Nacido “con estrella”, este polaquito 650E ha estado en la familia de Pedro Fernández Castro desde su llegada a Cuba en 1989. Ha sido el orgullo de su dueño, un técnico en electrónica tan apasionado de la mecánica automotriz que la ha hecho su profesión.

 

Pero a lo nuestro

Pedro supo de la llegada a Cuba de este lote de 100 polaquitos 650E y pasó por la agencia a observar cómo preparaban algunos para su entrega. El carrito le había gustado por varios detalles que lo diferenciaban del 126p común. Tenía defensas más anchas, nuevas tomas de aire, nueva pizarra y un aire más deportivo.

A poco su hermano le llama para que le visite, pero insiste que fuera en ómnibus. Llega sin imaginar lo que sucedería y encuentra un 650E exacto al que había admirado, comprado por su hermano a quien “no le acababa de gustar”. Además, iba a viajar y sabía que Pedro lo cuidaría.  Tenía solo 200 km en el reloj: un bebé.

El FIAT 126 P 650E

El conocido Polski FIAT 126 fabricado en Polonia tuvo una serie para Europa denominada 650E, en 1984, con pequeñas diferencias. El motor partía del FIAT 500 de 1957, con dos cilindros gemelos, enfriado por aire y cuya potencia llegaría a 22,3 CV, al ser aumentada su cilindrada hasta 652 cm3.

Traía caja de cambios mecánica, de cuatro marchas. Con esta configuración lograba una velocidad máxima homologada de 105 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h en 39,3 s. Su rendimiento podía llegar a 13,7 L/km en ciudad y 16,4 L/km en carretera. 

 

Todo a su hora

Desde entonces, la vida del pequeñín ha sido tranquila. Jamás ha estado paralizado, pues Pedro no ha dado oportunidad al tiempo. En estos 30 años ha mantenido la mecánica original con mimo y toda la esencia de su identidad. Lo ha pintado dos veces –la pintura, no la chapa, fue una de las debilidades del FIAT 126–, siempre del color original: un blanco de matices hueso.

Luego restauró la vestidura al quebrarse el vinil original con la humedad del trópico. Solo ha añadido detalles de personalización y mejoras. Dando rienda suelta a su vena electrónica, ha incorporado ventanillas eléctricas, luces LED, equipo de audio, radio satelital, cierre centralizado y mucho más. En la estética añadió retrovisores más deportivos, emblemas, cubiertas plásticas y llantas, manteniendo la medida original de 12 pulgadas. A día de hoy, El Pedri se mantiene imparable.