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Meditar ayuda a cambiar nuestra mente y tiene múltiples beneficios. En un mundo marcado por la prisa y el estrés, la meditación puede ser el camino para alcanzar el bienestar de manera proactiva, no solo a nivel mental sino también físico.
Cuando meditamos nos sentimos más relajados, apartamos los pensamientos negativos o repetitivos y nos concentramos en el presente en lugar de seguir anclados en el pasado o soñando con el futuro.
Se ha demostrado que la incorporación de esta práctica a nuestra rutina diaria disminuye el latido cardiaco y la presión arterial; mejora el estado de ánimo y la calidad del sueño; aumenta la concentración, reduce el estrés y proporciona una sensación de calma.
Meditar disminuye los niveles de ansiedad y depresión al tiempo que permite que afloren sentimientos de empatía, compasión y amor altruista, pues al hacerlo, según se ha explicado en varios estudios, se activan algunas zonas del cerebro asociadas con las emociones.
Sin embargo, no son estos los únicos beneficios. Meditar reduce el miedo; relaja la tensión muscular y restablece la armonía de la mente, lo que la convierte en una ayuda para mantener la salud.
Para elevar nuestra calidad de vida es imprescindible practicarla todos los días, aunque sea brevemente, y convertirla en un hábito más.
Existen pautas que ayudan a iniciarse en este maravilloso mundo como, por ejemplo, leer un libro sobre meditación escrito por un buen experto; acudir a un curso de meditación que se adapte a tu ritmo y necesidades; pedir ayuda a un amigo o conocido que sepa meditar. Pero también puedes aprender a hacerlo por ti mismo.
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