Existen sitios fascinantes, sitios de una hermosura indescriptible, sitios inolvidables, sitios paradisiacos y… luego está Los Haitises, en República Dominicana,a solo 150 km de Punta Cana, declarado Parque Nacional en 1976.
Imagine por un momento que usted desea tener la oportunidad de contemplar lo que vieron algunos de sus antepasados hace varios miles de años, de experimentar lo que sintieron ante la majestuosidad de una ceiba o de un copey, de quedar deslumbrados, como con seguridad les pasó a ellos, por la multiplicidad de formas y colores de las orquídeas.
No tiene que viajar en el tiempo.Está en el lugar preciso. En Los Haitises se conserva casi intacto el paisaje que tuvieron ante sus ojos los hombres y mujeres que habitaron esta tierra en épocas que la memoria apenas puede concebir: una impresionante serie de formaciones rocosas que sobresalen del agua, con la que parecen
tener una misteriosa relación, que puede percibirse claramente si se explora el parque en confortables lanchas, acompañados por un guía, desde el Puerto de Samaná; una impresionante sucesión de manglares —la más extensa del Caribe—, que pueden apreciarse desde bien cerca en kayak;un denso bosque húmedo costero en el sur dela bahía de Samaná, y una espléndidabahía(San Lorenzo), salpicada de cayos de exuberante vegetación,que parece haber sido «diseñada» por la naturaleza para el ecoturismo, el turismo de sol y playa, náutico y de aventura.
Y si traspasamos la entrada de las cuevas y cavernas que sirvieron de refugio a los primitivos pobladores de este mágico recinto, quizá alcancemos a escuchar sus pasos, como si recién acabaran de salir para regresar luego de sus quehaceres habituales. Por doquier están sus huellas —aquí se encuentra la mayor cantidad de petroglifos y pictografías del país, especialmente en las cuevas de La Reyna, San Gabriel y La Línea—, cual si se hubieran propuesto dejar constancia de su tránsito por la vida para que sucesivas generaciones reverenciaran su arte y su cultura.
Quizás las tijeretas y pelícanos que sobrevuelan el Cayo de los Pájaros, isla prodigiosa en medio de un mar de mogotes y una de las principales atracciones de este parque,desciendan de aquellos que en un pasado remoto tuvieron aquí su hogar. Y ojalá los turistas del futuro puedan encontrarse, gracias a esta área protegida, con los solenodontes y las jutías, así como con otras especies endémicas en peligro de extinción que hoy habitan el lugar.
Esta «tierra alta» o «tierra montañosa»  —tal es el significado de Los Haitises en lengua taína, en alusión quizá a los mogotes que lo identifican y que pueden verse por doquier, por más que su altura no rebase los 40 m, que alcanzaríanapenas para justificar su nombre—es el escenario ideal para una película sobre los orígenes del hombre o de la vida. No se asombre si cree distinguir en medio de la vegetación la imponente figura de un dinosaurio extinto hace millones de años, pues puede que sea usted el protagonista involuntario de una saga de Parque Jurásico, algunas de cuyas escenas, según una leyenda ampliamente difundida, se filmaron precisamente aquí.
Sería verdaderamente imperdonable que no compruebe por sí mismo que todo cuanto está aquí escrito es cierto. Quizá entonces llegue a afirmar: Se quedaron «cortos», visitar Los Haitises es como ir al cielo… y volver.
Lea más en: http://www.revistasexcelencias.com/excelencias-turisticas/etc176/destino/divina-creacion