José Carlos de Santiago en el stand colectivo de revistas de Art Basel.
Edición Arte por Excelencias 42 en Art Basel.

Sietes días que conmueven las artes visuales, puertas que se abren en cualquier espacio de la ciudad a la cultura, una mirada múltiple que rastrea minuciosamente lo que se hace en arte por el orbe, o un potente telescopio que alcanza a observar la creatividad en toda la Tierra son realidades en las que se transforma la Semana de Arte en esta ciudad norteamericana, desde hace diecisiete años, siempre a principios de diciembre. Y este 2018 no fue una excepción.
Art Basel Miami Beach se transforma en el centro de las miradas del mundo adonde llegan miles de coleccionistas, críticos de arte, especialistas, galeristas, amantes del arte, profesores/alumnos y público en general.
El renovado y moderno Centro de Convenciones de Miami Beach volvió a ser el embrión fundamental del evento Art Basel de esta ciudad, que es la hermana de la original y homónima fundada en 1979 en Basilea, Suiza. Art Basel Miami Beach vio la luz en 2002. En esta ocasión, entre el 5 y 9 de diciembre aparecieron en sus salones 290 galerías llegadas de más de 35 países, con 4 000 obras de artistas de todos los continentes. Pintura, dibujo, instalaciones artísticas, fotografías, arte audiovisual, escultura… pasearon por los diferentes sectores en que fue diseccionada la importante Feria: Galleries, Nova, Kabinet, Positions, Survey, Edicion y Magazines. En esta última paseó, por segunda oportunidad, Arte por Excelencias.

Un arte plural más humanizado
Una mirada a la 17ma. edición de Art Basel Miami Beach dejó ver una feria más humanizada que en anteriores versiones. Los medios tecnológicos, presentes siempre, no fueron protagonistas absolutos. Hubo un regreso —muy bien recibido— del arte de caballete, el dibujo, la fotografía, sin faltar la escultura, que acaparó casi todos los espacios, como un deseo de galeristas/artistas de hacer más real las obras, de atraer la atención con el volumen y toda una suerte de objetos y artefactos. Los materiales utilizados para realizar la mayoría de estos objetos escultóricos, que muchos de ellos no siguen al pie de la letra el verbo que le dio origen: esculpir, sino más bien crear, armar, modelar…, respiran desde el plástico, telas, alambres o hasta luces de neón. Sobresalieron en el camino esculturas y objetos de gran tamaño, y también pinturas de formatos inmensos que resaltan tendencias como el kitsch, expresionismo, minimalismo, figuración…

Latinoamérica desbordó sus limites
Nuevamente América Latina e Iberoamérica estuvieron amplia y elegantemente representadas como centro novedoso de crear arte del bueno. Brasil, Argentina, México y España fueron abanderados en Art Basel Miami Beach. El mundo interno de los artistas de esta parte del mundo salió a flote en centenares de piezas que miraban a las culturas que ocuparon nuestras tierras muchos siglos atrás. Hubo una buena dosis de trabajos de corte artesanal/manual inspirados en el medio ambiente y su salvación. También cobró fuerza en esos días el traído y llevado término de la emigración. Aparecieron detalles, sentimientos, preocupaciones humanas que vuelcan la mirada hacia aquello que nos da fuerzas para seguir adelante en este mundo cambiante y a veces hostil.

Siempre Cuba
En ese arcoiris de formas, colores y conceptos, la Isla caribeña estuvo muy bien representada. En Art Basel dos galerías trajeron las enigmáticas piezas de Carlos Garaicoa: Elba Benítez (España) y Continua (Italia, China, Cuba). Esta última se coloreó con otras piezas de creadores del patio. La galería La Acacia desembarcó en Pinta Miami con las piezas de tres jóvenes creadores que muestran la gran diversidad artística que hay en el país: Douglas Argüelles, Jorge Wellesley y Frank Mujica, quien regaló, a través de los paisajes dibujados en su serie Diario, un registro de sus vivencias cotidianas.
La galería Pan American entregó un muestrario sugestivo de la riqueza del arte nuestro portador de mucha vitalidad. Nombres como los de los premios nacionales de artes plásticas José Manuel Fors y José Ángel Toirac, así como de Gustavo Acosta, Sandra Ramos, Arianna Contino y Guido Llinás vibraron en el stand.
Cernuda Art mostró a Wifredo Lam —presente en muchas galerías del mundo—, Amelia Peláez, René Portocarrero, Mariano Rodríguez, Víctor Manuel, Mario Carreño, Servando Cabrera, Carmelo González, hasta Tomás Sánchez, Manuel Mendive, Vicente Hernández, Roberto Fabelo, Alfredo Sosabravo, Sandro de la Rosa… En la vecina Art Context, Rubén Alpízar estaba presente con el Estudio de Arte Contemporáneo. En el recorrido aparecieron señales de Mabel Poblet y José Ángel Vincench, que siguieron tejiendo aquí las imaginaciones cubanas.
En Pinta Miami tampoco faltaron. Laten-Artprojet, de La Habana, reunió los trabajos de dos creadores: Eduardo Roca (Choco) Premio Nacional de Artes Plásticas, y Alcides Pérez Toledo. Diego Beltrán, de la mano de una obra sugestiva: Tierra, cielo y verde, se movió en terrenos artísticos y también tecnológicos. En la galería Eduardo Lira Art se dieron la mano creadores de la vanguardia con otros más contemporáneos: Sandú Darié, Lolo Soldevilla, Ernesto J. Fernández… En Building Bridges Art Exchanges estaban Ángel Delgado y Antuán Rodríguez. En Pulse destacó la obra de Armando Mariño, y en Untitled, la galería El apartamento.