Llega el verano boreal y, aprovechando el receso en escuelas, institutos y universidades, los jóvenes de todo el mundo inundan los meses de julio y agosto con su alegría, muy necesitada en estos tiempos, cuando se requiere de la esperanza como antídoto para contrarrestar las incertidumbres económicas. Fiestas, bailes, excursiones, aventuras… las vacaciones estivales reservan un sinfín de actividades, como puede ser viajar al interior del país o al exterior para vivir excitantes emociones, ya sea descubriendo lugares exóticos o haciendo nuevas amistades y conociendo otras culturas. De ahí que destinos, operadores turísticos, agencias de viajes, líneas aéreas y hoteles lancen promociones, descuentos y ofertas; e inviertan en campañas de publicidad pensando en seducir a la juventud, un segmento cada vez más codiciado. En el Caribe insular o continental, hispano, anglófono o francófono, hay muchas tentaciones, aderezadas ahora con precios tentativos y fáciles y propuestas para captar el mercado interno, lo que facilita la interacción entre jóvenes nacionales y extranjeros a la par que alternan aventuras, descanso y diversión. Los motivos para viajar al Caribe insular son muy variados y en todos subyace el único y principal propósito de divertirse; bien en sus interminables celebraciones y carnavales; o practicando actividades náuticas y al aire libre; siempre rodeados por el colorido de una prodigiosa naturaleza tropical y el mestizaje creado por lo que se considera la mayor amalgama de gente del mundo. El propio arco de países que circundan al mar Caribe es un interminable menú de opciones para pasar unas vacaciones inolvidables en solitario o en compañía de amigos. Las opciones se suelen adaptar en este período al presupuesto moderado de que disponen los jóvenes, la mayoría de las veces.

El Caribe es un interminable menú de opciones vacacionales de verano, que se suele adaptar en no pocos casos al presupuesto moderado de que disponen los jóvenes

Cada nación aporta algo distinto y cada cual tiene sus propios atractivos en lo cultural, étnico o geográfico, lo que proporciona la oportunidad inigualable de vivir una variedad asombrosa de emociones espectaculares. Al norte y aún cuando no pertenece geográficamente al Caribe, el sur de la Florida se abre con Miami a la cabeza gracias a su bohemia nocturna, discotecas, bares, restaurantes, boutiques, spas, gimnasios, desfiles de moda, conciertos, exposiciones y tours citadinos para conocer escenarios de películas célebres o ver las residencias de los famosos que viven en la ciudad. Ya propiamente en lo que es el Caribe, en los destinos mexicanos de Cancún y la Riviera Maya se puede disfrutar de todo tipo de actividades náuticas, sobre todo del buceo; visitar zonas arqueológicas para descubrir ruinas de la antigua civilización maya y practicar ecoturismo en los parques temáticos Xcaret y Xel-Há, donde se podrá apreciar la sorprendente flora y fauna de la región. Más abajo, Centroamérica ofrece un mosaico de atractivos culturales y étnicos que invita al multidestino, favorecido en este caso por la cercanía entre los siete países de la región. Montañas, volcanes, selvas tropicales, playas, sitios históricos, folclore… la diversidad de paisajes que ofrece Centroamérica, tienta a los jóvenes que mochila a la espalda desandan el mundo. También el Caribe insular ofrece llamativas propuestas con tarifas muy competitivas, sobre todo para quienes gusten del turismo de aventura, el submarinismo, actividades acuáticas y deportes. En este sentido sobresalen la contagiosa música de Jamaica, la riqueza culinaria de Puerto Rico y República Dominicana, con su oferta de actividades diversas, que van desde el relax en soleadas playas hasta la aventura en ríos o montañas y el disfrute de noches bien movidas, en centros nocturnos a ritmo de merengue y bachata. Dentro de este abanico, Cuba no se queda atrás y a sus tradicionales acciones veraniegas para los jóvenes como el campismo y las actividades en el Malecón habanero, suma en esta ocasión una novedad: un amplio programa de excursiones a precios económicos que las agencias turísticas ponen a disposición de los turistas nacionales. Más allá de la mera diversión con actividades de ocio, hay también otras ideas de viaje que enriquecerán la experiencia de vida de los jóvenes que visiten el Caribe durante este verano, como pueden ser actividades solidarias, aprender idiomas o trabajar como voluntarios. Así, el programa de verano del capítulo latinoamericano de la Alianza Mundial de la Juventud (WYA, según sus siglas en inglés) comprende una semana intensiva de capacitación y actividades para jóvenes entre 16 y 30 años en su sede en la Ciudad de México. Quienes participen conocerán a otros jóvenes interesados en promover la dignidad de las personas y la solidaridad en México, tomarán parte en actividades culturales y deportivas, y recibirán la acreditación del Programa de Entrenamiento Certificado de la WYA Latinoamérica. También en la región se ofrecen cursos para que los jóvenes aprendan español o a bailar salsa, a la vez que disfrutan de las playas caribeñas o hacen senderismo en rincones paradisíacos para colorear el verano.

Cada destino aporta algo distinto y cada cual tiene sus propios atractivos en lo cultural, étnico o geográfico, lo que siempre es una ventaja para quienes buscan actividades diversas