Decidimos salir un día de Vallarta, alejarnos de nuestra rutina y conocer algo más de la zona en la que vivimos. No queríamos un tour de barco, ya lo habíamos hecho otras veces, así que decidimos cruzar el puente y visitar a nuestro estado vecino de Nayarit y profundizar más en una cultura tan interesante como la huichol. Partimos temprano a la 7 de la mañana, pero como las ganas eran mucho más fuertes que el sueño nos dirigimos felices rumbo a Compostela, aunque antes haríamos una paradita para desayunar y reunir fuerzas.

Llegamos a Compostela y dimos una vuelta por su plaza, sus calles muy coloniales, me recordó a Cienfuegos en Cuba con ese sabor de lo auténtico.Visitamos su Museo de la Región conociendo algo de restos arqueológicos de la zona. Compostela fue fundada en 1530, por Nuño Beltrán de Guzmán con el nombre de “Villa del Espíritu de la Nueva Galicia”. En 1532, su nombre cambió a “Santiago de Compostela”, y en 1540, Cristóbal de Oñate la llamó “Compostela”, actual nombre del municipio.

A principio de los años sesenta, se pavimentó la carretera federal Tepic- Puerto Vallarta, integrando al municipio con la localidad de Valle de Banderas. Continuamos dirección al pueblo de Francisco y Madero nuestro destino, pero nos acompañó un invitado de lujo, Santos un huichol que nos fue explicando en el trayecto mucho de su lengua, de sus costumbres, de la simbología de sus atuendos y joyería, de cómo nos encontraríamos con otra forma de ver la vida, no peor o mejor pero otra, con otros valores y prioridades.

Llegamos a Nuevo Valey la colonia donde habitaban las familias huicholes que ibamos a visitar. Nuestra primera visión fueron dos pequeñines que correteaban felices y traviesos y que nos cautivaron a todos. Santos nos llevó a la puerta del templo y antes de entrar nos hicieron una “limpieza” para que toda nuestra mala energía se quedara fuera.Ya en el templo nos explicaron parte de sus creencias, y grupos de hombres y mujeres nos hicieron una danza al ritmo de una de sus canciones.

Respetuosamente salimos y tuvimos nuestro momento de compras en las mesitas que sus mujeres cuidaban con las joyas y bordados que ellas mismas estaban elaborando.Todos ellos preciosos diseños con simbologías de la naturaleza que despertaron mi lado comprador más compulsivo.

Nos despedimos llevando en la retina caras alegres y luminosas de niños divinos, los colores de la indumentaria de hombres y mujeres y su cariño. De vuelta a Puerto Vallarta habíamos aprendido la gran lección del respeto a otras culturas, que la felicidad no es siempre a nuestra manera y que cuando conoces te vuelvas más tolerante... mereció la pena el día porque son lecciones que te duran siempre.

HUICHOLES

La región huichol se asienta en el espinazo de la sierra Madre Occidental, en el estado de Jalisco. El grupo huichol de origen náhuatl es uno de los que en México han conservado mejor sus características culturales y tradiciones por el aislamiento en el que han vivido, refugiados durante la conquista en las mesetas y gargantas de la Sierra Occidental. La música y el baile entre los huicholes tiene fuertes rasgos prehispánicos y es parte del ritual con que se honra a la divinidad.

De todos los grupos étnicos que sobreviven en México, ninguno es tan puro en sus tradiciones ni tan vistoso en su indumentaria.Todos los diseños de su indumentaria están inspirados en la naturaleza: águilas bicéfalas, venados, ardillas, serpientes -símbolo del agua-; la característica flor de loto de ocho pétalos, de gran simbolismo dentro de sus concepciones míticas. Hombres y mujeres se adornan con joyería elaborada de chaquira.