¿Banderas masónicas en el Caribe?
En la historia caribeña poco se menciona a la francmasonería o asociaciones que a lo largo de la historia se han caracterizado por adoptar el principio de fraternidad entre sus miembros, la profusión de símbolos identificadores de contenido sólo reconocible para los iniciados y la estructuración en pequeños grupos denominados logias que determinaron su condición de sociedades secretas.
Sin embargo, fue el patriota venezolano Francisco de Miranda- un caribeño precisamente- el fundador en el Londres de 1789 de la Logia Caballeros Racionales, la cual derivó en el sur de América en una agrupación similar independentista llamada Lautaro de la que saldrían futuros próceres latinoamericanos como el argentino José de San Martín.
Miranda, un masón, creó la bandera de Venezuela con los colores amarillo, rojo y azul como símbolos de la esencia conceptual de la francmasonería, o sea, escuela de moral, ciencia y virtud.
Otro integrante de una logia caribeña, esta vez el poeta cubano Miguel Teurbe Tolón, conjuntamente con el separatista Narciso López, también seguidor de las mismas ideas, se inspiró en símbolos francmasones para dibujar la actual enseña nacional de Cuba. Constancia escrita de este hecho histórico ocurrido en 1849 dejó el famoso escritor cubano Cirilo Villaverde.
Los números están íntimamente ligados a la geometría que por fuerza de la profesión de los antiguos Francmasones (de oficio albañiles) eran utilizados en la construcción de catedrales, palacios y otros predios. En la base están los números 3 y 5 como puntos de partida, para una construcción de figuras geométricas como el triángulo y el pentágono. El triángulo equilátero es usado como símbolo masónico y representa tres atributos: Fuerza, Belleza y Sabiduría, y también los tres reinos naturales: Mineral, Vegetal y Animal.
La actual bandera nacional de la República de Cuba está formada por cinco franjas iguales; solo diferentes por su colorido: tres azules y dos blancas. La estrella blanca de 5 puntas se encuentra insertada en un triángulo equilátero de color rojo (dibujado mediante tres líneas iguales). Este elemento geométrico recuerda los 3 principios enunciados por la Revolución Francesa de 1789, de Libertad, Igualdad y Fraternidad, elementos tan cercanos a las ideas de la masonería. También tres colores diferentes en la bandera: azul, rojo y blanco; finalmente el 7, como símbolo masónico, aparece representado en el número de elementos que integran la enseña cubana, a saber: 5 franjas, un triángulo, más una estrella solitaria.
Otra enseña nacional caribeña con trasfondo masónico es la de Puerto Rico cuya imagen es idéntica a la cubana pero con los colores invertidos. Fue diseñada por don Antonio Vélez Alvarado en 1895. Esa bandera pronto vino a simbolizar los ideales del movimiento independentista de Puerto Rico y durante casi 60 años la estrella solitaria de Puerto Rico constituyó símbolo clandestino que utilizaron los independentistas de la Isla. Sólo a partir de 1952, con la puesta en vigor de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, se oficializó la monoestrella de Puerto Rico como parte de su bandera oficial e, implícitamente, fue aceptada su simbología masónica similar a la cubana.
Miranda, un masón, creó la bandera de Venezuela con los colores amarillo, rojo y azul como símbolos de la esencia conceptual de la francmasonería, o sea, escuela de moral, ciencia y virtud.