Profesión y maestría
Acercarse más al Habano y hacerlo de una manera diferente, ha constituido hasta hoy el papel fundamental de estos profesionales, mezcla de cultura, sabiduría, tradición y buen gusto.
Un amigo me dijo un día, el habanosommelier nació por la necesidad de ayudar a descubrir las verdaderas virtudes del tabaco… y tenía razón, porque en este erudito del humo se combinan conocimientos de la mejor gastronomía, toda vez que para llegar a dominar esta especialidad, primero se necesita ser sommelier, gastronómico, culinario, un gourmet depurado y, además, tener una gran y variada información sobre el mundo del habano. A este profesional se debe en buena medida eso que se ha dado en llamar la cultura del habano dentro de la restauración, por su capacidad y argumentos para convertirlo en un apreciado extra de la buena mesa. La génesis de este maestro del puro, la bebida espirituosa y la más exigente gastronomía, está sin dudas en el permanente afán de búsqueda del mejor lugar, espacio y combinación para cada uno de estos elementos y tiene como telón de fondo permanente ese concepto reconocido ya como maridaje y que sirve para hacer los «casamientos» ideales del habano con otros productos de su talla, ya sea cognac, brandy, tequila, ron, calvado, whisky o, simplemente, agua fría. Fijemos algo vital: todos estos productos al igual que el habano, tienen en común abolengo y rango, denominación de origen; por lo que la relación entre ellos se realiza con un linaje similar, como productos de casta, que se someten a la mágica reseña de este nuevo prestigiador del buen gusto; el habanosommelier… Para los que amamos el mundo gourmet o llevamos dentro algo de sibarita, nos nace la verdadera reverencia hacia el habanosommelier, pues se le encuentra la real virtud a un personaje que trasciende el restaurante, para convertirse en un guía, un artista epicúreo, que logra empalmar el buen gusto de un plato, la añoranza y la casta de un emblemático vino, con el humo embriagante y único, que procede del terroir más famoso del mundo, ese mismo que cada día gana más adeptos, a pesar de prohibiciones y campañas, porque más que un amor, el culto por lo excelso tiene como nombre, también, Habano. Entonces, su disfrute y la cultura que se ha ido generando en torno al Habano, tiene en el habanosommelier a un importante protagonista, que cual gran monitor de las asignaturas gourmets no se cansa de enseñarnos y guiarnos. Así esta especie de mago cultural nos conduce por un camino de sensaciones y nos enseña a confiar en él, como un verdadero sacerdote del más refinado gusto. Bayamanaco, El Balcón del Habano Desde hace algunos años, un taller de cata y mundo gourmet reúne en la capital cubana a expertos y amantes del tabaco, el vino y la gastronomía, lo que se ha consolidado como una experiencia muy bien valorada para examinar las mejores combinaciones de bebidas y comidas a partir del Habano y compartir criterios y conocimientos de manera amena, práctica e inteligente, en interés de enfrentar los retos y exigencias constantes del mundo del turismo y la gastronomía. El maître del Hotel Presidente de La Habana, José Luis Calderón, explicó a Excelencias que este taller de cata nombrado Bayamanaco –voz aborigen cubana, que responde al Cemí o Dios invocado por los sacerdotes o Behíques para obtener los secretos del fuego y del casabe (alimento)–, constituye un escenario de encuentro profesional para evaluar las mejores combinaciones del tabaco Premium de esta Isla con comidas y bebidas del orbe. A la reunión acuden maîtres, sommeliers, cantineros, tabaqueros, empresarios extranjeros, amantes de los habanos y directivos de la industria recreativa insular. Entre los objetivos del grupo están conocer y divulgar la cultura cubana del habano, realizar maridajes con diferentes bebidas para ampliar las posibilidades de los clientes que descansan en Cuba, intercambios con otros clubes y visitas a vegueros, muestra de exposiciones y charlas; así como evaluar nuevos productos que están o estarán en la industria turística del país, sobre todo en los restaurantes y hoteles de mayor nivel. Para tales propósitos cuentan con el apoyo del Club de Sommeliers de Cuba, que fue fundado en 1995; y la participación de empresas e instituciones afines al mundo gourmet y del turismo, como Habanos, S.A., Havana Club International S.A, Tariquet, Bodegas Torres, Bodegas Sardá, Bodegas MG y sus marcas, Cimex, Tecnoazúcar, Comercial Toledo y Cuba Ron, entre otras. A Bayamanaco han acudido el director de la revista Cigare & Sensations, Yves Belaubre, y Armin Grassa, dueño de Bodegas Tariquet, ambos de Francia; Luis de Javier Esteban, abogado de Bodegas Torres y el propio director de esta empresa española, José Grau Ferrer; el brasileño César Adames, profesor universitario y jurado del Festival del Habano; el italiano Alex Iapichino Hunters, coleccionista; el sommelier chileno Philip Ili; el estanquero argentino Roberto Rodríguez, dueño de Cigarros Manrique; y el italiano Gino Rossano Iannillo, presidente del Club HIRPUS AmiCigar, entre otros.