Ya rueda el primer auto eléctrico de la marca británica: un deportivo de 4 puertas, 5 plazas, tipo familiar, con la estética de un SUV.

El I-Pace no es solo «el salto del Jaguar» a la fabricación de autos eléctricos en bien del medio ambiente, es también una especie de ruptura con el estilo tradicional que caracterizó a la marca, hoy subsidiaria de la automotriz india Tata Motors. Un cambio de tecnología y de diseño.

Desde hace más de 85 años, Jaguar goza de reconocimiento internacional como uno de los constructores de automóviles deportivos más bellos. Sus modelos han logrado fama mundial en carreras de resistencia (24 Horas de Le Mans, Gran Turismo y Sport Prototipos), además de mantenerse siempre a la vanguardia del automovilismo.

Con 4,68 m de largo, el Jaguar I-Pace tiene una silueta inusual por su perfil aerodinámico, así como por las hermosas líneas de su carrocería. El conjunto define su tipo, y las grandes llantas le dan una estética dinámica que expresa innovación y carácter. El capó bajo, ceñido por pasos de rueda curvados, le imprime espíritu deportivo.             

Cuentan que eso era lo que perseguía Ian Callum y su equipo al crear este Jaguar I-Pace que, dicho sea de paso, ha tenido muy buena acogida en el público conocedor. Súmese a ello que el trabajo unido de los equipos de ingeniería y diseño consiguió ese bajo coeficiente aerodinámico para un vehículo de esta clase: 0,29 Cd.   

En contrapunto con su visión exterior, el interior es clásico, aunque incluya lo último en tecnología. Combina artesanía y precisión con un bello diseño pragmático inspirado en un auto deportivo. La posición del asiento del conductor, mucho más baja que la tradicional en un SUV, y su techo panorámico de cristal, acentúan ese estilo deportivo.       

Jaguar ha sabido dar el toque Premium al salón, alejado del típico uso de la madera y el cuero, con una mezcla de tecnología y tradición apoyada de materiales de alta calidad. Al cuadro de instrumentos digital con pantalla táctil (menús, controles de climatización, ajustes de frenada regenerativa, consumo, navegación), se une lo clásico.

Por ejemplo, el limpiaparabrisas se acciona por una palanca en la columna del timón y el clima se regula por botones en el salpicadero, «como antes». Eso hace la diferencia: Jaguar «cuida tu seguridad, no apartes la vista del camino, no mires a la pantalla». Los cambios de marcha (automática) son también por botones y van en la consola central: D (hacia adelante), R (en reversa), N (punto muerto) y P (parqueo).

El Jaguar I-Pace trae dos motores eléctricos muy compactos, diseñados por Jaguar-Land Rover, colocados en los ejes delantero y trasero, que le dan una potencia combinada de 400 CV y un par motor de 700 Nm. Estos propulsores eléctricos pueden combinarse para conseguir la tracción en las 4 ruedas, lo cual mejora la dinámica en cualquier superficie o condición climatológica.

Es de destacar que la motorización eléctrica le imprime al auto una respuesta inmediata al pisar el acelerador, no hay demora ni cambios de marchas. Ello, junto con los 700 Nm y los beneficios de la tracción integral, hace que el I-Pace acelere de 0 a 100 km/h en solo 4 s.

Todo el sistema ofrece una eficiencia eléctrica más que sobresaliente, pues su rango de autonomía es de más de 500 km en el ciclo NEDC. Dicen que cualquier usuario habitual de un Jaguar I-Pace tendría que cargar sus baterías ¡solo una vez por semana! Y la carga es rápida y fácil: 90 min para conseguir el 80 % y poco más de 2 h para el 100 %, con cargador de corriente continua de 50 kW/h.

Resultó electo Carro del Año en 2019. Si le gusta, por solo 88 400 € puede llevarse el suyo ¿Se embulla?