Entrada de la casa donde vivió Martí en Zaragoza.
Lugar donde comienza la Ruta Literaria José Martí.

De la hermosura de la tierra española, el carácter cálido y apasionado de sus hijos y el amor por su pueblo, hermano del suyo —de donde vienen la religión, la lengua, las costumbres y la sangre propia— dejó claras evidencias en escritos y discursos José Martí, Héroe Nacional de Cuba, que este 28 de enero cumplió 165 años de existencia.
Referir la fecha en tiempo presente no es descuido ni vulgar errata. Hay hombres que, aunque han muerto, nacen todos los días. La fuerza de una voz universal, que se renueva en los actuales escenarios, reclama ese tiempo verbal del que dan fe no solo sus coterráneos, sino todos los hombres de bien que respiran y fundan, más allá de la geografía insular.
A 147 años de que, el 1ro. de febrero de 1871, el joven Martí pisara tierra española, a donde llegó en condición de desterrado para residir un tiempo en Madrid y más tarde en Zaragoza, capital de Aragón, guardada en su memoria como un lugar «franco, fiero, fiel, sin saña», España no solo lo recuerda, sino que lo enaltece.
Varias son las razones que avalan tales remembranzas como justo homenaje al cubano insigne que llegó en mayo de 1873, junto a su entrañable amigo Fermín Valdés Domínguez, a Zaragoza, la tierra magnánima que le permitió concluir sus estudios de bachillerato y alcanzar títulos universitarios.
La ciudad les fue generosa. Huérfana de estudiantes foráneos, se sintió complacida con la presencia de los mozalbetes, que pronto cobraron celebridad entre las muchachas. Zaragoza les supo a hogar. Hallaron en la casa de huéspedes de don Félix Sanz, ubicada en la calle de la Manifestación, además de cálidos afectos, la presencia de Simón, un cubano que trabajaba allí como sirviente, con quien entablaron los jóvenes largas y sustanciosas charlas.
 El cielo aragonés fue testigo de la placidez vivida entonces por los chicos. Zaragoza les brindó tertulias, espacios para escribir, nuevas amistades, como la sostenida con el pintor Gonzalvo, de quien se hacían acompañar en los paseos nocturnos y cuyas autorizadas valoraciones del entorno motivaron en Martí la necesidad de recoger sus impresiones en un cuaderno.
Entre los más entrañables espacios la ciudad les brindó el teatro Principal. Desde su palco 13, Martí vio por primera vez a la mujer que mencionara muchos años más tarde en el poema VII de sus Versos sencillos, la joven Blanca de Montalvo, que vivía en la calle Platerías, donde a partir de entonces el enamorado la visitaría. Fue el propio teatro el que acogería en enero de 1874 al vehemente orador, para recaudar fondos que ayudarían a los familiares de los caídos, dos meses antes, en defensa de la República, donde fueron decapitados Lanuza y Padilla —también referidos en los versos citados— tras el golpe de Estado del general Serrano.
Como un bálsamo fue para el criollo el amor de Blanca, la que, como él, sabía que a pesar de la atadura sentimental que los unía, esta carecía de futuro. Así, al concluir sus dos carreras, la de Derecho y la de Filosofía y Letras, prepara su partida. El deber lo llama y en México lo espera su familia. La hermosa estampa lírica donde, en sus palabras, rompió su corola la poca flor de su vida, está por concluir, y con ella sellará el recuerdo feliz de su estancia en «la tierra amarilla que baña el Ebro lodoso», donde, aun serpenteado por su habitual melancolía, fue feliz.
La universidad de Zaragoza distingue a su discípulo
La Universidad de Zaragoza (UZ), la misma que acogiera a José Martí en mayo de 1873 para licenciarlo en Derecho Civil y Canónico en julio de 1874, y en Filosofía y Letras en octubre del mismo año, es hoy el mayor centro de educación superior del Valle del Ebro. La institución —llamada en tiempos de Martí Universidad Literaria de Zaragoza— celebró en 2017 el 475 aniversario de su fundación y no pasó por alto la presencia de un discípulo de la talla universal de José Martí, a quien ha llamado egresado ilustre, lo cual agradece Cuba con creces.
Lo primero fue la concesión de la Medalla de Oro, la más alta distinción que entrega la casa de altos estudios cuando considera que las razones lo ameritan. Para recibir el lauro póstumo, la doctora Francisca López Civeira, directora de la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana, viajó el pasado abril a la sede aragonesa.
Invitados por la Oficina del Programa Martiano llegaron a Cuba en octubre de 2017 José Antonio Mayoral Murillo, rector de la Universidad de Zaragoza, y Francisco Beltrán Lloris, vicerrector de Internacionalización y Cooperación, para cumplir un programa de visita que incluyó el Centro de Estudios Martianos (CEM), la Fragua Martiana y la Universidad de La Habana, entre otras instituciones.
La parada en tierra cubana fue la antesala para participar en la XII Reunión del Consejo Mundial del Proyecto José Martí, de Solidaridad Internacional de la Unesco, que se celebró en Monterrey, México, donde los directivos solicitaron para Zaragoza la sede de la próxima reunión de ese órgano del Proyecto.
José Antonio Mayoral explicó que José Martí, para la Universidad de Zaragoza, es una de las figuras de las que tiene que estar orgullosa, y se refirió a la presencia en sus predios de un busto del Apóstol, con una placa que reconoce la estancia en dicha universidad de ese hombre insigne.
Otras de las acciones que la Universidad ha llevado a cabo son la publicación de dos libros a propósito de la estancia martiana y la concesión a Cuba de los dos títulos universitarios del prócer, que en su momento no pudo recoger por no contar con el dinero disponible. También se ha colocado, hace ya un tiempo, una placa en el edificio donde vivió en la calle Manifestación número 13.
La universidad zaragozana, consciente de que su discípulo ilustre es una figura universal, trabaja en los últimos años en la reactivación de su memoria. Ha creado la primera Cátedra José Martí en Europa, que está en sus predios, orientada a la colaboración entre la Universidad de Zaragoza y la de La Habana y que se abre además a otras instituciones cubanas para la colaboración entre las ciencias humanísticas y las sociales.

Otras presencias
Poco más de un año ha pasado de que tuviera lugar la Feria del Libro de Zaragoza correspondiente a 2016. El evento reverenció al héroe cubano. En él se propuso una ruta literaria que se centró en la figura de José Martí. El recorrido propuso a los participantes llegarse hasta los distintos puntos que marcaron la presencia del cubano en la ciudad en los años 1873 y 1874. Inspirado en los títulos La Zaragoza de José Martí y La España de José Martí, de Manuel García Guatas, y Adiós, Habana, adiós, de Jordi Siracusa, el itinerario partió del edificio del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, y concluyó en el que lleva el número 13 de la calle Manifestación.
Los puntos 1 y 2 de la Ruta contemplaron los dos centros docentes en los que el joven insurrecto estudió al llegar a Zaragoza: el Instituto de Bachillerato, donde concluyó los estudios que no pudo terminar en La Habana, y el Paraninfo de la universidad. En ambas instituciones se encuentran sus respectivos expedientes.
El teatro Principal constituyó el punto 3. Se dice que fue este sitio la tercera casa de Martí en Zaragoza; la segunda había sido la biblioteca de la universidad. En la planta dos se señalaría el palco número 13, que rechazaba por superstición el púbico y que él ocupaba habitualmente.
El punto 4 del recorrido fue situado en la sede del instituto Pedro de Luna, donde fueron exhibidas fotografías de la antigua universidad. En este sitio estuvo hasta que se trasladaron sus facultades al actual recinto. Una de las fotografías deja ver el último edificio —ya inexistente—, correspondiente a la capilla fundacional largas horas sumergido en la lectura y el estudio. El expediente de bachillerato de José Martí pudo verse en este lugar.
Para el punto 5 y final quedaron las dos placas que han sido colocadas en el edificio donde viviera, en la calle Manifestación no. 13. La primera da fe de su estancia en este inmueble; la segunda contiene el poema VII de Versos sencillos, ya referenciado en este trabajo, donde rinde homenaje el poeta, muchos años después, a la tierra aragonesa, la que más amara de España.
 
Martí regresa
Finalmente, Zaragoza será la sede del XIII Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Mundial, coordinado por el sector Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco. Aceptada la candidatura de la capital de Aragón, el próximo septiembre se celebrará el cónclave, que sostendrá en el centro de sus temáticas la despoblación y la gestión del agua.
Cuando en Zaragoza se celebre el XIII Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Mundial, en el aniversario 165 de su nacimiento, Martí regresará a la tierra florida, la de la heroica defensa, hecho pensamiento.