El Huaca Pucllana tiene una pirámide de unos 22 m de altura con escaleras adoquinadas.
El malecón de Miraflores, donde la ciudad se desbarranca en la costa del Pacífico.
Mate Museo Mario Testino
Circuito Mágico del Agua en el Parque de la Reserva.

SE APURAN LAS HORAS PARA RECORRER EN TRES DÍAS LA CIUDAD MÁS GRANDE DE PERÚ Y UNA DE LAS MÁS ENCANTADORAS EN LATINOAMÉRICA

La señora del asiento de al lado me dice que no deje de visitar Astrid&Gastón, en la Casa Moreira… Googleo y resulta que Gastón Acurio es uno de los cocineros más mediáticos de toda Iberoamérica y el mayor embajador gastronómico de este país sudamericano, con un compromiso pasional por divulgar la culinaria peruana en su más renovadora expresión.
Voy apuntando todo al vuelo, por si se me olvida algún detalle al aterrizar. Tengo menos de 72 horas en Lima y no quiero perderme lo más auténtico de la Ciudad de los Reyes.
Las barriadas costeras y el agitado centro comercial pueden ser abrumadores para quienes la visitan por primera vez, pero se dice que en tres días pueden llegar a conocerse los atractivos más importantes, con tiempo suficiente para admirar las plazas coloniales, explorar el bohemio barrio de Barranco y relajarse en el balneario de Miraflores.

DÍA 1
En el corazón de su centro histórico, declarado patrimonio por la Unesco, la Plaza de Armas o Plaza Mayor es punto de comienzo obligado para los tours a pie. No debo perderme el Palacio de Gobierno, donde cada mediodía ocurre la ceremonia del cambio de guardia.
También me han recomendado visitar la Catedral de Lima, adonde llego después de caminar algunos metros. Es impresionante, quizás con algunos detalles más exquisitos que las de otros países colonizados por España en el siglo XVI. Me dice el guía que en la noche es aún más extraordinaria, puesto que la disposición de las luces es un espectáculo admirable. Asimismo me recomiendan la Iglesia y Convento de San Francisco, donde los turistas pueden visitar las escalofriantes catacumbas subterráneas.
Conectada con la Plaza de Armas por el boulevard Jirón de la Unión, la Plaza San Martín es un precioso lugar de encuentro. Un jardín concéntrico de hermosos arreglos florales, donde los locales y turistas nos tomamos un café para llevar, sentados en el césped.
Ciertamente el centro histórico de Lima me recuerda mucho el de mi propia nación. Así que enrumbo hacia otras zonas de la ciudad, donde pueda descubrir eso que la hace distinta.
Para el atardecer de mi primer día llego hasta el Parque de la Reserva, donde la atracción principal es el Circuito Mágico del Agua. Quedo encantada por el show de fuentes y luces, nada que envidiar a otros en el mundo, con proyección de imágenes sobre las aguas, extenso despliegue de combinaciones y un ambiente excepcional en medio de una ciudad tan agitada durante el día.

DÍA 2
El Huaca Pucllana, que data del año 500 a.n.e., es uno de los sitios prehistóricos dedicado a enterramientos sagrados mejor conservados en América Latina.
A punto de creer ingenuamente que estoy en el único lugar de este tipo en toda Lima –puesto que son mundialmente conocidos Machu Picchu, Sacsayhuamán en Cuzco, y otras maravillas en el resto del Perú– me entero que hay unos 54 huacas solamente en Lima, algunos de ellos con más de 4000 años de haber sido construidos. Entre los más visitados, además del Pucllana, se encuentran el Pachacamac y el Huallamarca.
Seguimos en el distrito de Miraflores, pero vamos directo hasta la costa, con oportunidad para tomar las fotos más emblemáticas del litoral limeño, donde la ciudad se desbarranca en la costa del Pacífico.
Me dicen que no debo dejar de visitar el Centro Comercial Larcomar, pero no me atraen este tipo de lugares populosos, así que me recojo al hotel con el propósito de prepararnos para la cena.
Hemos traído el libro “Perú” del Chef Gastón Acurio, donde nos revela su pasión por el arte culinario en simples palabras: “Sí, al visitar Perú descubrimos un pueblo que vive orgulloso de su gastronomía y que es feliz disfrutándola, y sobre todo compartiéndola”.

DÍA 3
“Si solo visitas un museo en Lima, que sea el Museo Larco”. Así lo recomiendan en las redes sociales y para allá vamos hoy, en nuestro último chance para asomarnos a la historia de la capital peruana.
El museo, además de contar con una amplísima colección de objetos de oro y plata, coloridas cerámicas y huacos, es sui generis en su disposición. Incluso la instalación es imponente: una casona del siglo XVIII rodeada por jardines impecables.
Sin tiempo ya pero con muchos compromisos en casa, hacemos un espacio para las compras y nos vamos al Mercado Indio. Allí nos deleitamos con los souvenirs peruanos: joyería exquisita, vestimentas de lana de alpaca y miniaturas similares a las cerámicas prehispánicas, son algunos de nuestros mejores regalos.
Cuando llegamos al distrito bohemio de Barranco nos parece que cruzamos alguna frontera, al menos una cultural. Aquí las pinturas murales callejeras invitan a recorrer las galerías de arte y a fotografiar cada rincón de este ecléctico espacio limeño. Es aquí también donde nos sugieren venir en la noche, puesto que puede disfrutarse música en vivo en varios clubes.
Considerado un lugar en plena tendencia, el Mate Museo Mario Testino exhibe una fantástica colección de fotografías de célébrités y vestimenta típica andina. Su creador, el talentoso Mario Testino Silva, inauguró el lugar como proyecto cultural en 2012 y hoy está considerado entre los must-see de Lima. Entre los rostros más famosos que han posado ante su lente se cuentan la princesa Diana de Gales, Kate Moss, Taylor Swift, Lady Gaga, Madonna, Julia Roberts y Catherine Zeta-Jones.
No podemos despedirnos de Lima sin ir al icónico Puente de los Suspiros. Siguiendo su ruta llegamos a la Bajada de los Baños, donde nos esperan algunas horas de cena típica peruana y bares hasta la madrugada.