La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe es todo un símbolo en Puerto Vallarta. Su silueta elegante con la corona y los ángeles presiden el horizonte del pueblo y de la plaza y como signo de respeto muchos de sus habitantes se persignan al pasar. La primera piedra se colocó en 1895 cuando se autorizó la construcción de la Iglesia de las Peñas( antiguo nombre de Puerto Vallarta), siendo el cura de San Sebastián el que la bendijo. En 1921 es cuando se erige la parroquia con carácter de inamovible, se eligió a San José de Santo Patrón y como titular por tradición a Nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen se colocó en el altar mayor. 1942 es un año importante para la Iglesia cuando llega el padre Rafael Parra Castillo, hombre culto y amante de las artes, lucho por arraigar el culto a la Virgen y enriqueció la iglesia con auténticas obras de arte.

En 1945 se demolió el viejo altar de ladrillos levantando el actual de mármol. El padre pidió al pintor jalisciense Ignacio Ramírez una nueva imagen de la Virgen de Guadalupe para el nuevo altar, la copia que realizó fascino a todos. Entre sus maravillas destaca entre todas, las estaciones del vía crucis, realizadas en yeso y modeladas por el escultor José Esteban Ramírez Guareño. Este es también el autor del diseño de la corona que remata la torre de la Iglesia. Los ventanales y la piña donde está montada la cruz sobre la corona fueron diseñados por Esteban Avalos Haro.

Después de muchos años y reformas, en 1965 se da por terminada la torre y comienzan las leyendas sobre la corona, siendo la más generalizada que era réplica de la corona que usaba la emperatriz Carlota. Esta corona se destruye en 1997 por un temblor y fue sustituida por una de fibra de vidrio que es la que ahora luce en su torre. Sin duda algo especial tiene esta Iglesia, sus puertas abiertas te atraen a pasar y reflexionar para encontrar unos minutos de paz.