El ministro del Poder Popular para la Cultura, Freddy Ñáñez, y el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, junto al premiado dominicano-mexicano Héctor Díaz Polanco.

Como parte de la XII Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2016, que se realizó del 3 al 13 de noviembre en la ciudad de Caracas, capital de Venezuela, el antropólogo dominicano-mexicano Héctor Díaz Polanco recibió el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2015, por su libro El jardín de las identidades, la comunidad y el poder.
La obra, que se alzó sobre más de 50 títulos postulados para este galardón, brinda a los lectores un valioso análisis en torno a la importancia de la comunidad para confrontar los efectos negativos que generan las políticas neoliberales en los pueblos del mundo.
Durante el acto de reconocimiento, que se efectuó el pasado 12 de noviembre en el Teatro Teresa Carreño, Díaz Polanco destacó cómo antes la cultura, las pertenencias, estaban lejos del mundo mercantil. «Ahora aterra que todo esto se acerque más al capitalismo», explicó el autor.
Díaz Polanco resaltó la importancia de consolidar y fortalecer las comunidades, tal como lo ha hecho Venezuela con la construcción de la gran comunidad bolivariana, pues estos espacios constituyen el «jardín donde se puede cultivar la identidad» frente al «gran cementerio de identidades» que se ha encargado de construir el neoliberalismo para propiciar el colapso generalizado de nuestra sociedad.
«Nos toca luchar contra las desigualdades y defender los derechos asociados con las diferencias socioculturales. La uniformidad cultural es un proyecto conservador; en cambio, la igualdad y la diversidad son pilares del proyecto emancipador y es fundamento de nuestro concepto de justicia», manifestó.
En relación con este análisis, el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, reiteró que «la única manera de ser iguales es que nos asumamos diversos» y que la humanidad sea capaz de defender tal diversidad en medio del proceso de globalización y del etnocentrismo latente en el pensamiento político contemporáneo.
Aristóbulo Istúriz enfatizó la necesidad de asumir siempre una relación entre lo universal y la identidad, «porque precisamente lo universal es todo aquello que es humano».
Señaló que El jardín de las identidades constituye una pieza literaria polémica, que abre el debate en diferentes sentidos, «porque tiene conceptos que tradicionalmente la gente los maneja sin profundizar».
El ministro del Poder Popular para la Cultura, Freddy Ñáñez, expresó que esta obra permite al lector una mirada más crítica de lo que transmiten los medios de comunicación de masas, que persiguen controlar a la población y mantener sus consciencias dormidas.
«Usted [Díaz Polanco] pone allí una dicotomía, una diferenciación radical entre la diversidad cultural como forma de resistencia y de producción de mundo desde los pueblos. (...) Cuando hablamos de igualdad no importa que seas blanco, que seas negro, que seas gordo, que seas rico, que seas pobre.
«Todos los seres humanos somos iguales y eso es lo universal, la especificidad está en la diversidad», aseveró.
El Premio Libertador al Pensamiento Crítico fue creado en 2005 por iniciativa del Comandante Hugo Chávez Frías para estimular la creación del pensamiento alternativo a las situaciones de dominación que agobian a la humanidad. Este año el galardón llegó a su décimoprimera edición.