A Baracoa en un Ibiza
El Seat Ibiza 2011, que nace de su cuarta generación lanzada al mercado en 2008 y que ha sido actualizada año tras año, llegó a Cuba recientemente para sustituir al Córdova, coche clasificado como gama media por la rentadora de autos Rex, perteneciente al Grupo Transtur. Este es nuestro auto a prueba. Baracoa, la primera villa de la Isla, fundada por Diego Velázquez a principios del siglo XVI, nuestro destino.
La versión que probamos, de cinco puertas, tiene aspecto deportivo y unas líneas aerodinámicas que se materializan con su comportamiento en carretera a velocidades por encima de los 160 km/h. Pero antes, cuando te sientas en la butaca del conductor, pones las manos en el volante y miras el panel de instrumentos, te da una mejor idea de hasta donde puedes llegar con el Ibiza. Para buscar la mejor posición de conducción, puedes ajustar el asiento, de manera mecánica, en distancia y altura. Los retrovisores exteriores también se regulan de manera mecánica, desde el habitáculo. La transmisión, dirigida al tren delantero, cuenta con una caja de cambios manual de cinco velocidades. Al principio cuesta un poco de trabajo adaptarse a ella, por el hecho de que la marcha atrás se pone en dirección a la primera velocidad y empujando la palanca hacia abajo, pero luego que te familiarizas va muy bien. Viajar a Baracoa desde La Habana, por carretera, es una verdadera aventura. Son 1 100 km atravesando trece de las quince provincias del país, solo quedan exentas del recorrido Artemisa y Pinar del Río, las que apuntan al extremo occidental. El trayecto debe hacerse al menos en dos días y así lo hicimos, el primero hasta Bayamo –poco más de 700 km y donde se adelanta mucho rodando por los 350 km de Autopista Nacional que finalizan en Taguasco, un pequeño pueblo de la provincia de Sancti Spíritus-. El segundo, que frisa los 400 km, es mucho más lento y a la vez más pintoresco, tomando su mayor esplendor en la Vía Azul, que enlaza las ciudades de Guantánamo y Baracoa. En el Ibiza van bien cuatro pasajeros, un quinto, a pesar de tener reposacabezas, es incómodo tanto para él como para sus acompañantes. Esto ocurre, en gran medida, por la columna central del piso. Por otra parte, la capacidad del maletero es de las mejores en su segmento, con un volumen de 292 litros. Además, se incrementa sobremanera, hasta los 700 litros, si se abaten los asientos traseros, divididos en dos partes con configuración asimétrica. El motor L4 de 1.4 litros de desplazamiento, inyección directa de combustible (gasolina), doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro (16 en total) que genera una potencia de 85 CV a 5 000 rpm y un par motor máximo de 132 Nm a 3 800 rpm es, sin lugar a dudas, uno de los mejores aciertos del Seat Ibiza 2011. Lo digo por la velocidad tope que alcanza, con un consumo de combustible de ensueño. Rodar por la Vía Azul, de aproximadamente 154 km, justifica los 1 000 km recorridos para llegar a ella. A la izquierda inmensos farallones y a la derecha el bello azul del mar Caribe, este es un paisaje único que te obliga a parar una y otra vez para llevarte en la cámara fotográfica las mejores vistas. El panel de instrumentos es bastante sencillo, tacómetro a la izquierda y velocímetro a la derecha. Al centro, entre ambos relojes analógicos se ubica una pequeña pantalla digital que indica: nivel de combustible, la hora, temperatura exterior y kilómetros recorridos. No tiene reloj de temperatura de agua ni aceite; sin embargo, en el interior de los relojes analógicos (Tacómetro y velocímetro) hay una serie de testigos luminosos que indican cualquier anomalía. Además, las butacas delanteras cuentan con alarma sonora en caso de no abrocharse el cinturón de seguridad y de igual manera emite un sonido cuando el nivel de combustible cae en reserva. La paisajística cubana toma grados superlativos cuando nos adentramos en el macizo montañoso Sagua-Baracoa, específicamente en el viaducto La Farola, construido a mediados de la década del sesenta. Con una extensión de 30 km y bordeando laderas y montañas, esta carretera colgada toma alturas por encima de los 500 metros sobre el nivel del mar. Sus seis metros de ancho y abundantes barandas de contención hacen que los conductores de autos, ómnibus y camiones se sientan seguros escalando tamaña altura. Los seis kilómetros, entre el puente de Las Guásimas (Veguita del Sur) y El Mirador, en Alto de Cotilla (punto más alto de la carretera) son los más pintorescos y bellos, con vistas excepcionales y donde, alguna que otra vez se adentra una nube en plena carretera. El Ibiza trepa bien, a pesar de contar con un motor pequeño y atmosférico, rara vez pusimos primera velocidad y fue por bajar mucho de vueltas al contemplar los impresionantes paisajes. El Seat nunca nos avisó de alta temperatura en la máquina y los frenos, de discos en las cuatro ruedas y de vital importancia en un trayecto como este, funcionaron a la perfección. Baracoa, que recientemente celebró su 500 aniversario, fue la primera villa fundada de la época colonial española, el lejano 15 de agosto de 1511. Si bien los baracoenses no pueden presumir de una gran ciudad colonial, con amplias avenidas e importante arquitectura, sí pueden alardear de los favores de la naturaleza en esa región, al noreste de Cuba. Destacan tanto su flora como fauna, además, cuenta con más de sesenta sitios arqueológicos como prueba de la existencia, en esta zona, de los aborígenes Tainos y su cultura, la más adelantada en la mayor de las Antillas a la llegada de los colonizadores españoles. También destacan: el río Miel, El Yunque y la bahía. Una de las mejores vistas de Baracoa se consigue visitando el hotel El Castillo y desde allí nos fotografiamos con el Seat Ibiza 2011. No por casualidad escogimos este coche para conquistar la Primada de Cuba, un auto español para llegar por carretera al primer punto de contacto entre dos culturas, la cubana y la española. Es prácticamente delito, irse de Baracoa sin probar sus chocolates. Más aún sus cucuruchos –rico postre confeccionado de coco, azúcar o miel, guayaba, fruta bomba, naranja, piña, especias dulces (anís, canela, clavo de castilla) y envueltos en un cucurucho hecho de yagua de palma real-. ¡Exquisitos! De regreso, cargados de cocoa y cucuruchos para compartir con familiares y amigos, el Ibiza va de maravillas por carretera. En directa y entre los 100 y 130 km/h la insonorización es perfecta y el aire acondicionado, de mandos mecánicos, domina sin problemas todo el habitáculo. Las llantas de aleación, calzadas con neumáticos 185/60 R15, son ideales para las condiciones de las carreteras cubanas. Unos de perfil más bajo o con llantas de acero, podrían dañarse en un inesperado bache y dejarnos parados al borde del camino. Es muy cómodo el cierre centralizado, con mando a distancia. No así, las lunas traseras que no son eléctricas como las delanteras, ni el porta documentos del salpicadero, de reducido tamaño y sin iluminación. En la Autopista Nacional le dimos riendas sueltas al Ibiza 2011. No es un coche que se destaca por su buena aceleración saliendo desde cero, pero cuando rompe la inercia es muy veloz en su segmento. En segunda velocidad, llevando el motor hasta las 6 000 rpm, alcanzó los 120 km/h, en tercera –llevándolo al mismo régimen- llegó hasta 130 km/h. La cuarta marcha tiene un desarrollo impresionante, el tacómetro marcó 5 500 rpm cuando el velocímetro registraba 160 km/h. En la quinta velocidad, aunque cae mucho de vueltas el motor (4 500 rpm aproximadamente) no pierde potencia y se impulsa rápidamente: 170 km/h a 4 750 rpm, 175 km/h a 4 900 rpm y 180 km/h a 5 000 rpm. Resumiendo. Es un coche muy competitivo dentro del segmento B y a pesar de ser pequeño, con 4.05 metros de largo, tiene excelente capacidad de maletero y aceptable espacio interior. Puede mejorar la visibilidad de los relojes en el panel de instrumentos, sobre todo por el día y la capacidad del porta documentos en el salpicadero. Excelente el comportamiento del motor, la dirección y la estabilidad en carretera. Todos estos elementos con calificación de cinco puntos. Sin embargo, para nuestro equipo lo más impresionante fue el bajo consumo de combustible que, a pesar de su diminuto depósito de apenas 45 litros, nos permitió hacer largos trayectos sin repostar. Fueron 2 200 km recorridos en total, con un consumo medio de 6.0 l/100 km. Excelencias del Motor realizó esta prueba, celebrando el 500 aniversario de la fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, con la colaboración de Resigum, Excelencias Travel y la rentadora de autos Rex.