Para ello, el Optifuel Lab 2 posee veinte tecnologías que responden a los intereses vinculados con el consumo (la gestión de energía), el aerodinamismo, la resistencia a la rodadura y las asistencias a la conducción. El Optifuel Lab 2 está equipado con paneles fotovoltaicos, especialmente concebidos para el proyecto. La energía solar recuperada permite alimentar el aire acondicionado de la cabina, cuyo aislamiento ha sido optimizado para minimizar las necesidades. El calor emitido por los gases de escape también está utilizado como nueva fuente de energía, gracias al sistema de recuperación y de redistribución.

“La idea es utilizar la energía del motor térmico lo menos posible. Para ello, hemos electrificado varios auxiliares del vehículo como el aire acondicionado, la bomba de agua, la bomba de carburante y la bomba de dirección”, explicó Claude Covo, director del proyecto.

El aerodinamismo del conjunto rodante ha sido mejorado para producir el efecto gota de agua. Por ejemplo, el techo posee una forma perfilada, y los retrovisores fueron sustituidos por cámaras perfiladas. El nivel de aceite en el interior del puente está adaptado permanentemente en función de las necesidades del vehículo. Además, lo equipan prototipos de neumáticos Michelin, optimizados para reducir el consumo de carburante.

El conductor también desempeña un papel en la reducción del consumo. Por eso el Optifuel Lab 2 embarca diferentes sistemas de ayuda a la conducción económica. Cuenta con un regulador de velocidad adaptativo dotado de un GPS, y de un pedal de acelerador adaptativo. Estos sistemas le permiten al conductor anticipar sus necesidades y modular su conducción según la posición del camión.

Actualmente, el laboratorio rodante está sometido a pruebas en las carreteras para valorar los beneficios de consumo potencialmente realizables. El constructor comunicará los resultados a partir del primer trimestre de 2015.