En los últimos años se han desarrollado múltiples tecnologías para brindar mayor información al conductor sobre lo que ocurre en la vía. Tal es el caso de los Asistentes de Visión Nocturna.

Durante la noche, el conductor posee una menor visibilidad. Por el efecto de deslumbramiento normalmente se mantiene conectada la luz de cruce (o luz corta) por lo que la acción de conducir, especialmente en carreteras fuera de la ciudad, se vuelve una tarea fatigosa y da origen a múltiples accidentes. ¿Cómo brindar asistencia al ojo humano en estas condiciones? Un sistema de visión nocturna aprovecha la emisión infrarroja, para captar imágenes que puede que no se perciban con la luz visible de los faros. Las imágenes que captan los sensores de luz infrarroja se ofrecen al conductor en una pantalla. Existen dos sistema de visión nocturna basados en emisión infrarroja: los denominados pasivos o térmicos, que aprovechan la emisión espontánea de radiación infrarroja de todos los cuerpos al estar a una cierta temperatura. La emisión es captada por una cámara especial (que ha de ir situada en el exterior del vehículo), y se representa como imagen en la pantalla situada frente al conductor. Esta imagen se muestra como un negativo, con colores más claros para los objetos a mayor temperatura; y los llamados sistemas activos, que precisan de una iluminación adicional infrarroja que es proporcionada por dos lámparas de halógenos (ubicadas en los faros del vehículo). La imagen que se forma con esa iluminación infrarroja la recoge una cámara (ubicada generalmente detrás de la parte superior del parabrisas) y la muestra una pantalla que aparece en el cuadro de instrumentos. La luz infrarroja emitida por los faros delanteros, para este caso, no provocan deslumbramiento pues son invisibles al ojo humano. La imagen captada por la cámara se refleja en una pantalla TFT de ocho pulgadas, mostrando tanto obstáculos «calientes» (personas o animales), así como objetos «fríos» (piedras o un vehículo averiado). De este modo, el conductor es capaz de responder más rápidamente a un imprevisto, pues se reduce el tiempo de reacción ante un obstáculo. Tanto uno como el otro sistema (los pasivos o térmicos y los activos) poseen ventajas y desventajas por lo que los fabricantes de vehículos los emplean indistintamente. El primer sistema de visión nocturna empleado en automoción lo ofreció el Cadillac DeVille (versión pasivo), en el año 2000, aunque no tuvo el éxito esperado. En 2002 se instalaba en el Lexus LX 470 una versión de sistema activo mientras el Honda Legend lo mostraba en 2004 en una versión también pasiva. A finales de 2005, Mercedes-Benz presentó su sistema Night View Assist en el nuevo diseño de la Clase S (versión activo) y en ese mismo año lo colocaba BMW en un auto de la Serie 7 (versión pasivo). Audi, por su parte, lo incluía en el A8 desde el pasado año. Estos sistemas han continuado perfeccionándose, incluyendo, desde 2008, la detección de personas. Con ello se puede mostrar un aviso al conductor de la proximidad de un peatón, de manera lumínica e incluso sonora en algunas variantes, lo cual es posible hasta una distancia de 90 metros. Sin dudas el hombre continuará desarrollando originales y sofisticados equipos que contribuyan a incrementar la seguridad de los automóviles e incorporando “nuevos ojos” para la conducción.