Ducati, una dinastía al rojo vivo
El mes de octubre de 1992 fue trascendental para la firma italiana Ducati, pues el lanzamiento de modelo de serie Monter 900, durante la Feria Motociclística de la IFMA, desarrollada en la ciudad alemana de Colonia, supuso entonces una notable revolución conceptual y un éxito comercial que se extiende hasta nuestros días. Sin embargo, se trataba de un capítulo más en la célebre trayectoria de la marca roja fundada en Bolonia hace 93 años, y que ha establecido una dinastía con dimensiones de leyenda en los Campeonatos Mundiales de Superbike, el certamen que reúne a las mejores motocicletas derivadas de serie.
Desde el triunfo en la edición de 1990 del francés Raymond Roche a lomo de la Ducati 851, la evolución de las máquinas italianas de dos cilindros ha sido vertiginosa. Sobre ese espíritu innovador se ha cimentado su gloria en la categoría.
En la estela de victorias sobresalen talentosos pilotos, pero también impresionantes prototipos que marcaron época sobre el asfalto. La lista incluye la Ducati 888 que llevó al estadounidense Doug Polen a dominar las temporadas 1991-1992; el modelo 916 —considerado uno de los más bellos y fiables diseñados hasta hoy—con el que el británico Carl Fogarty ganó sus primeros tres Mundiales; o la 996, una versión mejorada con más potencia gracias a sus dos inyectores por cilindro, que le sirvió para su última coronación en 1999.
Los números apuntalan el imperio de Ducati, que el pasado mes de abril en el circuito de Assen superó las 350 victorias en la categoría, 31 años después de que Marco Lucchinelli venciera por primera vez en la carrera 2 disputada en Donington. Desde entonces, sus motos han sumado 11 cetros con equipos de fábrica y tres con elencos privados, además de erigirse como la mejor escudería en 17 ocasiones.
Ese constante deseo de subir el listón un poco más, así como el propósito de frenar el dominio de las Kawasaki en los últimos cursos, ha llevado a los ingenieros de Ducati hasta el diseño de la Panigale V4R, la novedosa máquina que permitió al español Álvaro Bautista tiranizar el inicio de la actual temporada con el triunfo incontestable de las 11 primeras carreras para desatar la polémica entre sus contrincantes.
Como ninguna otra escudería, Ducati ha sabido interpretar el reglamento vigente, y sin violarlo introdujo a la nueva máquina adaptaciones y tecnología derivadas del modelo Desmosedici GP2019 con el que compiten sus pilotos en el actual Mundial de MotoGP que, según no pocos expertos, la pudieran convertir en la mejor Superbike de la historia. Algo que solo el tiempo, pero sobre todo la capacidad de respuesta del resto de los fabricantes, pudiera confirmarlo.