institución de la que es profesora titular adjunta desde 1987, y de la cual recibió el Doctorado en Ciencias del Arte en el año 2000.
Cuba le debe una gran reverencia a Aurora Bosch, que fue una tremenda bailarina primero y una incuestionable maestra después, formadora de cientos de intérpretes. Para ella el eterno agradecimiento de los cubanos, por sus múltiples aportes a la historia y el desarrollo de la danza cubana toda.