Crucero por el Caribe: disfrute del diario de a bordo de un crucero por las Islas Virgenes
Primer día. EL EMBARQUE
Abro los ojos muy temprano como cada vez que llego al Caribe, es el día y hace un sol espléndido. Me acerco al balcón y "mi " barco ha llegado, es inmenso. El día transcurre tranquilo, conociendo más San Juan. Es una buena forma de conocerla aunque el sol es agotador y antes de entrar en la fortaleza ya exhaustos suplicamos piedad, piedad que se traduce en un batido de frutas delicioso en un pequeño y acogedor bar con vistas al mar. Poco a poco llega la hora de comer.
Al acabar volvemos al hotel y sin mas preámbulos nos dirigimos al puerto. Con las maletas comienzo a caminar. Cinco minutos después la idea de lujo se me ha derrumbado al mismo ritmo que me voy agotando arrastrando dos inmensas maletas por el puerto. Después de preguntar tres veces por la puerta por fin estamos frente a ella. Y sí, es feo, muy feo, una especie de hangar donde millones de maletas se amontonan. Pasamos al segundo mostrador y del segundo a la gran sala donde tras la larga cola accedemos a alguien que nos da un montón de papeles para rellenar.
Es cierto que se te olvida el calor y demás sufrimientos cuando ya estás dentro, parece que hemos entrado en una burbuja confortable. El camarote es mucho mejor de lo que imaginaba.
Ha pasado una hora y media y las maletas no han llegado. En el barco hay multitud de restaurantes, la cena suele hacerse en el Universe o el Galaxy, comedores de gala, aunque también está abierto el buffet en la zona de la piscina las 24 horas. La mesa de 8 personas está maravillosamente atendida por un metre y un camarero. Después de la cena siempre hay una amplia variedad de actividades: el casino, cafés, un bar especializado en vinos, karaoke, discoteca y un teatro con capacidad para 1.500 personas. El día ha sido largo, pero hay que ver zarpar el barco del puerto. Es muy bonito, incluso más, bajo una insistente lluvia caribeña que nos acompaña en la salida. Segundo día. ST. THOMAS
La noche ha sido tranquila, el barco no se mueve nada y al abrir los ojos estamos llegando a St. Thomas. Es una isla realmente bonita. Desayuno en el buffet de la cubierta superior, quiero atrapar cada momento de mar.
Enseguida desembarcamos, foto en la pasarela y estamos en la isla. Con otros periodistas, preferimos tomar una excursión organizada. A la vuelta unos eligen volver al barco, yo prefiero quedarme en la ciudad, Charlotte Amalie, y ver como es la vida local. St Thomas me impresiona muy favorablemente, es mucho más bonita y "lujosa" que otras de las islas de Caribe. Volvemos al barco, aún queda tiempo para disfrutar de la piscina y de un cocktail observando el mar. Mi momento favorito del día comienza a ser el de zarpar viendo como la isla se aleja y el mar se hace más inmenso.
Tercer día. ANTIGUA
Un nuevo día amanece y Antigua se alza ante nuestros ojos. Hoy decidimos alquilar un taxi para poder mezclarnos con los "locales". Desembarcamos siguiendo lo que se convertiría en un ritual: identificación, foto en el puente y de nuevo en tierra. El puerto de Antigua está lleno de vida, taxistas, guías, todos se agolpan con mapas en las manos para ofrecer sus servicios.
Comenzamos el recorrido por la isla, paramos en una iglesia y llegamos a Nelson´s Dockyard un astillero británico del siglo XVIII restaurado; de allí al mercado de artesanía local y a Dow´s Hill Interpretation Centre un Museo donde nos explican la historia de la isla y sus habitantes.
Después de visitar los sitios más representativos pedimos a nuestro compañero de viaje que nos lleve a alguna playa bonita y perdida donde poder pasar las últimas horas del recorrido en Antigua. Llegamos a una hermosa playa donde un típico bar nos espera para poder recuperar fuerzas. Me acerco a la barra para beber algo y oigo como alguien me dice: ¡ Se han caído las Torres Gemelas! Le miro pensando que está loco pero cuando giro la cabeza y veo la televisión realmente me quedé petrificada y horrorizada.
Volvemos al puerto. La excursión ha sido increíble, interesante, llena de información y de entrañable compañía. Esta noche hay cena de gala ofrecida por el Capitán Gianpaolo Casula. Las lentejuelas y volantes invaden los pasillos. Cuarto día. GUADALUPE
El tercer día de travesía nos lleva a Guadalupe. El plan para hoy es algo diferente ya que nos ofrecen a los periodistas un viaje organizado junto con personal del propio crucero. Llegamos a un Parque Natural donde los más atrevidos se sumergen debajo de Carbet Falls, la cascada más alta del Caribe, para mitigar el calor del ambiente. Cuando todos estamos listos nos dirigimos a la Destilería de ron Severin, buen ron y buenos libros nos esperan. Después de comprar todos los libros que podemos ya el hambre nos recuerda que es el momento de ir a comer. Otra isla se aleja ante nuestros ojos. ¡Cuantas cosas conocidas en tan poco tiempo! Quinto día. DIA A BORDO
Hoy es un día especial, no tocaremos puerto, sólo disfrutar de nuestra casa flotante, explorar todas sus posibilidades. Me levanto algo más tarde mecida por el imperceptible movimiento de las olas y subo a la cubierta, un sol claro y un mar azul y plano nos acompañan. La piscina a primera hora está solitaria y aunque más pequeña de lo que imaginaba apetece flotar mirando al mar. Podemos hacernos la ilusión que somos valientes de repente y estamos en alta mar.
Las tiendas de souvenirs son otra buena opción para pasar el rato. Sí, ya sé que siempre compramos cosas que nunca utilizaremos, pero son tan monas, con el barquito por todas partes que no puedo resistirme a llenar a toda la familia de cosas inútiles. Tampoco podemos escapar a la tentación de internet. Yo enemiga del progreso estoy enganchada al ordenador hasta perdida en medio de la nada. Seguro que hay una emergencia en la oficina o se me olvida como entrar en yahoo. En fin a precio de oro he conseguido estar de nuevo en la red. ¡Que alivio!.
Sexto día. ARUBA Nuestro último puerto antes de volver a San Juan será Aruba, esta es mi segunda visita y mi mente vuelve a unas de las playas más hermosas del Caribe con un agua tan azul que impresiona. Volvemos a salir todo el grupo junto para recorrer los puntos más significativos. Opto por bañarme tranquilamente y tomar el sol en una tumbona. Tendré que confiar en que los demás me cuenten lo bonitos que son los peces, les creeré. La última parada es la playa.
Hoy la jornada marítima es algo especial porque no zarparemos hasta las 11, tenemos tiempo de volver al barco y salir después de cenar de nuevo.
Aruba fue la isla de despedida, ahora nos dirigimos ya hacia el punto de desembarque, San Juan, pero antes tenemos otra jornada de navegación en la que hacer todo aquello que no tuvimos tiempo antes. Podemos pensar que los días se hacen largos pero todo lo contrario, hay tantas cosas que hacer . En la tarde, el capitán nos acompaña en el cocktail de despedida. Son una tripulación eminentemente italiana, parece ser que por tradición marinera los italianos copan todos los cruceros, sea de donde sean son muy agradables con don de gentes, sin duda.
Que pena, es la última cena, más fotos, ambiente edulcorado pero ya hasta me parece bien. Tenemos que hacer las maletas para entregarlas antes de dormir. ¡Qué corto! ¿Podemos repetir?.
Séptimo día. EL FINAL
El despertar es muy, muy temprano. Hay que pasar emigración a las 6 de la mañana y las colas son tan largas que mejor madrugar más, incluso de lo indicado para acabar pronto.
Después hay tiempo de desayunar, pasear y decir adiós a cada rincón hasta que a las 10 por los altavoces nos anuncian que podemos desembarcar. El círculo se ha cerrado y mi primer crucero ha terminado, tengo ahora una imagen más real pero no por ello peor, me ha gustado la vida a bordo, es sin duda una buena forma de ver mundo o de contactar con él para volver después.
Arrivederchi.